Capitulo 15: Cenizas

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Suspiré una vez más mirando mi habitación. Angel aún dormía, la pobre se había quedado toda la noche consolando mi llanto luego de que me sacara de ese…horrible lugar. 

Tal vez ella nunca me perdonaría lo que estaba a punto de hacer…pero no importaba, solo esperaba que se hiciera una idea de por qué lo hacía.

Mi vestido de novia estaba tirado en el suelo, todo sucio, con rastros de sangre, se veía asqueroso y feo, como yo.

Tomé el bolso y lo puse en mi hombro; cerré la puerta evitando hacer mucho ruido. 

Ya no quería llorar y no porque no tuviera pena, sino que sentía que me había quedado seca…

Caminé pasando mis dedos por las paredes y sintiendo todos los recuerdos de golpe…

<<- siento interrumpirte – dijo haciendo una mueca – pero...me preguntaba si no habría otra habitación disponible. Quizás en el segundo piso. – sus hermosos ojos me tenían hipnotizada. - ¿sigues aquí? – él hacia movimientos con sus manos, pero yo no reaccionaba. Hasta que caí en la cuenta.

- OH, OH. Lo siento. Sí. Sí, claro, em...hay otro cuarto en el segundo piso. >>

Nunca creí que ese sería el comienzo de mi perdición…¡pero si todo se veía tan bien!

<<- ¿Sophie? – miré hacia mi costado izquierdo. Era Frank.

- ¿si?

- ¿qué haces despierta tan tarde?

- Fui por un refrigerio. Ya que nadie me despertó para la cena.

- Em...lo intenté. De hecho tu madre me dio las llaves para que entrara a verte, pero tienes el sueño muy pesado.

- Ah...sí, supongo que sí. ¿Y tú por qué estás despierto?

- No tengo sueño. 

- Ah...

- Ven...quiero preguntare algo...

- Em...Ok...>>

Ojalá hubiera sido más inteligente, tener un poco más de cerebro…pero…nadie te advierte que el amor duele, nadie te dice que saldrás lastimada.

El corazón es cruel, nos hace tener ilusiones, creer que todo irá bien cuando no es así ¡no es así!

Bajé las escaleras y caminé hasta la puerta y al salir le eché una última mirada a la pensión. Era mi despedida definitiva de este lugar…

Caminé por las calles que recién comenzaban a tener vida. Era muy temprano así que no transitaba mucha gente, es más casi nadie.

Tuve un cuento de hadas a medias…

¿Estoy rota? ¿hay algo de malo en mí? No, probablemente Cupido solo me odia…

Llegué a la estación de buses, compré mi boleto y noté como la persona que me lo vendió me miraba de forma extraña.

De seguro eran mis ojos hinchados, o …no lo sé, tal vez yo estaba mostrando algo que no podía ver pero los demás sí…¿qué importaba ya? En serio…¿qué demonios importaba?

Me senté a esperar para subirme al autobús, quería que el tiempo pasara rápido. Ya no aguantaba más…

Miré el suelo y noté unas gotitas, instantáneamente me toqué el rostro…claro, eso era lo que tenía yo lloraba y no me daba cuenta. Estaba como anesteciada, no sentía ni frío ni calor, ni mucho menos el agua que botaban mis ojos.

Frank Iero ¿por qué me hiciste esto?...

De repente me entraban unas ganas enormes de chillar y arrancar todo a mi lado pero…algo dentro de mí, no me dejaba moverme.

Cenizas parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora