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Lo recordaba así. Amaneciendo con el cabello terriblemente alborotado, la tibia piel de sus piernas que rodeaban el torso de Damon, las sábanas y almohadas esparcidas alrededor de su delgada y pálida figura tan adorada por Albarn. Con rostro igual de tibio, las mejillas de un color carmesí y aquella tonta sonrisa al momento de hacer memoria sobre lo que habría ocurrido la noche anterior. Algo que últimamente, ya no ocurría entre ambos.

Comenzaba a extrañar los chillidos y quejas de Graham cuando entraba al cuarto de baño y comprobaba, al verse al espejo, las marcas que el rubio había dejado en todo su cuello. Echaba de menos esas cortas discusiones en las que él le repetía que nadie las iba a notar, pero Coxon insistía con sus berrinches, los cuales usualmente terminaban con los dos amantes escabulléndose una vez más entre las sábanas de su habitación, como parte del sexo matutino que ya se les había hecho algo usual. Algo de lo que Damon se arrepentía era de haber olvidado repetirle a Graham cada que lo hacían, que aquello no era solo sexo como pudo ser con sus anteriores amantes. A él le hacía el amor.

A él lo amaba como no había amado antes a otra persona.

Le había dejado ver su lado vulnerable; al chico sentimental, débil e irónicamente inseguro que aún así estaba dispuesto a proteger a la persona frágil que era Graham. Porque aún cuando las cosas parecían no tener remedio entre ambos, seguía siendo su Graham

Tal vez a medida que Graham crecía,—pues a pesar de todo, era mucho menor que Damon, lo que hacía que este aún lo considere un niño—comenzaba a detestar ese tipo de muestras de afecto y prefería una relación más sobria con Albarn, acostumbrado a ser muy empalagoso con sus parejas. O quizás Damon se había proyectado una relación poco realista con el dibujante, en la que el afecto y las emociones durarían para siempre.

Pero no podían haber emociones permanentes cuando ambos tenían tan poco en común. Cada uno tenía sus propios intereses y estaban rodeados por gente igual de distinta. Mas aún, Graham parecía no preocuparse por estar más unido a Damon y en lugar de eso, cada día era más distante con él.

Dames podría odiar la idea cada que pasaba por su cabeza, pero últimamente estaba comenzando a extrañar su anterior estilo de vida.

Estaba tan inmerso en sus pensamientos en ese momento, que había terminado ignorando por completo lo que Graham le estaba diciendo.

—Damon—el más joven se acercó repentinamente al rubio, mientras sostenía su taza de café—¿Vendrás?

Albarn, para su mala suerte, era muy malo disimulando situaciones. Y esa no sería la excepción—Eh, pues...—balbuceó avergonzado, con la vista clavada en el semanario musical que traía en manos. No soportaría ver la cara de desilusión en Graham al darse cuenta de que su novio no había entendido en lo absoluto lo que acababa de decir.

—No has prestado atención a nada de lo que te he dicho ¿Verdad?—no había enojo en su rostro, pero su voz indicaba decepción—Descuida.

Finalizó con una amarga sonrisa y se dispuso a coger su chaqueta para irse a aquel evento importante del que Damon no había escuchado una sola palabra.

El rubio siguió a su joven amante con la mirada unos segundos, arrepintiéndose de haber sido tan despistado. Todo se estaba deteriorando entre ellos y eso le provocaba una terrible sensación ya conocida por él. No quería pensar que ocurriría lo mismo que con Justine, pero las situaciones se asemejaban tanto que comenzaba a sentir temor.

Prefirió dejar de lado todos esos tontos y cursis pensamientos para arreglarse e ir él también al trabajo. Sabía que el café y un buen disco durante el camino ayudarían con su ansiedad.

—¡Damon!—exclamó una conocida voz irritante con acento de niño rico, acercándose al cuerpo del mayor. El chico de ojos celestes se volteó abruptamente para comprobar de quien se trataba. Efectivamente, era él.

—No te me acerques—advirtió Albarn, apartándose exageradamente de Doherty. Al pelinegro pareció importarle poco y se lanzó a abrazarle—¡Quítate parásito!

—Qué malhumorado estás hoy.—se quejó con su meloso tono de voz, haciendo un irritante puchero con sus labios. Una razón más para que Dames lo odiara—Irás a la exposición de esta tarde, ¿Verdad?. El bastardo de Coxon ha estado hablando de ella toda la jodida semana y de lo mucho que quería que fueras.

Estaba por reprender al odioso intento de artista por llamar así a su novio, pero notó que Graham reía bajo, sobrecargado en el marco de la puerta de salida. El castaño le hizo una señal a Peter para que ambos se fueran de una vez, de lo contrario se les haría tarde.

—De todos modos ya van doce exhibiciones a las que faltas, así que no me sorprendería que no asistas incluso si va el mismo Basquiat—añadió el muy pijo, en manera de burla antes de darle unas palmadas en la espalda al rubio, para luego dirigirse a la salida.

—E-Espera—titubeó Damon, apresurándose a su chico. No estaba muy seguro de lo que iba a decir, pero no quería defraudar a Graham una vez más. Lo tomó del brazo, haciendo que este se voltee a mirarle—Te prometo que iré esta tarde ¿Si?. Tal vez no llegue a tiempo, pero estaré ahí.

El castaño sonrió con aquel poco usual brillo en sus ojos. ¿Iba en serio? Damon no era tan devoto a ese tipo de  eventos, se lo había repetido en numerosas ocasiones a Graham; así que no estaba seguro de si creer en lo que él estaba diciendo en ese momento. A lo que si se había vuelto muy allegado en los últimos meses era a un trabajo, como profesor de música en una primaria. A Damon le encantaba la música, y dudaba que fuera a dejarlo por una tarde en una exhibición en la que obviamente no estaba interesado.

Pero la idea de que de alguna u otra forma él estuviera ahí, animaba a Graham a dejar su inquietud de lado. Con Damon a su lado, sabía que las cosas serían más simples y se sentiría más seguro.

—Bueno—accedió y pudo notar el entusiasmo en la mirada del mayor.

Damon tomó el rostro de Graham entre sus manos y besó sus labios fugazmente. Definitivamente no era como los anteriores besos que se habían dado, ni siquiera había un punto de comparación. Pero era una buena forma de sellar su promesa con su pequeño.

Tal vez las cosas podrían ponerse mejor después de todo.



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KHJKHDFS, lamento haber tardado tanto en actualizar :( 

andaba con muchas ideas pero no sabía como plasmarlas acá yyyy bueno, tal vez eso explique por qué me he demorado tanto. Ya quedan unos cuantos capítulos más para que este fic se termine entonces eso me entusiasma y apena a la vez D''': pero bue, me dejo de dramas.

the chemistry between us☁️gramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora