Capítulo seis Jugar con drogas hace mal

872 25 0
                                    

Steve pov.

Papá me arrastro a Chile es un lindo país pero tuve que dejar a tras mi pantera, en cuanto llegamos me inscribió en un colegio, para mantenerme ocupado mientras él trabaja, no se para que me trajo si me va a dejar solo para eso me quedaba con Kathya. Porque definitivamente no tiene tiempo para mí, sé que trata, pero el trabajo es mucho, trabaja de ocho a ocho llega a la casa me controla la materia, aun no puedo creer que lo haga creo que es para asegurarse que voy a clases.

Extraño a la Kathya, papá ayer no llego me llamo que trataría de volver hoy, me levante y me fui al colegio, me encerré el baño no estaba para ir a clases tenía suficiente con tener que asistir, habían unos chicos, haciendo sus cosas, trataron de esconderlo cuando entre, estaba enojado frustrado y extrañando a mi mujer, saque un billete y tome una de las bolsas la buena muy buena.

No quería sentir, justo eso paso sentí que la cara se me adormecía y que no sentía los dientes se me acelero el corazón y de pronto ya no sabía dónde estaba, los chicos me miraron asustados y salieron corriendo, voy a morir solo en un país extraño y sin poder besar a la mujer que amo, no me di cuenta cuando me desmaye.

No sé cuánto tiempo ha pasado pero siento que una mano me acariciaba mi rostro, trate de abrir los ojos pero no podía.

"shh shhh"

Sentía los calmos shh de papá "duerme mi amor" seguía acariciando mi carita y mis manitos.

"sabía que me salvarías" no sé si me entenderá o si tenía coherencia, no era yo en este momento.

"shhh mi amor tranquilo mi vida" susurraba podía sentir su voz quebrarse, abrí los ojos, pude ver a papá llorando a mi lado.

"estoy bien solo un poco adolorido"

"mi bebe no sabes el susto que me diste" me abrazo con cuidado

"llévame a casa papito" le roge odio los hospitales, por cualquier cosa te llenan de agujas

"le pediré al médico el alta" me dio un beso "cómo te sientes de verdad, dime si te sientes mal"

"no, un poco adolorido, solo eso, como si me hubiesen apaleado" lo mire a los ojos "me sentiré igual aquí o en casa, a menos que me adormezcan con morfina" dije esperanzado me alzo un ceja y eso fue suficiente advertencia, me hundí entre las sabanas, salió a llamar al médico desde la puerta y en un instante estaba con el alta y en mi casa siendo cuidado por papá, me arropo, me cuido y regaloneo hasta que llego la temida hora de la verdad.

"hijito sabes que te mereces un buen castigo" me dijo con pesar, que estaba pasando estaba todo perfecto, fue un error, no debe castigarme por eso, "no papi" le dije casi en un susurro

"mi amor dime porque estuvo mal de lo que hiciste" me abrazo con ternura

"nunca más papi" comencé a llorar enseguida, "no me pegues papito"

"mi vida, no te morirás, solo serán unas nalgadas y te las ganaste por arriesgar tu vida de esa forma" me dejo boca bajo en sus rodillas

"no papi, tenía tanta pena"

"porque tesoro" me dejo de nuevo en sus brazos.

"ay papito, quiero irme a casa ya no quiero estar solito aquí"

"bebe, no estás solito estas con tu papá, sé que trabaje mucho pero fue para estar desde hoy todo el día junto a ti hijito hice dobles turnos y hasta triple turnos para dejar todo listo y ahora ya no estarás solito, nunca pensé que una semana seria tanto mi amorcito" me abrazo con fuerza

Una jauría de tigresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora