Sombras destinadas (KuroMahi/yaoi)

Ligera Confesión

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas yaoi hard/lemon(?) si no te gusta este tipo de cosas te recomiendo saltarte hasta ver los tres puntos "[...]"

Pero si te gusta, espero lo disfrutes, pues haré mi mejor esfuerzo en algo tan importante(?) 7u7r

Sin más, comencemos!

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—Gracias por la ayuda, Misono.— agradecía un contento Mahiru.

—No es nada.— contesto el peli morado.— Oye, te vi muy contento hoy, ¿ocurrió algo?— Misono sabia perfectamente lo que ocurría entre Mahiru y Ash, pues era muy cercano a uno de los hermanos de el segundo. E interiormente estaba orgulloso de que salieran adelante a pesar de todo.

—N-no es nada importante. Co-cosas mías.— Mahiru estaba muy sonrojado y nervioso, ¿la razón? Que posiblemente cuando vuelva a su habitación sería devorado por su compañero peli celeste.

—Entiendo, una cosa más. — Mahiru le miro intrigado.— No vayan a hacer escándalo con sus gemidos.— Y le cerro la puerta en la cara a Shirota, dejándole más rojo todavía y con la palabra en la boca.

Cuando volvió a su habitación, no se podía creer lo que estaba viendo, y se tentó a golpearse o pellizcarse para saber si estaba soñando. Pues todo estaba iluminado con velas rojas y blancas, en el suelo había un corazón hecho con rosas y algunos pétalos en la cama. Además de eso, Kuro se encontraba al lado de la puerta con otra rosa en la mano, pero esta era azul.

—Mahiru Shirota.— dijo tomando la mano de este.— Quiero demostrarte lo mucho que me importas, no puedo hacer nada para demostrar lo agradecido que estoy contigo, y tampoco soy lo suficiente bueno para ti, no entiendo como puedes quererme, pero eso es lo que me vuelve un egoísta, no permitiré que te hagan daño o te aparten de mi lado, ahora tú eres mi única razón para estar vivo, no te rendiste conmigo y no me dejaste luego de saber la verdad. Simplemen.. Te amo, MahiMahi.

Cuando termino de hablar, el castaño ya era un mar de lágrimas, estaba demasiado conmovido por lo que había hecho Kuro, jamás pensó que pudiera ser tan romántico.

—Kuro.... Esto es demasiado hermoso... Yo.... — Ni siquiera le salían las palabras.

Kuro, notando que le había gustado, dio un brinco de alegría en si mente. Tomo a Mahiru del mentón y le beso con ternura, no imaginaba un momento más especial que ese.

—¿Estás dispuesto a hacerlo? No haré nada que no quieras.— preguntó al haberse separado. Esto dejo a el castaño algo nervioso.

—Quiero hacerlo.— respondió decidido. Pero en su mente se formaban muchas preguntas.

¿Va a doler? ¿A Kuro le gustará estar conmigo? ¿Lo haré sentir bien?