YeSung sonrió ante la abrazadora calidez de su hogar. Cerró la puerta dejando todo el frío detrás de él, sin prisa se quitó el abrigo y los zapatos para después encaminarse con sus cómodas zapatillas ya puestas hacia dentro.
No solo la calidez de su hogar lo envolvió aún más al dar unos cuantos pasos dentro, sino que también lo golpeo dulcemente un aroma a comida caliente y pastel recién horneado.
Su estomago gruñó contento con la buena noticia.
Imaginándose quién ya estaba en casa agudizo sus oídos y distinguió la suave voz de su esposo entonando una dulce canción.
Con todo el regocijo del mundo, y a pesar del cansancio se encaminó animadamente a la cocina, divisando primeramente allí la espalda y el cabello alborotado de RyeoWook.
Sonrió brillantemente y sin pensárselo mucho, extendió sus brazos y acobijó al más bajito entre ellos.
- Ya llegué a casa.- Le susurró al oído después de que este diera un saltito sorprendido.
La risa de su esposo no tardó en llegarle al corazón y así como solía ser siempre, el más bajito se removió entre sus brazos para dar la vuelta y rodearlo con sus brazos también.
- Bienvenido a casa.- Le dijo.
YeSung había trabajado en eso, RyeoWook no era tan demostrativo en un principio, así que le llenaba de emoción que este correspondiera sus gestos y se los devolviera de vuelta.
Aspiró el aroma de RyeoWook y deseo quedarse así para siempre, pues allí era en dónde más en calma se sentía, más el llanto incomparable de un niño no tardó en romper el cálido silencio que los rodeaba.
- Pensé que estaría con tus padres.- Rió YeSung separándose lentamente de su esposo.
RyeoWook se carcajeo también, y volviendo a lo que estaba le respondió...
- Salí temprano del trabajo, así que pasé por él a la guardería, mis padres vendrán a cenar en un rato.
YeSung asintió ante la respuesta y con un tanto de prisa se dirigió por el pasillo hasta la habitación que daba justo frente a la suya.
Notó que la puerta estaba abierta, así que simplemente se adentró escuchando con más definición los sollozos del bebé. Una tenue oscuridad lo recibió. Por instinto encendió la luz y se inclinó en la cama para ver a su pequeño hijo derramar lagrimas sin control.
No le gustaba verle llorar, pero sabía que el pequeño no solía tener un muy buen despertar, contraria a su calmada personalidad, Henry lloraba a penas se veía solo al regresar del mundo de los sueños y era algo que muchas veces no se podía evitar.
Los ojos adormilados del niño chocaron con los de él y YeSung no pudo hacer más que morir de amor. Sonrió cuando el niño lo reconoció y extendió sus pequeños brazos hacia él.
- P-pa.- Sollozó el niño a lo que él respondió de inmediato tomándolo en brazos.
- Hola, cariño.- Las lagrimas de su pequeño hijo se detuvieron cuando estuvo cómodo entre sus brazos, aferrando sus pequeñas manos a la camisa de su padre.- Vamos a ver a papi.- Le dijo, y aunque no obtuvo una inmediata respuesta, se apresuró a hacer lo que había dicho.
Llegó a la cocina de nuevo, y Henry - Aunque no tan despierto - Sonrió al ver a su papi también allí.
- ¡Pi!.- Le llamó.
RyeoWook dejó todo lo que estaba haciendo una vez más para ir a saludar a su pequeño hijo, quién se había dormido a penas habían llegado a casa un par de horas antes.
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Mi milagro (YeWook) (KangTeuk)
FanfictionLas personas suelen pensar que los milagros llegan como una luz resplandeciente desde lo alto de los cielos... que caen sobre nosotros cumpliendo nuestros mas grandes deseos y anhelos... y claro, no están muy lejos de la verdad... lo que no saben...