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Dejó la mochila en su lugar y esperó a que el profesor de cálculo llegará.
Ese día Taehyung había dormido pocas horas intentando resolver un problema de ecuaciones.
¡Oh, pero qué difícil eran los números combinados con letras!
Talló sus ojos con fuerza, no podía quedarse dormido en clase. Pero, una vez vio entrar a Jungkook por la puerta su sistema salió disparado con adrenalina y por fin el sueño se esfumó.
Hoy, al igual que siempre, sobre sus brazos descansaba un ramo de flores, muy bonito, quizá muy estrafalario. Girasoles combinados con tulipanes anaranjados.
Jungkook lucía triste, y Taehyung se preguntó si volvería a tirar las flores como en aquella ocasión que le pilló.
Apoyó una mano sobre su rostro y mantuvo la vista fija en la espalda del chico.
El profesor entró por la puerta, murmurando un 'buenos días' a la clase.
Taehyung no respondió, en cambio, fue testigo de cómo, por primera vez en ocho meses, Jungkook se percató de que le miraban y se giró sobre sus hombros.
Permaneció inmutable haciendo contacto visual con el chico bonito, pero por dentro sintió como su corazón se aceleró con fuerza.
