«Hand in glove
the sun shines out of our behinds.
No, it's not like any other love.
This one's different,
because it's us»Las gotas de lluvia comenzaban a caer sutilmente, generando una melodía que se acoplaba perfectamente al vinilo de The Smiths que resonaba en la habitación. El celaje tenía una bella tonalidad púrpura y Graham yacía entre las delicadas sábanas que cubrían la cama, usando únicamente la camisa que Damon llevaba unos instantes atrás.
El rubio se hallaba parado en el sofá, haciendo una cómica y exagerada imitación de Morrissey a la vez que sostenía lirios blancos entre sus manos. Coxon se limitaba a observarlo y reírse mientras cubría sus ojos con las mangas de la camisola de su novio. Apartó unos segundos la mirada de este, dirigiendo su atención al ventanal.
El cielo de París era realmente una de las cosas más bonitas que habría apreciado en mucho tiempo, obviamente, junto a la graciosa pero realmente linda imagen de Damon sosteniendo unas flores y creyendo ser el cantante de una banda de post-punk. Sus ojos brillaban, aunque su miraba se había tornado un tanto melancólica. No podía evitar pensar en el hecho de que pronto, ambos tendrían que volver a su monótona vida e Inglaterra y tardes como esa serían realmente escasas.
—¿Qué ocurre?— inquirió el mayor, antes de dar un pequeño salto a la cama en la que se encontraba su dibujante. Se recostó apoyando sus codos a ambos lados de la figura de Coxon, quedando de esa manera encima de él.
Las luces del cielo se atenuaban perfectamente a su perlino rostro. Aún traía un lirio entre sus manos, así que lo enredó entre los cabellos color chocolate de Graham. Todo en él era tan delicado, tenía tantas ganas de besar con devoción una y otra vez cada parte de su cuerpo hasta que el más joven terminara hastiado. Frunció el ceño repentinamente al notar la expresión de nostalgia en Coxon.
—Nada—aseguró, antes de volverse hacia Damon y dedicarle una leve sonrisa, para luego juntar sus labios con los ajenos en un corto, pero verdaderamente dulce beso. Damon no tardó en corresponder el gesto, pero conocía ese tipo de expresión en su pareja, algo andaba mal. Rodó la mirada una vez que ambos se separaron.
—No me des esa respuesta de mierda—reclamó entre molesto por esa típica actitud de Graham, y preocupado, porque siempre le afectaba saber que su novio no estaba feliz.
El menor soltó un suspiro, viéndose en la necesidad de dar una respuesta ante la insistencia de su amante.—Realmente voy a extrañar este momento. Sé que cuando volvamos a Londres, todo esto va a desaparecer y yo...—hizo una breve pausa, ante un rubiecito que no dejaba de observarle con sus ojos claros llenos de intranquilidad. —No puedo evitar sentir miedo.
Damon se detuvo a apreciar las facciones de su pequeño durante unos segundos. Ese chico no dejaba de ser ingenuo y encantador, había pasado por tanto y aún era tan inocente cuando se trataba de amor. Lo sacaba tanto de quicio, y lo adoraba.
El rubio se acercó lentamente al oído del artista, al punto en que casi todo lo que diría terminaría siendo no más que un blando susurro.
—Mi Graham—acariciaba sutilmente la oscura cabellera de su chico—¿Sabes? Tal vez cuando regresemos a esa horrenda ciudad, yo volveré a sentir repudio hacia mi trabajo, tú querrás quedarte aferrado a las sábanas por siempre, vamos a sentirnos terriblemente agobiados por el estrés, por pagar las facturas, por mantener lo nuestro. Quizás terminemos discutiendo y uno de los dos se irá a dormir al sofá—Coxon rió bajito al oír esa última frase, usualmente era él quien debía pasar por la ya mencionada situación situación. Pero últimamente, quien acababa pasando noches en ese lugar era el joven de ojos celestes, lo cuál parecía fastidiarle demasiado.
—¡Hey!— exclamó entre risas, dando un golpecito en el pecho de Albarn.—El sofá es muy cómodo ¿Sí?—, Damon no pudo evitar sonreír otra vez; Graham era tan lindo cuando reía, que hacía al músico sentirse verdaderamente afortunado.
El artista se dispuso a continuar, —Aunque, ¿Sabes algo? Es mucho mejor dormir abrazándote que dormir aferrado a una estúpida almohadilla.
—Ugh, ¿Por qué tienes que ser tan molesto y adorable a la vez? Me es casi imposible enfadarme contigo, maldito bastardo—contestó mientras enterraba su rostro en el cuello de Graham, causándole cosquillas al punto en que no pudo aguantar soltar una carcajada.
—Pero, cuando pasemos por todo eso,—proseguía Damon, con un inusual tono de voz aterciopelado, ese que solo acostumbraba a usar cuando estaba con su novio y nadie más a su alrededor—Quiero recordar justo este momento, tan único como ya lo es. Quiero recordarnos así. Solo nosotros en una linda habitación de hotel en París; con una vista maravillosa, buena música y una botella de vino que después de todo no necesito cuando estoy a tu lado.
Las miradas de ambos se cruzaron por unos breves segundos, Graham no tenía idea alguna de cómo corresponder a las palabras de Albarn, y de todos modos, no sería capaz. Se aferró al cuerpo de su chico, ocultando torpemente su templado rostro entre el cuello de este. Se odiaba a sí mismo por ser tan emocional, era un completo manojo de lágrimas.
Damon sonrió, le parecía increíble el hecho de que aún cuando llevaban tanto tiempo juntos, aún se sentía como un tonto adolescente que iba a derretirse con cualquier gesto lindo que hiciera su amado. Estaba jodido, y lo sabía perfectamente, pero a la vez, estaba genuinamente feliz.
Apartó con delicadeza a su novio, para tomarlo entre sus brazos y comenzar a besarle. Sentía cómo el cuerpo del más joven se estremecía al ser tocado, al igual que adoraba la sensación de sus mejillas empapadas y sus húmedos labios contra los suyos. Deseaba infinitamente que todo de Graham se quede con él para siempre. Después de todo, él era la única persona que lo conocía con exactitud, el único a quien podría confiarle su lado más íntimo y vulnerable, como lo hacía en ese momento. La única persona a la que deseaba curar todas sus heridas, aunque sea con algo tan mínimo como un beso o un "Te quiero".
«If they dare touch a hair on your head
I'll fight to the last breath»Y tenía que admitirlo, aún habían ocasiones en las que realmente no entendía al artista, en las que no podía evitar pensar que era un desastre de emociones. Pero era su desastre favorito, Graham era la obra de arte más apreciada por Damon, alguien que hasta antes de conocerlo, solo había aprendido a amar lo superficial.
—Quiero recordar todo lo que siento ahora; quiero recordar tu rostro y la manera en que me estás mirando justo en este instante y darme cuenta de que nunca voy a dejar de estar tan enamorado de ti, Graham Coxon.
Los besos volvían a inundar la habitación, el aroma a vino que ambos emanaban terminaba por embriagarlos más que la misma bebida y la sutil mano de Albarn se colaba entre las piernas desnudas de Graham, sin que este se opusiera a su tacto. Los dulces labios del rubio iban dejando marcas rosadas en piel de su cuello, mientras dulces jadeos salían de los labios del menor, quien a la vez no podía evitar estremecerse al sentir el cálido aliento de Damon en aquella sensible zona.
—Y por supuesto, quiero recordar el momento en que te hacía el amor con una canción de The Smiths sonando en el tocadiscos y la luz de la tarde haciéndote lucir tan hermoso como ahora.
Se habían encontrado el uno al otro, cuando los dos estaban rotos, agotados, perdidos. Pedían a gritos que alguien desordene sus vidas, que los saque de la monotonía que era su día a día. Buscaban desesperadamente a alguien que los comprenda, y a la vez, que no. Alguien que pudiera curar todo el dolor que sentían, de una manera desconocida para ambos.
Y cuando hallaron todo eso en una persona totalmente distinta a lo que ellos eran, ya no había otra cosa que pudieran amar más. Ninguno de los dos habría imaginado que entre el adinerado niño egocéntrico y rebelde, y el chico tímido del bazar de libros, podría surgir una química como aquella.
«The good life is out there somewhere,
so stay in my arms, you little charmer»
ESTÁS LEYENDO
the chemistry between us☁️gramon
Fanfiction❝Porque todos ellos son aburridos, y porque tú eres diferente, Graham❞