"Déjate llevar" me dijo con toda la naturalidad que le faltaba a esa frase. Pfff, ¿yo? ¿guiarme por típicos sueños y fantasías tan propios de una niñita? Ni pensarlo. Suspiré y supuse que tendría que seguir buscando una respuesta. O acaso era tan difícil de comprender, de explicar lo que un solo par de ojos morochos podían generar. Parecía ser la única de la casa, del reino entero mejor dicho, que no entendía al amor o el amor no me entendía a mí.
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Dejar(te) ir.
RomanceY ella parecer ser la única que no entiende al amor o, peor aún, el amor no la entiende a ella. Él descubre que la pasión no siempre se reduce a lo físico y que en una sola persona se puede encontrar un lugar seguro y lleno de inestabilidades a la...