Me quedé mirándola fijo, una parte de mí quiere reírse por el tono de su pregunta y la otra quiere seguir contemplándola.
—No—sonreí levemente — no lo haces—
—Ileana— resopló— quería saber que estabas bien...— no pude evitar sonreír— te envié algunos mensajes de texto y te hice un par de llamadas—
—Luna perdóname— me apresuré a decir— en la madrugada mis padres y hermanos llegaron de España, Alexa y Roberto me acompañaron por ellos y la verdad descuidé móvil desde mediodía— la miré fijo a los ojos—
—No te preocupes—sonrió levemente— te digo que me alarmé un poco— tomó un mechón de su cabello y lo acomodó detrás de su oreja— solo quería saber que estabas bien—
— Gracias— me acerqué y tomé sus manos— es tan lindo que te preocupes por mí—
—¿te estás burlando?— preguntó confundida
—hey— apreté un poco sus manos —claro que no— di un pestañazo más largo de lo normal— te lo digo de corazón.— nos quedamos viendo unos segundos.
Se escucharon pasos cerca, Luna hizo el intento de quitarse de mi agarre pero no la dejé.
—Hola— reconocí de inmediato la voz de Aldonzza— ¿tú quien eres?—
Acto seguido dejé que Luna respondiera, eso parecía interesante.
—Hola, soy Luna Palacios Monte— soltó mis manos y extendió una de ellas hacia Aldonzza quien le correspondió el saludo— soy amiga de Ileana— concretó.
—Pues qué gusto conocerte, Ileana te menciona todo el tiempo— me enrojecí mientras Aldo abrazaba a Luna— soy la hermana menor de Ileana, supongo— resopló— y en verdad quiero creer que ya te habló de mí— me dedicó una de sus sonrisas más falsas.
—claro—cortó Luna— me ha mencionado a toda su familia— ambas me miraron.
Y en cierta parte era correcto, solo que no a gran detalle.
—Quédate a cenar con nosotros— suplicó Aldo— anda, invítala— me dio un codazo.
—Luna, quédate— sonreí en una súplica
—No quiero importunar— la sentí incomoda.
—¡por favor!— chilló Aldo.
—Aldo no insistas, puede ser cualquier otro día— traté de mediar las cosas.
—Puede ser hoy— rodó los ojos y se acercó a Luna.
Depositó un beso en cada una de sus mejillas y se fue.
—Disculpa por favor— hablé apenada —suele ser muy insistente.
—Se ve que te quiere mucho—
—Es mi adoración— suspiré— ¿podemos vernos mañana?—
—Claro, tengo una cirugía por la tarde, búscame temprano ¿si?—
—¿Te puedo invitar a desayunar?— dije algo nerviosa
—Desde luego— sonrió— que acepte es otra cosa.— palidecí— estaré desde las nueve en la clínica— se acercó y me dio un corto beso en los labios. Sin más, desapareció.
Regresé a la sala y estaban platicando, mis abuelos se despidieron y se fueron a dormir, había sido un día ajetreado. Me subí a dormir después de media noche, esa ocasión tenía ganas de soñar con Luna, no sabia que pasaría, pero el simple hecho de conocerla era hermoso.
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De regreso a México
RomanceIleana es una joven mexicana que por cuestiones del destino vivió en Coruña por siete años, tras una decepción amorosa decide volver a México, sin embargo no cuenta con la existencia de Luna, una chica que pondrá su vida de cabeza y la hará dudar en...