NUEVE

140 11 3
                                    

No supe a qué hora quede profundamente dormida, solo que me desperté a media noche y estaba a mi lado Nat toda des acomodada y con el cabello hecho un desastre y en la boca, como solía dormir, en ese momento pensé en Hoseook y la tortura que tendría cuando ya estuvieran casados.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Nos encontrábamos en mi casa esperando a Hoseook para poder ir a comprar las cosas que habíamos acordado para el cumpleaños de Tae, ya que es mañana.

Estábamos terminando de arreglarnos cuando escuchamos que alguien llamo a la puerta, bajamos rápido a ver quién era y como lo suponíamos era Hoseook.

-Hola, pequeña – le dio un beso rápido a Nat – Hola ___

-Hola pequeño – le sonrió.

-Hay ustedes dos realmente me dan diabetes, por cierto, hola Hoseook – se rieron por mi comentario, y él la abrazo.

-Bueno, entonces, díganme, que están planeando par de niñas peligrosas – nos observó a las dos con los ojos entrecerrados.

-Mira como ya sabes el cumple de Tae es mañana y como es nuestro amigo planeamos hacerle una fiesta sorpresa, y pues ya accediste a ayudarnos así que ahora te friegas – dije alzándome de hombros.

-Ok, ok tranquila – levanto las manos en modo de rendición – está bien ¿y ya saben que es lo que le harán?

-Pues tenemos algunas cosas planeadas, y queremos ir a comprarlas ahora, ¿nos acompañas? – le dijo Nat sonriéndole.

-Sí, vamos.

Salimos de la casa y nos subimos al auto de Hoseook que nos llevó hasta el supermercado a comprar algunos adornos, globos de colores, serpentina, algunas figuras de fomi, entre otras y algunas cosas para los aperitivos de mañana, como dulces, frutas pequeñas, chocolates y cosas por el estilo, una vez comprado todo, fuimos a mi casa, Hoseook fue a sacar a Tae de la suya para que nosotras fuésemos a dejar el adorno y los aperitivos mientras ellos no estaban en ella.

Al tocar la puerta nos recibió su mamá, que al verme pude notar como se le iluminaron los ojos, hasta donde sabia la señora me apreciaba mucho, y claro ese aprecio era correspondido, la quiero bastante así que también se me iluminaron los ojos al verla, ya que hacía tiempo que no la veía y realmente seguía igualita.

-¡___! ¡Que sorpresa! – Me extendió sus manos para abrazarme – Hola Nat – esta vez miro a mi amiga.

-Hola señora – me acerque a recibir el abrazo con las bolsas aun en las manos - ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos?


-Hola señora – dijo Nat sonriendo.

-Bastante, Tae me dijo que vendrías, pero no me dijo que ya estabas aquí, tendré que regañarlo – bromeo – pero pasen niñas, y díganme ¿qué las trae por aquí?

-Pues vera, mañana es el cumple de Tae, y quisimos organizarle una fiesta sorpresa, y queremos ver si nos permite hacerla aquí – le dije entusiasmada sabiendo que la respuesta que recibiría era positiva.

-Claro, me parece muy buena idea, pero díganme en que les puedo ayudar con lo de la fiesta – dijo entusiasmada – yo solo pensaba hacerle una pequeña comida, pero ya que ustedes se me adelantaron ¿Por qué no? – su sonrisa se amplió.

-Pues sería con lo que nos hace falta que realmente es poco – esta vez hablo Nat.

-Bueno pues díganme, soy toda oídos.

Le comenzamos a decir que era lo que nos hacía falta y esas cosas, ella se ofreció a comprar el pastel, lo cual le agradecimos infinitamente.

Las cosas que habíamos llevado las dejamos en la habitación de ella para que Tae no viera nada para el día siguiente, finalmente salimos de ahí y le dijimos que Hoseook iría con Tae a algún lado mientras nosotras arreglábamos todo para la fiesta, ella estuvo de acuerdo con todo.

[…]

Me levante muy temprano, porque la mamá de Tae me dijo que fuese para despertarlo y cantarle las mañanitas, y así lo hice, fui hasta la puerta de su casa y toque el timbre, la mamá de Tae no tardó mucho en salir a recibirme.

-¡No toques el timbre! – Me reto – que es sorpresa y se despertara.

Reí bajito por el comentario y asentí al mismo tempo en el que pasaba y me quitaba el abrigo, la casa era muy cálida por la calefacción que había, así que deje mi abrigo en el perchero de al lado de la puerta.

La señora me agarro de la mano desprevenidamente y me llevo a la cocina, me soltó en frente del comedor y se acercó al refrigerador, de este saco un pequeño pastel cubierto de chocolate con una fresa en el centro, en las orillas decía “Felicidades Tae” realmente se veía bonito, de un cajón saco una vela de color azul y blanco y la coloco a un lado de la fresa, después se acercó a mí y me entrego el pastel.

-No, como cree – negué alzando las palmas de mis manos frente a mí y moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Anda tómalo, quiero que tú se lo entregues – seguía estirando el pequeño pastel frente a mí – cúmpleme ese capricho mío, por favor.

-Pero…

-Pero nada, anda toma – y si más me hizo recibir el pastel en las manos.

Lo recibí resignada, entonces se le había formado una sonrisa en el rostro al igual que a mí, ella encendió la velita y posteriormente me guio a la habitación de Tae, entramos intentando hacer el menor ruido posible para que no despertara.

Su recamara estaba tal cual la recordaba, y se me vinieron bastantes recuerdos de cuando él y yo fuimos novios, rápidamente negué con la cabeza y coloque la mejor sonrisa que tenía en el rostro, su mamá me hizo señas para empezar a cantar las mañanitas, cuando alzo el tercer dedo comenzamos.

Tae despertó al segundo de que empezamos a cantar, hizo una mueca divertida y típica de él cuando se despertaba, eso me enterneció bastante, se incorporó en la cama poco a poco y con un ojo medio cerrado y el otro tratando de abrirlo, se nos quedó viendo y sonrió, una vez terminamos él espero un momento con los ojos cerrados y seguido apago la velita, le entregue el pastel y su mamá fue la primera en abrazarlo, le entrego una pequeña cajita color rojo, él la abrió y abrió sus ojos sorprendido.

-Mamá, no debiste – dijo sacando una esclava con su nombre gravado, era realmente bonita – ¡muchas gracias! – la abrazó de nuevo con una enorme y brillante sonrisa.

Mire la escena enternecida, realmente se veían tan lindos.

Después de que se separaron me acerque a él y le di un abrazo muy fuerte, me separe un poco y le entregue también una pequeña caja pero azul con un moño que la adornaba, él la recibió sonriendo.

-Gracias nena – me giño el ojo.

Luego la abrió y se quedó observándolo un momento y después me miro y me sonrió ampliamente.

-Gracias – dijo al tiempo que sacaba una cadena de la cajita.

Era una cadena de oro con un dije de la inicial de su nombre y un pequeño diamante en la esquina de la “T”.

-Es realmente lindo, no te hubieses molestado, me gusto demasiado – me sonrió – ¿me la colocas? – me pregunto dándome la cadena.

Asentí y me coloque detrás de él para ponerle la cadena.

-Bueno, creo que  mejor me retiro un momento – dijo su mamá algo incomoda, y se retiró sin decir más.

Termine de colocársela y me senté en el otro extremo de la cama me quede observándolo y también él a mí, me extendió sus brazos y me acerque dándome la vuelta para que me rodeara con sus brazos por el cuello, y así lo hizo.

-Muchas gracias por estar aquí conmigo mi niña – dijo dándome un beso en mi cabeza, sonreí ante su acción.

