Un nuevo día llegaba y lentamente abría los ojos, con un estirón de sus brazos Ciel daba un bostezo y al parecer se sentía mejor.
Tocaron la puerta y entraba Meyrin con una bandeja - buen día joven aquí le traigo su desayuno -
- Gracias Meyrin -
Colocó la bandeja en su buró y saco el termómetro, se lo coloco bajo la axila y le sirvió en una cuchara el medicamento que le tocaba.
- Al parecer su fiebre bajó y por lo que veo el sueño lo hizo sentirse mejor -
- Si, me siento mejor, así que pueden ir a la cafetería para abrir yo llegaré al terminar el desayuno -
- Está usted seguro de no descansar otro poco ? -
- Claro, gracias por preocuparte puedes ir con los demás -
La joven salió del cuarto y todos bajaron en dirección de la cafetería, Ciel terminaba su desayuno y aún sentía una ligera molestia, como un enojo y no entendía el porqué.
Se metió al baño y se cambió de ropa, con una mejor cara salió del departamento, inconscientemente volteo al pasillo pero no había nadie, suspiro y bajo las escaleras. Con muchos ánimos de parte de sus empleados lo cuidaban y protegían de más al no querer que fuera a enfermar nuevamente, aunque él tenía sus pensamientos distraídos.
La gente entraba y salía del negocio, nada irrelevante pasaba así dieron las 8 de la noche y era momento de cerrar, los empleados salieron con una sonrisa y haciendo plática sobre el turno del día, sin mirar a su patrón que tenía la cabeza baja y como desanimado.
- ¿Pasa algo joven Ciel ?-
Preguntaba amablemente el viejo Tanaka.
- No... No es nada solo estoy...Algo cansado -
- Quizás tiene usted demasiadas preocupaciones, debe de relajarse más y no tener tanta presión -
- Gracias Tanaka es mejor que vayamos ya a descansar -
Se apagaron las luces del departamento y Ciel no conciliaba el sueño, rodaba en la cama y se escondía el rostro en la almohada hasta que escucho unos ligeros ruidos en la puerta. Se levantó y con cuidado avanzo a la entrada, escuchaba los leves rasguños en la puerta.
- Ho eres tú -
~ meowww~
Cargaba al gato negro en sus brazos algo intrigado el porque estaba rascando su puerta si se supone ese gato lo adoptó Sebastian.
- Tchh...Si no te entrego tendrías que quedarte en mi cuarto y no me gustan mucho los gatos, así que vamos a tu departamento -
Caminó por el pasillo con el gato en brazos, con algo de duda y sentía nervios que le calaban hasta el estómago, todo el día no apareció Sebastian y su última plática fue algo molesta. Llegó a la puerta y toco lentamente, no pasaron muchos segundos cuando el mayor abrió la puerta, tenía puestos sus lentes y una sudadera color negro.
- Bu...Buenas noches, vengo a dejar a tu gato...-
- Pasa... si gustas -
Dejo la puerta abierta y caminó hacía dentro dejando a Ciel atrás, pudo ver que había algunos libros sobre la pequeña mesa y una lámpara de escritorio encendida.
- ¿No duermes aún ?-
- No, estaba tratando de hacer una revisión de mis últimas notas pero no me lograba concentrar -
- Bien, solo vine a dejar a tu gato pues llegó arañando mi puerta -
Sebastian se sentó nuevamente en su silla sin mirar a Ciel, se podía sentir la tensión en el cuarto y el silencio incómodo del momento.
- Déjalo ahí en el sillón, gracias por traerlo no note cuando se salió -
Esa frialdad de algún modo le hirió, no lo miraba para nada a los ojos y sentía una punzada en el pecho, se sentía molesto, así que decidió hacer una pregunta.
- No te ví en el café hoy -
- Ah, eso... pues no tenía nada importante que hacer ahí, en realidad tengo mucho trabajo -
Fue como un golpe bajo, le dió rabia al ver que el azabache seguía sin mirarlo a los ojos y el continuaba mirando sus notas en la mesa como si el no existiera.
- ¿Estás molesto ?-
- ¿Tendría que estarlo ?-
- Pues...desde ayer ya no te ví...Y siento tu distancia -
Se escucho un crujido en el cuarto, el lápiz que sostenía el mayor se había quebrado en dos en sus propias manos, esté no miro al ojiazul y solo sonrió.
- Vaya, que descuido tendré que comprar otro mañana -
Fastidiado por sentirse ignorado por el mayor, caminó a paso rápido directamente a su lugar y lo tomo de la sudadera con fuerza.
- ¡¿Me tomas por idiota o que ?! -
- Ciel, podrías dejar de sujetarme así ? Creo que debes de irte a dormir -
- Me puedes decir porque me estas evadiendo ???-
El mayor desvió la mirada, tomo de las manos a Ciel para liberarse del agarre, el chico no se opuso al ver la indiferencia de Sebastian y solo se quedó callado.
- No tenemos nada más de que hablar Ciel, por el momento creo que el juego que iniciamos debe terminar -
- ¿Que dices ? -
- Las personas que te molestaban ya no lo hacen así que tu problema se solucionó, esa era la intención de este juego entre tú y yo así que como tú mismo lo dijiste, no tenemos porque seguirlo...es todo -
No sabía que decir en ese momento, se sentía humillado y su orgullo no sería pisado por ese viejo altanero como Sebastian.
- Bien, eso me parece perfecto "señor" Michaelis, me retiro y de favor le pido que no vaya a molestarme más su gato pulgoso, con permiso -
Se escucho el cerrar de la puerta, el mayor dejo salir un suspiro y se colocaba la mano en la frente señal de fastidio, el gato se acercó buscando su atención y este le acariciaba las orejas.
- ¿Que tonto verdad ?-
El gato solo ronroneaba tratando de confortar a su amo.
En cambio Ciel se dejaba caer en la cama con coraje, no sabía porque sentía ese enorme enojo y ahogaba su molestia en la almohada y sintió una humedad en sus mejillas.
- ¿Que ?-
Se tocaba con sus dedos y eran lágrimas, estaba llorando sin darse cuenta.
- Que carajo ....-
No podía contenerlas y le dolía el pecho, se sentó en la cama tratando de calmarse pero solo le venía a la mente la mirada fría de Sebastian.
- Eres un idiota....Se supone que todo era un juego no es verdad, si es así porque me duele tanto ? -
Se abrazó de sus rodillas y secaba sus mejillas, una sensación extraña le invadía su pensamiento y no comprendía que pasaba, solo reconocía que le dolía la indiferencia del mayor y que de algún modo esa ausencia y distancia le afectaba.
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Entre mirada y un café
FanficCiel es un chico jóven que está a cargo de el funtom café, un negocio propio a cambio de renunciar a su adinerada herencia y hacer su vida lejos de su molesta tía y su ex prometida. las cosas cambian drásticamente cuando un elegante y misterioso e...