CAPÍTULO 34

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Laurence

—¿Qué sentías cuando estabas en coma? —pregunto a Mar quien esta mirando mi collar con suma atención.

—Nada. Como su fuese un sueño sin sueños. —contesta sin desviar su atención. —Me gusta mucho tu collar.

—Gracias, me lo regalo Ian. —Mierda, no debi decir eso.

—Ah. —Es lo único que contesta.

La abrazo y cierro los ojos. Todavía quiero esa vida en la que consistiría en despertar todos los días junto a ella.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunta.

—¿Con qué?

—Con nuestras vidas idiota.

—Empecemos de cero en otro lado y formemos una familia. —propongo.

Sonríe y  me besa con sus cabellos haciéndome cosquillas en el rostro.

—Suena perfecto. Hay que recuperar el tiempo perdido.

Asiento mientras colocó un cigarrillo en mi boca y tiro la primera bocanada -como de costumbre- en su rostro.

—Voy a empezar a empacar. —digo levantándome de la cama y poniéndome los pantalones.

De repende una sensación me invade, una sensación que me hace sentir no muy convencido de lo que voy a hacer.

¿De verdad merece la pena?

Acá tengo todo lo que siempre quise y todo el amor que Ian me da.

En cambio no se si ella me ame como antes o incluso que yo lo haga.

—Esta bien. —dice levantándose ella también de la cama.

Se acerca a mi lentamente y me abraza por la espalda. 

Recuerdo la primera vez que Ian me había dicho que me amaba, justo en esta habitación y abrazandome de la misma manera que ella esta abrazandome.

Le había respondido con un beso confuso, pero mis dudas pronto se disciparon y en el momento en el que acercó mi cuerpo al suyo, de esa manera tan delicada e incluso podría decir que desesperada supe que podría amarlo.

Y lo amaba. Aún lo hago.

—Mar tenemos que hablar.


—¿Si? —pregunta con una sonrisa.

—No podemos estar juntos.
Su sonrisa permanece en su rostro pero a su vez sus ojos se ponen vidriosos.

—¿Qué? —pregunta atónita.

—No podemos estar juntos. Ya no te amo.

—Okay.  —dice dejando su sonrisa de lado.  —¿Te digo algo? No me hubiese importado morir esa noche, porque conocía lo único que le daba importancia a mi insipida vida.

—¿Y qué era eso?

—Tú amor Laurence, era lo único que me hacia sentir importante.

Las lágrimas de sus ojos permanecen contenidas y en paralelo las mías comienzan a correr.

Dulce Destrucción #CloudAwards #EMPawards #SpaceAw17 #CarrotAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora