Por la mañana Luna ya no estaba en la casita, me coloqué los tenis y salí a buscarle, caminé un poco, estaba al borde del lago, contemplaba el movimiento del agua, sigilosamente traté de acomodarme a su lado, sonrió levemente sin dejar de mirar fijo. Nuevamente me sentía descolorada, sus actitudes de vez en cuando eran extrañas, como si se limitara a sentir.
Después llegaron los demás muchachos y nos fuimos a desayunar a la casa, parecía que Tania y Alexa habían pasado una buena noche, al igual que Alex y Kevin, Lisa y Roberto platicaban tranquilos, quizá solo eran buenos amigos.
Un poco más tarde se retiraron, Tania se fue por la tarde pues al día siguiente tenían clases, Alexa decidió irse hasta el lunes, pero llevó a Tania a tomar un autobús.
Por la noche marque el número telefónico de Luna pero no obtuve respuesta.
Me di un baño largo en la tina, un poco de burbujas para aclarar mi mente, volví a mis viejas costumbres de perder la consciencia en el agua y me dormí. Una llamada a eso de la media noche me sacó de mi trance.
Respondí con cautela
-Si?-
-Ileana soy Aldo- me desconcertó y más de nada, me preocupó reconocer su voz
-¿sucede algo?- me salí de inmediato del agua.
-acabamos de llegar a México, estamos en el aeropuerto ¿vendrías por nosotros?- era media noche y estaba desnuda con bastante sueño.
-¿qué?- me sentía aturdida -¿quienes vienen?-
-tus papás, Juli, Anto y Gis- suspiró- todos tus hermanos ¡jajaja! Dice papá que mandes a alguien por nosotros, ningún taxi nos quiso llevar-
-bien, ahora salgo para allá, solo me visto- me senté el borde de la cama.
-¿estás en alguna movidita hermana?- me dijo con voz pícara.
-Claro que no ¡tonta!- reí nerviosa- me estaba dando una ducha...-
-Sí claro, solo espero que no avientes a la chica en cuestión por el balcón- oí las risas de mis hermanos de fondo- apúrate hermana.
Me vestí rápidamente y le pedí a Alexa y Roberto que me acompañarán, este último se fue en una minivan y Alexa y yo en otra camioneta. Nos fuimos a la ciudad, por suerte no había tráfico, hicimos hora y media. Al llegar al aeropuerto llamé a Aldo pero no me respondió, llamé a Juli y tampoco, al final me decidí a buscarlos de forma un poco más manual. Camine de un lado a otro, de repente, mis ojos observaron en cuadro más patético de mi vida. Mis padres sentados en la sala de espera, Giselle al lado de mi papá, Juli al lado de mamá y Anto y Aldo recargados en las piernas de mis padres, sentados en el piso, y claro, todos mirando la pantalla de la tableta de Anto.
Aún en mi somnoliento estado, me permití tomar mi teléfono y capturar el momento, me acerqué peo nadie lo notó, miraban atentos una película o algo así.
-les falta alguien ¿no?- de inmediato todos voltearon a verme. Aldonzza brincó del suelo para abrazarme.
-Joder te he extrañado- me abrazaba fuertemente.
-hermosa ¡yo a ti!- enseguida Anto se levantó y nos abrazó a ambas.
Alexa y Roberto llegaron y saludaron a todos, Aldonzza tenía 9 años cuando nos fuimos a vivir a España, ahora era toda una adolescente en plenitud.
El abrazo de mis padres se sentía distinto, lleno de nostalgia, no paraban de decirme cuánto me echaban de menos. Para regresar, Roberto se llevó a Julio, Aldo y Anto en la minivan. Agradecí enormemente que Alexa condujera de regreso a la Hacienda, mis padres, Giselle y yo íbamos en otro vehículo.
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De regreso a México
RomanceIleana es una joven mexicana que por cuestiones del destino vivió en Coruña por siete años, tras una decepción amorosa decide volver a México, sin embargo no cuenta con la existencia de Luna, una chica que pondrá su vida de cabeza y la hará dudar en...