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Han pasado cosas extraordinarias, últimamente.
Jungkook ya no acepta las flores que le regalan, y Taehyung decidió, hoy martes, sentarse junto a él en clase de cálculo.
Hace varios días que el miembro no oficial del club de jardinería no ha hecho acto de presencia. Taehyung, en verdad, lo extraña.
―Ha pasado un tiempo ―susurró, removiéndose incómodo en su asiento.
―Sí.
― ¿Cómo te ha ido con tus gardenias?
Jungkook se tensó, se obligó a girar a Taehyung, encarándole.
Hoy, Taehyung tenía las puntas de la melena húmedas por el pequeño diluvio que había azotado al distrito.
Sus mejillas estaban sonrojadas y aunque cualquiera pensaría que fue porque corrió para protegerse de la lluvia. Taehyung, es el único que, sabe que la razón es Jungkook.
Sintió un retorcijón en su corazón cuando vio a Jungkook entreabrir sus labios, esperando una respuesta positiva. Sus ojos brillaron con ilusión.
―Las he tirado ―dijo sin ninguna emoción en concreto ―. Me las han regalado por lástima.
Taehyung se arrepintió de haber rotó la tradición de no hablar con Jungkook en clase.
