Capitulo 6: Rechazo

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Un ruido molesto comenzó a retumbar en mi cabeza haciendo que despertara de mis dulces sueños.

Estiré, como por inercia, mi mano buscando mi celular porque eso era lo que me estaba provocando jaqueca.

- ¿Si? - pregunté dormida.

-¡Dime que tuvieron sexo! - la voz gritó del otro lado haciéndome despertar de un golpe. Miré a mi lado y Frank dormía con la boca abierta.

- No, Angel. Idiota - le corté el teléfono y luego lo apagué.

Mi mente comenzó a pensar en una persona y no era exactamente a mi ex prometido que dormía plácidamente a mi lado.

Yo pensaba nada más y nada menos, que en Gerard...

Como una daga atrevesándome sentí cada recuerdo que llegaba a mi cabeza. Aún me dolía y mucho. 

Con una mano me aferré a las sábanas intentando contener las lágrimas que me amenazaban con salir, no quería llorar ahora. Pero, era imposible.

Me sentía muy triste y solo quería verlo, tenerlo junto a mí.

Me giré y comencé a sollozar primero muy despacio y luego apenas podía controlar los grititos que salían de mi boca.

- Hey, hey, ¿qué tienes? - Frank me giró para su lado.

- na-nada - sollocé

- Ya sé qué es - me estrechó contra su pecho - Sophie...-acarició mi cabello - yo creo que deberías buscarlo...

- Nno...Jane...

- ¡Jane que se mate si quiere hacerlo! - él tomó mi cara entre sus manos - Si ella lo amara de verdad, estaría buscando la forma en que fuera feliz, no chantejeándolo con su maldito suicidio.

- Pero...- hice un puchero y volví a llorar.

- Ya, ¿sabes qué? - me miró serio - ve a vestirte que haremos algo.

-pero...

-¡Ahora!

Lo miré asustada pero luego me sonrió para suavizar la situación.

Me bajé de la cama y me metí directo al baño de esa habitación, me daba cosa bañarme aquí pero no quería oler mal así que lo hice con un poco de asco.

Me demoré lo menos posible y salí casi lista del baño. Frank ni me miró y entró para darse una ducha.

Veinte minutos más tarde ya íbamos de regreso al pueblo.

- Tengo hambre - me quejé - y me duele la cabeza.

- La fatiga - me dijo - ya comerás.

- Pero, Frank, tengo mucha hambre - hice un puchero pero me ignoró.

Me di por vencida así que cerré mis ojos para no sentirme tan mal. Es que, en serio, tenía mucha hambre y el cuerpo lo sentía raro.

Nunca me quedé dormida pero tampoco abrí los ojos. Frank no hablaba y la música era muy relajante.

- Ya, despierta - dijo cuando detuvo el auto.

- mm...-abrí mis ojos despacio y miré donde estábamos - ¿qué hacemos aquí? - lo miré asustada.

- Moverás tu culo fuera de mi auto y le dirás que lo amas y que DEBEN estar juntos, porque si no lo haces tú iré y lo haré yo.

- ¿Es una broma?

- No - lo dijo muy serio - bájate ahora.

-Pero...

- ¡Ahora! 

Cenizas parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora