"Saliendo de mi interior escuché una voz, esta me recordaba que la vida puede ser mejor".
Voces a mi alrededor, luces vacilantes, ruidos de máquinas, movimientos borrosos, solo podía recordar la voz de Liam junto a mi, suplicando "¡ella no!" en altavoz. Fue como si de alguna forma me estuviera descubriendo a mi misma, como si no me conociera y naciera en otra realidad, sin poder recordar ni un segundo de lo que pasó antes de este momento, pero... recordaba a Liam, recordaba su existencia y su amor, como si la vida me hubiera concebido un último sorbo de felicidad, como si fuera el ultimo día que lo pudiera escuchar, y eso era lo único que deseaba en ese momento.
"Ver a Liam con vida"
Caminé por la habitación blanca que me rodeaba, las luces alumbrando todo el lugar, un resplandor suave pero apaciguante, todo era blanco. Me analicé con una sola mirada, me encontraba sin zapatos, todo mi atuendo era blanco como lo que me rodeaba: un hospital.
Una voz muy conocida se oyó sollozando desde el pasillo, en el cuarto del rincón derecho. Me aproximé con cautela y lentitud, como si necesitara de esa voz, como si escucharla fuera mi energía vital para sobrevivir.
¿Dónde estaba la gente?
El hospital se encontraba muy vacío, era sumamente extraño verlo de esa forma ya que las veces que lo visité encontraba enfermeras y doctores por todo el lugar, gente rodeando afuera de las habitaciones, parientes entristecidos por la pérdida de un ser querido, o llanto por los rincones de gente que a la vida ya no le encuentra sentido.
Y volví a oír la misma voz.
Fui guiada por esas emisiones tan cálidas, sin igual a las que nunca había escuchado. Di uno y dos pasos sintiendo el suelo tan suave debajo de mis pies descalzos, se sentía todo lo contrario a algo sólido y fuerte, este parecía moverse y hasta me recordaba las sensaciones de pisar una cama elástica cuando era niña.
Llegué a la puerta de donde se escuchaba esa voz, y al darme cuenta de que se encontraba abierta, giré la mirada a mi derecha para ver a la persona que tanto esperaba. Él estaba ahí. Se hallaba recostado sobre una de las camillas de la habitación 53. Un dolor difícil me recorrió por el cuerpo al verlo herido, golpeado y maltratado. Noté que de su brazo colgaba un cable delgado; lo seguí con la mirada y encontré que era el suero que lo sostenía. El sonido de las máquinas declararon que Liam se hallaba en estado de rehabilitación; realmente no puedo describir lo que sentí en el instante en que lo vi, herido, cubierto por varias vendas en cada parte de sus pómulos y su barbilla, eso fue lo único que alcancé a reconocer, solo podía escucharlo sollozar mientras se cubría el rostro con frustración, sintiendo que se le estaba acabando el mundo en ese momento.
-Liam -lo llamé acercándome con cuidado para brindarle un poco de calma; yo esperaba que me mirara y se sintiera tranquilo al encontrarme frente a él, que sonriera, que me dijera lo que le había pasado y poder ayudarlo, pero él no realizó ningún momento, lo cual significaba que el problema era más grande que yo no lo podía remediar.
Sollozaba sin parar
Me acerqué sintiendo que no tenía palabras que decir. Siempre bastaba que yo estuviera cerca para darle un abrazo, para que al ternerme a su lado se sintiera calmado, para que cuando oyera mi voz se derrumbara sobre mi, que todo su mundo se apoyara sobre mi, pero cuando más me acercaba a él, parecía que menos le importaba.
Suspiré deprimida al saber que no podía ayudarlo de esa forma.
-Tranquilo... -intenté sujetar sus manos y tranquilizarlo-, yo estoy a...
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No me hagas cambiar de opinión © #wattys2017 #PNovel
Teen Fiction«Ella no lo conocía, él la observaba de lejos, y el destino les tenía una segunda oportunidad a ambos.» ¿Qué ocurre cuando pierdes la confianza en todos y hasta en ti mismo? El mundo cae y con él tus sueños. Pero llega el día en que la locura comie...