Enamoramiento

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Se sentía cansado, con la cara pálida y unas ojeras terribles. La noche no fue nada linda y para rematar estaba más confundido que antes, la pelea con Sebastian le dejo tantas dudas y el porque le dolía tanto que este le marcará esa distancia.

Llamo a Tanaka y  le pidió de favor que se hicieran cargo de la cafetería, alegaba que no se sentía bien y que deseaba descansar. Todos asintieron contentos de ayudar a su amo esta vez sin saber que realmente tenía un padecimiento no físico pero si interno.

Ciel se levantó, rato después que todos se fueron, se cambio de ropa por algo más cómodo y salió por la puerta de emergencia para no ser visto. Caminó dirección al muelle, deseaba pensar y tratar de calmar sus ideas.

"Qué demonios pasa conmigo​, no debería de sentirme de ese modo"

Caminaba lentamente por las calles largas, con la mirada sobre la acera y se detuvo en un puesto de sodas para pedir algo y seguir caminando.

- Estoy tan contenta de salir contigo este día!!!-

Ciel volteaba y observo una chica contenta que abrazaba al que parecía ser su novio, tenía una rosa en sus manos y el joven la tomaba de sus hombros con mucha dulzura.

- Vamos cariño, te invito al cine -

Miraba como ambos chicos tomados de la mano caminaban muy animados, en ese momento le vino a la mente las imágenes de la cita con Sebastian, lo contento que se sintió en esa cita en el acuario y la bella vista que le mostró en la noche.

Tomó su soda y continuó su caminata en dirección al muelle. Aún era temprano y había poca gente alrededor, decidió caminar por debajo del puente de madera y una sensación de soledad le invadió su pecho.

Sentado en la arena mirando hacia el mar, parecía que su mente permanecía en blanco, sin pensarlo más se quitó sus zapatos y jugó un poco con el agua que acariciaba sus dedos.

En estos tomaba sorbos de su bebida, una voz lo saco de sus pensamientos.

- Es un bello paisaje verdad -

Un hombre de edad avanzada estaba parado mirando al mar, su aspecto daba a entender que era alguien que vivía cerca de la playa por su piel quemada y las ropas que usaba.

- Si, es un lindo día -

- ¿Espera usted a alguien joven ?-

- No, en realidad no, solo salí a caminar y usted ?-

Ciel no era de hacer plática con extraños, pero el anciano no representaba alguna amenaza además que no quería ser descortés.

- Esperaba...-

- ¿Que dice?-

- Mi esposa salió de viaje hace muchos años en una embarcación, desgraciadamente está náufrago y nunca regreso conmigo, se sabe poco de los restos de ese barco sin embargo ella amaba venir a ver el mar -

- ¿Y usted por eso viene aquí ?-

- Así es, cuando vengo a ver el mar siempre tiene esas sensaciones que me causaba ella cuando venía conmigo, las mariposas en el estómago, los nervios y esa extraña felicidad que nace de la nada, aunque ella ya no está físicamente aún siento que me acompaña cuando vengo a ver este bello paisaje -

- Lo siento mucho -

- No lo lamento jovencito, ella me enseño lo que es el amor y que es enamorarse de alguien, con eso yo le salgo debiendo -

Algo pensativo no dijo nada, se quedó mirando el horizonte sobre el mar y salió de su boca un suspiro.

- Pero que digo, usted joven se ve que sabe de lo que hablo -

- ¿Que dice? -

- Veo en sus ojos el mismo brillo que tenía mi esposa cuando me miraba, ese destello de ilusiones cuando estaba conmigo, usted ya conoce el amor -

- Amor...-

Cómo una punzada en el estómago esas palabras le calaron en lo más profundo de su ser "amor" estaba enamorado y nada menos que de Sebastian, ahora mismo comprendía el porque le dolía esa distancia.

- ¡Amor! ahora lo entiendo...-

Se levantó corriendo y rápidamente se acomodó sus zapatos.

- Gracias por la conversación, tengo que retirarme le agradezco de verdad-

- Ve con cuidado muchacho-

Se despidió del anciano y salió corriendo por el muelle, su corazón latía como loco y deseaba cuanto antes ver a ese hombre.

Mientras tanto se encontraba Sebastian en su departamento revisando sus notas, estaba pensativo y no dejaba de leer el último verso que tenía escrito en sus hojas.

"El azul profundo en el que me quedé atrapado"

Se quitó sus lentes y suspiro de cansancio, tenía pinta de no dormir toda la noche y solo acariciaba al gato que estaba acostado sobre la mesa.

- Tal vez fui muy duro con el chiquillo, pero no tenía caso seguir con ese juego peligroso​ no lo crees amigo ?-

El gato ronroneaba y se dejaba acariciar, de pronto la calma fue interrumpida por unos fuertes golpes en la puerta, el mayor algo desconcertado se levantó y abrió con cautela.

- ¡¡¡¡Sebastian necesito hablar contigo!!!!-

Acalorado y sudado Ciel se recargaba en la puerta con algo de dificultad para respirar. El mayor algo incómodo trato de marcar nuevamente su distancia con el chico.

- Escucha Ciel, creo que ya te había...-

No termino de hablar cuando sintió un fuerte empujón que lo fue a derribar sobre el sillón.

- Cállate no dejare que digas nada -

Sin esperar respuesta lo tomo del cuello robándole un beso de sus labios, el azabache sorprendido por el inesperado beso sintió como el calor fue invadiendo su cuerpo.

Podía sentir las mejillas calientes del chico y el sudor de su frente, la respiración agitada que aún no se calmaba, respondió al beso lamiendo cada rincón de sus labios escapando una de sus manos bajo la camisa de algodón.

Ambos tirados en el sillón en un efusivo beso, el jovencito acariciaba su cuello y repasaba su lengua dentro de la boca de Sebastian. El otro le correspondía dando suaves caricias con sus manos en su espalda sudada, lentamente se separaron del beso.

- ¿Y esto... A que se debe ?-

- Sebastian... Yo... Yo quiero decirte -

- ¿Si?-

- No me importa lo que digas después, pero...yo...creo que yo...estoy enamorado de tí -

Con gran sorpresa el mayor fijo sus ojos sobre la azulada mirada del joven, era real esa confesión realmente era sincera.

- Ciel, yo...-

Le acariciaba la mejilla, podía notar como el chico esperaba una respuesta ante esa declaración.

- Creo que quede atrapado en tus bellos ojos azules -

- Idiota ...Eso que significa -

- Ciel, eres un perverso ... creo que este idiota está enamorado también -

Con una leve sonrisa el más joven lamió traviezo los labios de su amante, en una posición algo comprometida le acariciaba el cabello sin dejar de besar sus labios, estaba contento y un sentimiento nuevo le embriagaba.

Quizás era malo por ser un hombre igual, ¿pero que más daba? estaba feliz después de tanto tiempo solo ese tonto lo había enamorado.

El abrazo continuó entre besos y caricias donde el único testigo era el gato.

Entre mirada y un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora