XV

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Tras una larga semana donde el pasatiempo de Jungkook fue dormir y suplicarle a Taehyung por teléfono que le perdonase, al fin era hora de volver al instituto donde podría plantarle cara.
Aunque le sudaban las manos como un cerdo.

Lo había preparado todo, realizado algunas cuantas cosas una hora antes de que el timbre sonara. Quizás y solo quizás tuvo que sobornar a la cocinera y encargada de la cafetería para que le preparase algo en una mesa apartada con comida decente. Y digo quizás porque le hizo firmar un pequeño juramento para que no contase nada a nadie del instituto o si no haría de cascanueces personal solamente para él.
Y no iba a ser divertido.

Estaba listo, había pedido un par de platos de tteokbokki, kimchi y bibimbap solo para ellos dos. Solo faltaba esperar a que fuese la hora del receso y que Taehyung aceptara a ir a la cafetería.
Y para eso tenía a Jimin.

—Estoy empezando a creer que solo me hablas cuando me necesitas. —Se queja el ahora rubio de su amigo. —No soy tu sirviente, puerco inútil.

—Sabes que eso no es cierto, Jimin. —Dice el azabache con un leve puchero. —Pero eres el único que puede convencerle.

—De acuerdo. —Responde en un suspiro al fin. —Son veinte mil won.

—¿Disculpa?

—Los servicios comienzan a ser continuos, tengo que sacar algo de ello para mi favor. —Dice colocando su flequillo a un lado con una de sus manos. Una sonrisa ladina asomándose por sus labios.

—Vaya mierda de amistad. —Responde el azabache rodando los ojos, sacando el dinero de su cartera dudoso.

—Y tu colección de cómics.

—¿QUÉ WHAT?

Una risa contagiosa llega hasta los odios del azabache. —Es broma, aunque si me los prestas no estaría de más.

Y así pues fue como continuaron las clases hasta que la tercera clase dió por finalizada.
Corriendo como ON se dirigió hacia la cafetería donde una pequeña mesa con flores en su centro se encontraba al fondo del lugar en una de las esquinas. Se arregló el uniforme y con sumo nerviosismo se sentó a esperar a su amado.

—¿Jungkook? —Una voz llamándole mientras su mirada se posaba en el jarrón de flores.

—Tae-Taehyung, siéntate.

—¿Esto es para mi? —Pregunta obedeciendo, sentándose al frente mientras el azabache asiente.

Y bajo la mirada hambrienta de medio instituto, se pusieron a zampar el glorioso tteokbokki. Pero se lo merecían, porque el pobre Jungkook pagó a esa señora con el poco dinero que tenía. Y tras el chantaje de Jimin, ahora tendría que alimentarse a base de sobras en la basura.

—Quería disculparme por todo lo que ha pasado. Por mi culpa te expulsaron también.

—Ya pasó, no se puede arreglar asique no te preocupes. —Se ríe leve con la boca llena de kimchi. —Y gracias por esto, no preguntaré de dónde sacaste la comida pero me encanta.

El azabache se sonroja y entre conversaciones y risas terminan de comer sin error alguno.
Taehyung se siente feliz de poder volver a hablar con Jungkook y el azabache siente que está en las nubes.

Por primera vez algo fue bien, y poco a poco el corazón del mayor se ablanda. Se suponía.

—¡Taemin! —Grita una chica cerca de ellos dirigiéndose al  líder del equipo de baloncesto. —Esto por dejarme tirada.

Y un plato de albóndigas salió volando, a su mesa, a sus caras.

Vaya mierda de puntería.

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Acabo de entrar a Wattpad para actualizar y me di cuenta de que nunca subí este capítulo cuando dije que actualizaría pronto. Lo siento, no se qué pasó pero creí haberlo subido 😂😂 de todos modos estaré escribiendo algo en estos días.
En fin, gracias por leer y por la paciencia.
Nos leemos❤️

100 maneras de espantar a tu chico; VKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora