Rutina Silenciosa

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El castaño no podía creer que aquel chico que trató de quitarse la vida hace una semana estuviera frente a sus ojos, y como su nuevo compañero de cuarto.

—Oh, eres el de la otra vez.— dijo sin importancia.— No se tu nombre, bueno, no importa.

Dicho eso volvió a mirar su juego y continuó la partida. El castaño dio dos pasos adelante mirando fijamente a su compañero peli celeste.

—Shirota.... Mahiru....— Fue lo único que supo decir.

—MahiMahi, ¿traes papas?

—¡¿MahiMahi?!— El castaño miraba alterado a su compañero, ¿Tan poca importancia le da a lo que pasó? Comenzaba a irritar a Mahiru. Respiró hondo para relajarse, luego preguntó — No hablarás de lo sucedido, ¿verdad?

El peli celeste paró de jugar al escuchar eso, no se esperaba la pregunta, no, de echo, si lo esperaba, pero no quería responderle a un desconocido.

—No creo que te importe.— dijo mirando la consola.

—Puede que no me re...conozcas, no me conoces, pero si me interesa saber la razón de querer morir de mi nuevo compañero, y quiero que sepas que mientras vivamos bajo el mismo techo no permitiré que vuelvas a intentar algo así.

—¿Acaso eres mi madre?— dijo riendo un poco, era divertido fastidiar al castaño, este solo bufó, estaba acostumbrado a esos comentarios, se los decían todo el tiempo.

—No, pero no permitiré que te pase algo. Voy a cuidarte.— El peli celeste lanzó una carcajada en su interior, ¿Cuidarlo? sonaba estúpido, demasiado...romántico, quizá.

—Haz lo que quieras, no importa.— Dicho eso, volvió a jugar.

El castaño miró las cosas del peli celeste, unas cinco cajas, las que estaban abiertas dejaban ver montones de libros, y no de la universidad, esto le dio una pista al castaño sobre Ash, le gusta la literatura, por lo que debe ser estudiante de esto. En otra caja había ropa y zapatos, miró el resto y supo algo más, le gustaba la música, los discos del peli celeste eran de rock, lo curioso es que se veía el sello de la tienda en la que Mahiru trabaja.

—Oye... Si tanto quieres ver mis cosas, adelante. Te quedaste mirando esas cajas siete minutos.— La voz del mayor arrancó la mirada del castaño, este se avergonzó bastante.

—Lo lamento....Solamente me dio curiosidad...¿Eres estudiante de literatura?— Ash asintió perezosamente, su expresión decía "¿Es tan obvio?".

—Tomé esa carrera hace unos años, y ahora vine a continuarla, o me obligaron a hacerlo.— El castaño recordó las palabras del azabache, había venido con Lawless a inscribir a alguien, en ese momento sabe que era a Ash, y por su condición, debió ocurrir algo que le hizo perder el interés y su hermano trata de ayudar.

—No creo que sea tan malo..— Notó la mirada del peli celeste y decidió no decir más, giró y comenzó a entrar sus cosas, aunque por alguna razón estaban muy pesadas, no recordaba haber empacado muchas cosas de gran peso o tamaño, lo único serían sus útiles de cocina. A menos que el peli verde le jugara una broma.

El castaño pensó en que de seguro las cajas tenían cosas de parte de su novio, retratos, regalos... Era lindo de su parte, pero a la vez le molestaba un poco.

Resignado, el peli celeste se levantó y tomó la caja que sostenía Mahiru, sus dedos se tocaron por un segundo, una pequeña descarga llegó hasta los hombros del castaño, el mayor no dijo nada y lo ayudó a desempacar.

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Al siguiente día comenzaban las clases, aunque esta universidad, a la vista del castaño, estaba desorganizada, dos semanas de clases y luego otras dos de vacaciones de navidad y año nuevo, para que en Enero de nuevo continuaran estudiando. Algo confuso, pero no tenía elección.

Sombras destinadas (KuroMahi/yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora