34. Un lindo viaje II

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"Mi vida no dependía de mi corazón latir, sino de mi propia decisión de proseguir."

Mis labios comenzaron a temblar por la impotencia que sentí. No servía gritar o pedir una explicación, ellos no me escuchaban.

Y me costaba aceptar el porqué.

Reconocí sus voces, no eran locuciones normales como estaba acostumbrada a escuchar, estas poseían un eco que apenas acababa de notar.

Complejidad y preocupación, juntas bloqueaban mi mente y dejaban el hueco de un gran cañón, sin permitirme ni pensamientos ni solución.

¿Qué debía hacer?

—Es una pena, doctor.

—Lo sé, pero le quisiera pedir que pasara a revisarla en una hora, no está demás que tenga otra enfermera.

—En el piso tres, ¿cierto?

—Así es.

Como si supiera lo que estaba buscando, corrí deprisa hacia mi derecha y apresuré el paso en el suelo blando hasta llegar a las escaleras.

Intentando sujetarme sobre las barandas, recordé que mi cuerpo no era tangible, no era sólido, por lo cual solo atravesaba lo externo.

A excepción del suelo.

Mi interior se movía agitado; estaba cansada y nerviosa por lo que fuera a pasar. ¿Y si realmente ya no estaba presente en este mundo? ¿Y si todo se acabó en ese instante en que no recuerdo nada?

Todo era tan confuso.

Llegué al piso tres y pasé directamente por el pasillo sin encontrar a nadie a mi alrededor. En momentos la gente se aparecía y luego desaparecía, era difícil entender.

Una realidad tan contradictoria

Como si supiera lo que estaba buscando, llegué al fondo del pasillo y giré a mi izquierda, hallando una habitación cerrada.

"Terapia intensiva"

Intenté abrir la puerta y no lo logré, había un limite que no me dejaba girar la perilla, mis manos solo la atravesaban, al igual que todo lo demás.

Cerré los ojos con fuerza para intentar despertar, no soportaba esto, seria difícil que yo pudiera sentirme más vacía que en ese momento.

Por favor -susurré con petición, buscando ser escuchada por alguien que pudiera ayudarme—. Quiero saber si esto es real o solo una pesadilla.

Resoplé sintiendo algo no tan diferente en mi cuerpo, pero a la vez tan nuevo que era difícil asimilar. Mi respiración, así como inhalar o exhalar con fuerza, no era tan diferente a lo que recuerdo, solo un picor grueso se sentía en mi garganta al momento de hacer este acto tan vital.

Abrí los ojos al escuchar un sonido a mi alrededor, el sonido de los aparatos de un cuarto de hospital. Entonces me di cuenta de que...

La puerta ya no estaba.

Volteé la mirada hacia atrás y encontré el otro lado de la puerta a mis espaldas. Mi alrededor era una habitación blanca y grande, llena de máquinas y aparatos de hospital, y al fondo, ahí se encontraba una camilla.

Ya me encontraba adentro del cuarto que esperaba.

No entendí cómo logré ingresar, en un cerrar de ojos ya me encontraba adentro, rodeada de lo que parecía ser mi habitación.

No me hagas cambiar de opinión © #wattys2017 #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora