Inspiración

1.2K 145 31
                                    

Acostado sobre la alfombra, Ciel se dejaba besar por su ahora novio oficial, esté le acariciaba el cabello con ternura y no dejaba de regalarle besos por el cuello y la mejilla.

Era una experiencia nueva, no entendía el porque ese hombre le despertaba tantas sensaciones que no había experimentado antes, sus labios húmedos le arrancaban suspiros y la pelea de sus lenguas era una oleada de placer.

Sebastian delicadamente acariciaba su cintura recorriendo su espalda de arriba hacia abajo, su cuerpo pedía más del jovencito, sabía que se estaba exitando y Ciel noto esa erección rozando su entre pierna.

- Sebastian ....Eso es lo que creo que es?-  preguntaba con pena

- Disculpa no quería que reaccionara así...Pero tú me exitas demasiado -

Algo acalorado y con las mejillas rojas el mayor miraba fijamente a su nuevo novio menor.

- Descuida... Creo que los dos nos dejamos llevar -

- ¿Tiene algo de malo? Te molesta sentir como me provocas? -

El mayor boca arriba no dejaba de besar el cuello de el menor.

- No es eso...Pero yo... Nunca había estado así con nadie y por lo visto tu tienes esa experiencia -. Respondía con algo de molestia el chico, desviando la mirada.

- ¿Estás celoso? -. El mayor se levantaba y se sentaba en la alfombra mirando como hacía un pequeño puchero el peliazul.

- No estoy celoso, tonto-

- Escuchá, antes de venir aquí mi vida amorosa no fue muy buena, tuve pocas parejas pues nadie logro llamar mi atención, respecto al contacto físico solo fueron algunas veces que tuve sexo con mujeres desconocidas y fue solo eso -

- Sí claro, como no -

- Nunca en mi vida me había quedado prendado de otro hombre, así que si lo ves de ese modo sería también mi primera vez, además sería hacer el amor contigo -

Ciel se sonrojo al escuchar la declaración de su amante, sabía que era sincero y el también deseaba experimentar lo que es "hacer el amor" pero no quería que fuera así tan deprisa.

- Vamos a ir con calma en esto, todavía el día de ayer éramos distantes y hoy estamos aquí en tu departamento besándonos en tu alfombra -

- No te preocupes Ciel, yo sabré esperar cuando sea el momento ideal de poder estar contigo de ese modo -

Lentamente se acercó y lo beso nuevamente en los labios, le encantaba saborear su boca y su saliva, se separó y le sonrió, ambos se levantaron del piso y caminaron hacia la mesa.

- Desde ayer estabas escribiendo algo no? Es para tu libro supongo -

- Si, cuando llegué aquí no tenía idea de que escribir y no me llegaba alguna inspiración hasta que te conocí aquel día -

- Vamos, me vas a decir que fue amor a primera vista ?- algo burlón Ciel le decía.

- Claro, podría decir que eres mi musa de inspiración -

- ¿Ah si? Y que fue lo que escribiste -

- Cuando lo termine te lo mostraré, quieres vamos ahora a comer algo que desde ayer no pruebo bocado -

- Bien vamos, tengo algo de sed también-

Sebastian tomo de la mano a su nuevo novio y ambos bajaron a la cafetería, sus empleados los miraron entrar y pudieron notar la mirada de Ciel diferente. Sus manos entrelazadas y una leve sonrisa en el rostro de su amo era algo nuevo que era digno de ver.

Mientras​ en una ciudad de Huston una mujer madura y peliroja caminaba fuera de una oficina con unos documentos en la mano, llegó al auto de lujo y se subió en el.

- Lamento hacer esperar pero el abogado estaba algo ocupado -

-No te preocupes, está ciudad es interesante pero me gustaría más que me hablaras del porque me llamaste Angelina -

La pelirroja se colocaba unas gafas oscuras y sacaba de su sobre unos documentos para que su acompañante los viera.

- Ho, entiendo pero que papel tengo yo aquí?-

- Quiero que vayas y tengas en la mira a mi pequeño sobrino, no puedo perder una oportunidad como esta y un buen plan sería ideal -

- Hehehehe pero si tú ya tienes todo, que más puedes pedir querida ?-

- Todo no es suficiente y está parte del trato te conviene querido, solo tienes que hacer tu parte y depende que averigües sabré que hacer, está claro  Undertaker? -

- Claro madame red - con una sonrisa algo burlón afirmaba su respuesta el albino extraño.

9 pm, la cafetería cerraba y como de costumbre los empleados se disponían a subir al departamento para descansar, pero algo nuevo ocurría y no será un secreto para ellos.

Era oficial, Ciel tenía pareja y era el mayor.

- Bueno chicos eso es lo que quería decirles, aunque esto empezó como un juego ahora quiero que ustedes...-

- Joven amo usted no tiene que explicar nada, mientras esté a gusto nosotros también - comentaba emocionada m
Meyrin.

- Así es, usted siempre anda muy preocupado y enojado ahora tendrá mejores ánimos- respondía finni con una gran sonrisa.

- Yo no me lo esperaba pero su seguridad es lo principal y el señor Sebastian lo cuidara bien- le decía sinceramente Bard.

- Como su fiel acompañante desde en vida de sus padres, ellos desearían que usted fuera feliz, no me queda mas que pedirle al señor Sebastian que cuide de usted en este nuevo comienzo y en nombre de todos le apoyaremos - era la fiel y honesta respuesta de Tanaka.

- Les agradezco mucho la confianza por permitir estar en compañía de Ciel, no voy a defraudar a nadie - haciendo un tipo de reverencia a los empleados que eran más que eso para el joven, pues su única familia podría decirse.

Moría de nervios y un poco de pena, pero se sentía aliviado de que sus empleados lo apoyaran de ese modo, tenía mucho tiempo que no experimentaba lo que era la seguridad y tranquilidad, ese hombre mayor le regresaba algo de la felicidad que perdió hace tiempo.

Mirando las estrellas en la terraza y con una taza de café en la mano, Sebastian abrazaba de forma protectora a Ciel.

- Sabes, hace tiempo que mi café no me sabía tan rico como ahora y creo que es porque encontré a cierta persona -

- ¿Eres algo cursi lo sabes ?-

- ¿Soy escritor lo olvidas? -

- Tal vez deberías empezar a escribir historias de terror - se burlaba un poco.

- Claro, pero porque mejor no algo de poesía erótica? Tú puedes ayudarme -

- Que estas... -

Antes de dejarlo responder le cerro los labios con un beso, sin resistir a esas muestras de afecto Ciel se dejaba seducir a ese beso sabor café.

Antes de dejarlo responder le cerro los labios con un beso, sin resistir a esas muestras de afecto Ciel se dejaba seducir a ese beso sabor café

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre mirada y un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora