¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Taehyung guardó su cuaderno tan pronto como el profesor anunció que eso era todo por hoy.
Colgó la correa de su mochila, cruzando en diagonal por su pecho y salió junto el resto de sus compañeros.
Debía ir a la farmacia, se estaba quedando sin jarabe de miel y comenzaba a dolerle la garganta.
Agradeció internamente a su compañero de tutoría, Jin; había aceptado mostrarle un lugar cercano a la universidad, hace un par de días.
El sol se encontraba en su punto máximo, era primavera y comenzaba a ser más cálido el clima, inhaló hondo y sonrió.
Taehyung odiaba usar capas y capas de abrigos durante el frígido invierno.
Doblando la esquina a tan solo tres calles de su destino se detuvo, abruptamente.
Como el artículo decía, una de las características del enamoramiento era que llegaba a rayar en la obsesión y Taehyung admitiría que solo había una persona a la que le prestaba especial atención.
Sabía perfectamente a quién pertenecía la silueta a unos metros de él.
Su cuerpo se paralizó, ¿qué haría si giraba en su dirección? ¿Saludar? No, no, ellos nunca hablaban en clases.
Imposible.
Decidió quedarse ahí, estático, picándole la curiosidad sobre por qué Jeon Jungkook permanecía de pie frente a un bote de basura.
