Ayudar a Iñaki era algo que me ponía en aprietos, debido a que, afortunadamente solía tenía mucho trabajo, sin embargo, en aquella llamada telefónica hubo algo en su voz que me convenció, sonaba genuina su necesidad de un favor y no pude negarme.
Tendría que trabajar algunos detalles de diseño y hacer algunas horas extra, pero, con eso y una buena organización con mis empleados, todo estaría bajo control; era una fortuna de tener un excelente equipo preparado para cualquier imprevisto.
Quedamos de vernos al día siguiente para practicar algunos postres que me pidió y así familiarizarme con el espacio, sin entorpecer a los demás. Solo faltaba un día para su evento, así que, cada minuto contaba
- ¡Qué carita!
- Es la única que tengo
- Se ve que tienes sueño
- Ayer fue un día pesado y no dormí bien
- ¿Padeces insomnio?
- Insomnio ocasional, como todos.
- Lamento ser la culpable de que te levantaras más temprano
- Esto es mejor que no tener chef repostero. Tú también luces cansada
- Trabajé hasta tarde, hay muchos pedidos, pero, está todo en orden
- Lamento darte más problemas, pero valoro mucho tu ayuda
- No te pongas cursi, mejor prepara café, lo necesito, sé un buen anfitrión.
Iñaki rió levemente y fue directo a la cafetera. Después de unos minutos el delicioso aroma del café comenzó a sentirse en el ambiente, lo que consiguió animarme más.
Sin perder tiempo, mientras estaba lista mi bebida, comencé con algunos panes que normalmente no hacía, los postres eran sencillos: cheescake, pastel lava de chocolate y algunos más sofisticados pero que me resultaban familiares.
- Parece que vas bien
- Creo que sí aprendí bien a hacerlos después de todo – respondí mientras metía la última charola de pan al horno -, solo falta que salgan bien del horno
- Saldrán bien
- Quedó rico el café – dijé después de tomar un buen trago -
- ¿Tú haciéndome un cumplido?
- No te emociones, no sucederá seguido
Terminamos de beber café, contámos algunas anécdotas graciosas de nuestro día a día en el trabajo, de cuando eramos estudiantes y por fin quedó todo listo. Estaba agotada y aún restaba un día de trabajo, al parecer Iñaki estaba igual que yo
- Lamento hacerte trabajar horas extras
- Estamos en igualdad de condiciones, tú vas a la pastelería también
- Creo que somos adictos al trabajo
- Algo hay de eso – ambos reímos - ¿Te llevo o te pido un taxi?
- No, traigo a mi poderosa Harley
- Ah sí, la Harley... ¿siempre te mueves en ella? - preguntó con notable curiosidad -
- ¡Claro!, es mi medio de transporte, no tengo auto. Soñaba con una moto y cuando pude, la compré – él sonrió -
- Fascinante
No supe si se refería a mi breve declaración, a mi moto o a otra cosa, pero decidí no indagar, solo sonreí y le dije adiós con la mano antes de enfilarme hacía mi motocicleta.
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La mejor mentira de mi vida
RomanceSinopsis Sarah es muy hermética y sarcástica. Iñaki es muy directo y cínico. Ella estaba renuente a tener pareja y él ni siquiera tenía tiempo de pensar en el amor. Él es el chef de un importante restaurante, ella tiene su propia pastelería. Las vi...