Percy Jackson Imaginas

Apolo

"Dijiste que no volverías "

Te encontrabas preparando la cena para tus hijos y para ti, esta noche comerían macarrones con queso, la cual era la comida favorita de los gemelos, a ambos les gustaba como se quedaba el queso pegado a sus dientes. Estabas en la cocina con la puerta cerrada porque no querías que los pequeños te vieran llorar, estabas de verdad destrozada y no querías preocuparlos. Tienes 4 hijos, los cuatro son hijos de la misma persona. Aunque el cada vez que nacían sus hijos decía que no volvería y que no podía tener una relación con ellos y contigo, él siempre volvía pero esta vez fue diferente, tuvieron una pelea muy fea, una donde ambos se dijeron cosas que quizás pensarán pero que no había porque decirlas, él se fue con un portazo y prometiendo no volver ya que no quería hacer enojar más a su padre ya que traería problemas, y aunque quisieras aceptarlo no podías.

Creo que hay varias cosas que no están claras aun así que aquí van, eres hija de Hecate así que controlas la niebla y la magia, lo que mantiene tu hogar seguro y ahora es lo que más necesitas considerando que ahora tenias a cuatro semidioses en tú hogar, los cuales eran hijos de Apolo y tuyos, ya se que no es tan común que un Dios este tantas veces con una mortal pero la relación que tenían tu y Apolo era especial y cualquier persona que los viera lo hubiera notado, incluso habías conocido a su hermana, era muy agradable y te había contado historias divertidas de él. Pero ahora todo lo que viviste eran solo recuerdos.

Estabas mirando el horno cuando oíste la puerta.

-Yo voy niños- dijiste secando tus lágrimas.

-Okey- gritó Sean, tú hijo mayor.

Abriste la puerta de la cocina y te dirigiste a la puerta, cuando la abriste quedaste descompuesta, no esperabas verlo.

-¿Que haces aquí?- preguntaste con el ceño fruncido.

-¿Puedo pasar? - pregunto con una media sonrisa.

-Dijiste que no volverías- cruzaste los brazos sobre tu pecho.

-Lo se y fue una idiotez- dijo decaído- te amo y creo que esto no lo sentía desde Dafne o Jacinto, y es genial.

-Yo también te amo- dijiste con una sonrisa- pero no se si podré soportar que cada cierto tiempo pelees conmigo solo por culpa de tú padre.

-Hable con el y entendió que quiero estar contigo- dijo para acercarse a ti y tomar tus manos- el cree que puede ser bueno estar juntos, ahora estoy más concentrado.

-Me agrada caerle bien a mi suegro- dijiste para por fin lanzarte a sus brazos- nunca te vuelvas a ir.

-No lo hare- dijo con una sonrisa- me quedaré con ustedes.

Dedicado a CaataMorgado