Octava parte

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  Cuando YeSung despertó al día siguiente, seguía sin creerse todo lo que había sucedido. El olor a pan tostado lo saco de sus inseguridades y antes de que decidiese levantarse, la puerta de la que solo por esas horas era su habitación, se abrió mostrando a un sonriente JungSoo seguido de otro alegre RyeoWook.

- ¡Buenos días dormilón!.- exclamo LeeTeuk abriendo las cortinas. YeSung se incorporó en la cama y sonrío cálidamente al mayor.

- Buenos días.

- Te ves mucho mejor hoy, ¿dormiste bien?

- ¡Como un bebé!.- Exclamo YeSung ante la simpatía del contrario.

- Me alegro, ¿por qué no te levantas a desayunar? Sé que es algo temprano para que un adolescente se levante un día sábado... pero ya sabes, es víspera navideña y me gustaría que comieras con nosotros.

A YeSung se le estrujo el corazón. Vio a RyeoWook sonreírle desde la puerta y bajó la mirada emocionado.

Desayuno, en víspera navideña...

Su cuerpo dolía todavía, pero las cálidas intenciones de JungSoo parecían ser la mejor anestesia que jamás habría probado para su dolor.
Asintió aguantando las ganas de llorar. Se sentía extrañamente conmovido... Al ver a aquellas dos personas frente a él.
JungSoo sonrió cálidamente y salió de la habitación diciendo que lo esperaba en la cocina.

RyeoWook quien seguía sonriendo desde la puerta, se adentró a la habitación y tomo asiento junto a YeSung.

- ¿Estás listo para tu segundo deseo?.- YeSung ladeo la cabeza y chasqueo los dientes.

- No estoy seguro.- Respondió con honestidad.

- No importa.- Dijo el castaño.- ya sabrás que desear... solo ten presente que te quedan solo dos deseos y que solo podrán cumplirse antes de que acabe la navidad... mañana a las doce de la noche, la magia que se me ha otorgado... desaparecerá.- Concluyo RyeoWook poniéndose de pie para dirigirse a la puerta y decir.- Rápido, huele delicioso.

Entonces YeSung sonrío atontado.
Se quitó las sabanas de encima y se dirigió al baño, para mojarse la cara y hacer... ciertas otras necesidades... finalmente se miró unas cuantas veces en el espejo, notando y preocupándose por primera vez sobre lo increíblemente delgado que estaba su cuerpo y viendo... nunca se había observado tan a fondo... Era la primera vez que veía sus cicatrices, sus ojos, su boca... su expresión, y era extraño, porque a pesar de no haberlo notado nunca, sabía que aquel brillo de ilusión y alegría en sus ojos no estaba antes.
"Unas cuantas horas cambiaron mi vida... una sola palabra mi corazón, y tres extraños desconocidos... mi ilusión"
Caminó hacia la cocina con el semblante enérgico y descansado. Sonrió grandemente allí al ver sentado a YoungWoon bebiendo de una taza de amargo café, a JungSoo preparando unos boles de cereal y a RyeoWook sentado alegremente en una de las sillas que sobraban.

- Buenos días.- Dijo tomando asiento frente a YoungWoon, quien al verlo dejo su café en la mesa y sonrío con amabilidad.

- Bueno días muchacho.- Decía el mayor cuando JungSoo tomaba asiento a su lado y sonreía.

- Realmente te ves mucho mejor.- Señalo LeeTeuk dejando un bol de cereal frente a él.- Debes alimentarte bien para que sanen también tus heridas. YeSung mostro sus dientes con simpatía y asintió al ver caer la blanca leche sobre su cereal. Tomo la cuchara que le era ofrecida y comenzó a comer, esta vez más lento y pausado, disfrutando de cada bocado.- Hoy saldré a hacer unas últimas compras para esta noche.- Informo LeeTeuk.- Así que se quedaran ustedes dos solos.- KangIn asintió sin darle mucha importancia a las palabras de su esposo, tomo de su café y mastico una tostada.- YeSung te pido que vigiles a KangIn, es capaz de incendiar la casa cuando yo no estoy.- El más joven escupió una carcajada y el mayor un pedazo de pan.

- ¡Tengo casi cuarenta años, no necesito de un niñero!.- Exclamo KangIn enfrentado la divertida sonrisa de LeeTeuk.

- Sí, pero últimamente te metes en más problemas que un niño de cinco años.- Gruño LeeTeuk sacándole la lengua a su esposo.- En fin, les dejare una lista de las cosas que deben hacer.- Dijo reincorporándose en su asiento y comiendo una cucharada de cereal.- Pero antes debo revisar las heridas de YeSung, así que apenas termines tu cereal te diriges a mi habitación.- JungSoo apunto con la cuchara al pelinegro, este último escucho la risita de RyeoWook.- ¿Entendido?

YeSung vio entonces quien mandaba allí. Asintió y siguió comiendo cereal.   

Mi milagro (YeWook) (KangTeuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora