XII. Parte I

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El mundo era realmente injusto con Viktor Nikiforov, ese perfecto conde vampiro que era considerado el hombre perfecto entre su especie. Él que no carecía de dinero, salud y posición social, miles matarían por tener al menos un cuarto de lo que él poseía, sin embargo, el hombre de orbes celestes era infeliz. Tenía todo lo que no necesitaba y perdía continuamente lo único que de verdad podía hacerlo completamente feliz: a Yuuri Katsuki. Si Viktor pudiese cambiaría todo lo que tenía por la vida de su amante, pero sabía que de alguna manera eso no haría feliz al azabache.

La situación en la que estaba era frustrante, pues frente a él había dos hombres y ninguno parecía entenderlo en esos momentos. Uno de ellos era su amigo Chris y el segundo era el moreno que había tomado la posición de mejor amigo de Yuuri en esa vida. Ambos preguntaban una y otra vez sobre el paradero del japonés, pero él simplemente guardaba silencio, indispuesto a decirles que su pareja había escapado apenas él había ido a abrirles la puerta. Era imposible que no se hubiese dado cuenta, teniendo familiares murciélagos alrededor de todo su territorio. Él que era un conde tan poderoso debía cuidarse siempre las espaldas.

—Estás actuando muy sospechosamente ¿dónde está Yuuri? Necesito saber que está bien —preguntó el moreno mientras fruncía levemente el ceño hacia el poderoso vampiro frente a él. No le tenía ningún miedo a Viktor, pues en esos momentos toda su preocupación estaba dirigida a su amigo desaparecido. Era realmente extraño que no estuviese allí junto a Viktor cuando este les había abierto la puerta.

—Yuuri no está aquí ¿cierto? No puedo sentir su presencia en ningún lugar cercano —Chris suspiró levemente. Para el mundo seguramente Viktor Nikiforov no se veía diferente pero ante los suyos podía notar que algo muy malo estaba ocurriendo. Esos ojos pálidos que nunca parecían mirar con odio a nadie, parecían haberse oscurecido. Sin embargo, el líder de los cazadores esperaba sinceramente estarse equivocando.

—Voy a ir a buscarlo, esto no es problema de nadie más —por primera vez el albino se estaba mostrando a la defensiva con los demás, pero era inevitable... cuando se trataba de Yuuri perdía toda compostura y la sonrisa en forma de corazón se convertía en una línea inclinada hacia abajo.

— ¿Qué le hiciste a Yuuri para que escapara de ti, Viktor? ¡¿Lo lastimaste?! —Pichit estaba empezando a desesperarse, pues no obtenían ninguna respuesta acerca de su mejor amigo... Sabía que el vampiro frente a él amaba al japonés, sin embargo, en ese punto ya no sabía si el amor del conde podía incluso lastimar. Iba a dar un paso adelante cuando Chris le hizo una señal de silencio, se mordió los labios, sintiéndose completamente frustrado.

—Espera Pichit... Viktor, estamos preocupados por ti y por Yuuri. Sabes lo peligroso que resulta que él ande suelto por allí sin ninguna protección... El momento en que el consejo de ancianos y los humanos den luz verde para las relaciones entre especies se acerca cada día más. Mientras esperamos por ese día, él no debe estar solo —ante el grito de "¡Ya lo sé! Por parte de su viejo amigo, simplemente sonrió—. ¿Entonces?

—Debía encerrarlo... No puedo permitir que vuelva a morir ¿Lo entiendes, Chris? Ya no puedo soportarlo —sus palabras brotaron con desesperación. Esa era la realidad... haría lo que fuera por ese chico japonés que le había robado la cordura siglos atrás.

Pichit tuvo que mantenerse en silencio... ver el dolor reflejado en esos pálidos orbes era suficiente para hacerlo consciente de lo incontrolable que eran los sentimientos de Viktor hacia Yuuri. Y es que aun queriendo a su amigo como lo quería, no podía competir con un amor como el de vampiro, que parecía consumirle hasta el alma.

—Él lo entenderá... No te distraeremos más. Tienes que buscar algo muy importante ¿no? —Chris le dedicó una sonrisa al albino que asintió con el ceño fruncido. En esos momentos recordaba que Viktor era como un niño consentido, acostumbrado a siempre obtener lo que quería. Esa situación había cambiado desde que se había encontrado con el mago, por eso, como su mejor amigo velaría por ellos con toda la fuerza que tuviese.

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