Gato perdido

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Los días de vacaciones casi se aproximan y el día comienza en la cafetería, como siempre algunos adultos pasaban a desayunar antes de ir a su trabajo.

- Aquí tienes el dinero y el comprobante de pago, no demoren mucho -

- No se preocupe joven amo, regresaremos de inmediato con toda la lista - se despedía Meyrin, Finnian y Bard, los tres salieron rumbo al centro a recoger algunos productos faltantes de la alacena y material pagado. Ciel se quedó a cargo del negocio pues era una mañana tranquila, mientras no salieran los estudiantes, aveces era algo tedioso lidiar con las chicas y alguno que otro varón que llegaba para hacerle invitaciones o regalos secretos.

Se podría decir que estaba acostumbrado pero aveces se salían de control cuando alguna chica se pasaba de acosadora con él, aún no se sentía preparado para tener una cita o una relación con alguien más. Las veces que llegó a salir con Elizabeth su ex prometida fueron algo tediosas, la chica solo lo abrazaba y no dejaba que escogiera el lugar a donde ir y nunca paraba de hablar de cosas que no le interesaban, de algún modo se sentía libre ahora y deseaba aprovecharlo.

Salió para acomodar algunos manteles en las mesas al aire libre cuando de pronto escucho un llanto de una niña, camino hacia el pequeño jardín que estaba enfrente y ahí estaba una chiquilla de unos 7 años.

- ¿Porque estás llorando? dónde esta tu mamá -

- El gato...el gato está ahí arriba en el árbol y no se puede bajar, se va a morir sniff sniff -

- No puede morir por estar en un árbol, además si es un gato debe de saber cómo bajar, ya deja de llorar -

La chiquilla al escuchar su respuesta rompió en llanto más fuerte, Ciel estaba entrando en molestia no le agradaba tener que soportar los berrinches de una niña fuera de su negocio.

- Está bien, espera, voy a tratar de bajarlo solo si te callas -

- Si...Está bien -

Con cuidado se fue sujetando del árbol y poco a poco fue subiendo, su cuerpo delgado le permitía subir con rapidez aunque no tenía mucha fuerza, finalmente llegó dónde se encontraba el gato de pelaje negro azabache.

- Ven aquí gato, no puedo subir más solo da un brinco de una maldita vez-

Tratando de alcanzarlo con sus dedos, el gato se erizo y brinco sobre su cabeza causando que perdiera el equilibrio, resbaló de un pie y se soltó cerrando los ojos esperando darse un buen golpe contra el suelo lo cual no ocurrió, despacio abrió sus ojos y vió un rostro ya conocido.

- ¿Tú ? -

- ¿Deberíamos dejar de encontrarnos de este modo no crees ?-

Sebastian le sonreía mientras lo sujetaba en sus brazos, de algún modo llegó antes de que el trasero de Ciel tocará el piso.

- Gra...gracias, pero podrías bajarme -

- Claro, lo siento -

El gato estaba meneando la cola frente a ellos muy quitado de la pena.

- Listo, ahí está tu gato ya te puedes ir a tu casa -

- Ehmm...No es mi gato en verdad, solo quería que no se dañara si no podía bajar - la chiquilla salió corriendo apenada antes de que fuera regañada, dejando a Ciel con la cara perpleja.

- ¿Que? Maldita mocosa no era su estúpido gato y así me tuve que subir por el!!!-

- Tranquilo, si no fuera por el gato no te hubiera saludado esta mañana cierto ?- el mayor le regresaba una sonrisa que le causó un sonrojo.

- Bien, gracias de todos modos debo regresar a la cafetería -

- Puedo hacerte compañía, necesito un desayuno antes de continuar mis labores -

Ambos entraron a la cafetería, Ciel le sirvió un café y un desayuno ligero que pidió, el lugar estaba casi vacío así que este le invito a sentarse Junto a él.

- ¿Y qué tiempo vas a quedarte en esta ciudad ? -

- Aún no lo sé, necesito buscar un lugar donde poder quedarme ya que no tengo aún definido el tiempo que viviré aquí  -

- En este edificio rentan un pequeño departamento, deberías preguntar si te conviene - comentaba Ciel con algo de desinterés aunque en verdad trataba de ocultarlo pues le daba curiosidad el saber más de ese hombre, su porte elegante y enigmática apariencia le inquietaba sin que se diera cuenta.

- Sería interesante no lo crees? Seríamos vecinos  - dedicándole una atrevida mirada al chico de ojos azules, solo por un segundo se perdió en el color carmesí de su mirada, así  rápidamente disimulo su nerviosismo dando un trago a su café.

- Joven amo ya regresamos, las cosas están afuera si gusta checar la lista -

- He...Gracias Meyrin ahora mismo salgo -

Se levantó de la mesa recogiendo su taza vacía. - con permiso tengo que revisar el producto, nos vemos después -

- Claro tomaré en cuenta tu recomendación -

Ciel salió para revisar que todo lo de su lista estuviera completo, se sentía extraño y nervioso sin saber porque.

"Estúpido gato por su culpa hice el ridículo otra vez"

Como fue al almacén ya no se dió cuenta cuando Sebastian se fue de la cafetería, sintio un poco de alivio porque estaba aún algo nervioso o apenado, ni el mismo entendía porque se sentía así "tal vez por el momento tonto en dónde él me salvó dos veces como si fuera la dama en apuros" dió un suspiro largo y se sentó en la pequeña oficina, aún recordaba que era común ser tratado como un niño débil y pequeño sin poder decidir nada por él mismo.

Su madre era algo sobreprotectora y no dejaba que él tomara decisiones, tampoco cuando fue anunciado su compromiso con Lizzy pudo reclamar algo, ahora se sentía libre sin ataduras y capaz de valerse por sí mismo, aunque la vida era solitaria no deseaba involucrarse con nadie aún, no estaba preparado y menos con el tipo de chicas locas que llegaban​ a la cafetería solo para molestarle.

Llegó la noche sin ningún contratiempo y nuevamente Ciel se disponía a tomar un baño antes de dormir, sus empleados ya se encontraban descansando en su propio cuarto de servicio, se quitó la ropa y se cubrió solo con una toalla listo para entrar al baño cuando escucho unos golpecitos en la puerta.

Algo dudoso de abrir pues nunca recibía invitados o visitas menos a esa hora, así que dejando las dudas camino para abrir la puerta y nuevamente se encontró con los ojos color carmesí.

- ¿Que? -

- Buenas noches, sólo pasaba a saludarte antes de ir a descansar -

Era Sebastian que sonreía como si nada y en sus brazos tenía al gato negro que más antes Ciel había intentado salvar.

- Que...¿que estás haciendo aquí ?-

- ¿Lo olvidaste ? vine a preguntar si tenían disponible un departamento aquí mismo, es algo pequeño pero perfecto para mi y este chico que se encuentra perdido - acariciaba  las orejas del felino.

- Está bién, buenas noches tengo que irme a bañar nos veremos después -

- Cierto puedes enfermar si andas solo con una toalla en la cintura -

Era verdad se olvidaba que estaba semi desnudo y rápidamente cerró la puerta con el rostro sonrojado, solo se escucho a Sebastian reír por fuera y despedirse.

- Tsskkk...Ese idiota - murmuraba molesto con el sonrojo en sus mejillas, no se había dando cuenta que a partir de ahora su vida cambiaria drásticamente por culpa de ese joven que conoció de forma extraña y que ahora sería también su nuevo vecino, sin embargo una leve sonrisa se dibujaba en sus labios.

Entre mirada y un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora