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Con determinación, Taehyung frunció las cejas y siguió tecleando en el móvil de Jungkook. El muchacho le había permitido jugar uno de los tantos juegos que tenía, ya sabes, para matar el rato cuando no había mucho qué hacer y a falta de internet.
―Estás perdiendo ―señaló Jungkook acercándose a Taehyung por un costado.
Ambos se encontraban sentados sobre la tierra del jardín. Las flores habían sido regadas y alimentadas, y Jungkook se encontraba compartiendo el pequeño receso que Taehyung se tomaba después de acabar con las labores del club.
―Claro que no ―replicó Taehyung, concentrado totalmente en mantenerse con vida, virtualmente.
Jungkook no respondió a ello. Alzó la vista y analizó el perfil de Taehyung, siempre con manchas de polvo y ese tono bronceado que adornaba su piel, haciéndole parecer de oro. A Jeongguk le gustaba la tez de Taehyung, era llamativa, no como su piel blanquecina y sobria.
Sin embargo, sabía que su piel iba bien con su personalidad. Nada interesante, por lo que no era la gran cosa; pero, Taehyung, por otra parte, era vivaz, alegre, y alguien muy amable. Sin duda, Jungkook creía que su piel le iba perfecto a con su personalidad.
Suspiró y dejó caer parte de su cuerpo al costado de Taehyung.
―Estoy muy cansado ―declaró y acomodó su mejilla en el acromio del brazo izquierdo de Taehyung ―. Voy a dormir.
Taehyung apenas y pudo asentir. ¿Desde cuándo Jungkook y él tenían esa confianza?
