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Jungkook estiró las piernas en la banca de madera, observando las nubes que se abultaban, esponjosas. El cielo estaba despejado mientras acompañaba a Taehyung en su descanso antes de que reanudará sus labores en el club.
Miró por el rabillo del ojo al chico que bebía un jugo de manzana de su pajilla. Se sostuvo del borde de la banca con ambas manos y alzó las piernas dejando ir su peso hacia atrás. Volvió su vista al cielo y bostezó para atrapar la atención del chico.
―Tae, cuéntame un secreto ―soltó, continuó hablando antes de que el contrario replicará ―. Y yo te contaré uno.
Hubo unos segundos de silencio antes de que escuchará la voz de Taehyung.
―Me gusta alguien.
Su voz fue grave y miedosa. Jungkook murió de la curiosidad, parecía aterrado de exteriorizarlo. Se mordió la lengua y omitió cualquier pregunta intrusiva. Era su turno.
―La maceta..., nunca tiré las flores. No pude, es decir, tienen un bonito significado ―susurró y se giró a Taehyung por un breve momento ―. Lo sabes, ¿no? Lo que las gardenias significan.
Taehyung presionó sus labios, nervioso. Tragó duro y casi sintió cómo su corazón se detenía.
Jungkook pudo haber notado su expresión si tan sólo hubiese mantenido su mirada en el chico que aún bebía su jugo de manzana, sin embargo, permaneció elevando los pies y tirando de su peso mientras observaba el cielo diurno.
Ladeó la cabeza y recordó lo que había encontrado en internet sobre las flores. Fue una coincidencia, él solo quería averiguar si tenía que hacer algo en especial para cuidarlas.
―Amor secreto ―recitó lo que había encontrado ―. Alguien me ama en secreto.