-No es nada, sabes que eres importante, y te quiero – me sincere.

-Esto realmente significa bastante para mí, por eso te doy las gracias.

Me sonroje – de nada – dije bajito pero audible para él.

Me abrazo más fuerte y coloque mis manos en sus brazos, me gustaba esa sensación que invadía mi cuerpo e ese momento, me sentía bien a su lado, de pronto recordé que Hoseook se tenía que llevar a Tae a algún lado para que Nat y yo adornáramos el salón.

-Oye… emm – tararee – ¿no tienes que levantarte ya? – el negó con la cabeza recostada en mi hombro y con los ojos cerrados – ¿Hoseook no te dijo nada? – volví a preguntar.

Tae abrió los ojos confundido, su rostro estaba muy cerca del mío, pero aparte la vista rápidamente.

-¡Ah! – Exclamó – si ya me acorde – suavizo su agarre – dijo que quería llevarme a algún lado a festejar, pero ahora solo quiero quedarme así un rato contigo… - se quedó callado un momento y volvió a recostar su cabeza en mi hombro cerrando los ojos nuevamente – oh tal vez para siempre – susurro en mi cuello.

La piel se me erizo al sentir su aliento en mi cuello, y cerré los ojos.

-No Tae, tienes que ir con él – volví a asistir

-¿Por qué tanta urgencia de que valla con él? ¿Acaso no quieres que me quede contigo? – volvió a alzar la cabeza con el ceño fruncido.

-No es eso, solo que Hoseook es tu mejor amigo y no creo que le agrade mucho que lo dejes plantado -  trate de decirlo lo más naturalmente posible.

-Ahora que lo pienso… - hizo una pausa - ¿Cómo es que sabes que iría con Hoseook?

Me puse nerviosa y empecé a tartamudear – es… que… yo… - no podía formular una oración – yo… me… este… me dijo Nat – solté de repente con una sonrisa inocente.

Cerró un poco sus ojos observándome detenidamente, después de alzo de hombros.

-Tiene sentido para mí – dijo como si fuese lo más natural.

Me soltó completamente y se levantó de la cama – ahora vuelvo – dijo antes de meterse al baño que estaba en su habitación y seguido cerró la puerta de este.

Suspire pesadamente ya que temí que nos descubriera, me levante de la cama y empecé a ordenarla, una vez ordenada me recosté en la orilla de ella, mirando al techo, este estaba pintado de un azul oscuro con pequeños puntos plata simulando una noche estrellada, me fascinaba.

Pocos minutos después él salió del baño solo con la toalla enredada en la cintura, al verlo me sonroje totalmente, él me miro travieso, voltee hacia otro lado.

-Este… yo… - volví a tartamudear – yo… creo… que… este… yo… mejor me salgo…

Dicho esto Salí de la habitación toda roja, escuche una risa proveniente de adentro, baje al salón y me encontré con Nat hablando con la madre de Tae, al verme me sonrió pícaramente, rápidamente negué con la cabeza.

Me acerque a ellas y comenzamos a hablar sobre la organización de la fiesta, poco después bajo Tae.

-Me voy chicas – anuncio con una sonrisa – nos vemos más tarde – dijo sonriendo – espero encontrarlas aun aquí – nos miró a Nat y a mí, nosotras solo asentimos, dicho eso se despidió de nosotras y se fue con Hoseook.

Como habíamos quedado Hoseook llego temprano y llevo a Tae al cine para ganar tiempo con los preparativos, y cuando fuese tiempo Nat le mandaría mensaje para que trajera a Tae, estábamos adornando la casa algo temprano, en eso llego una chica, no la conocía, pero se me hizo extraño ya que Nat se me quedo viendo con preocupación.

-Hola señora, ¿puedo pasar? – dijo desde la puerta la chica a la mamá de Tae, no le tome mucha importancia, ya que no la conocía.

-Claro, pasa, pero te aviso que Tae no está en casa – le contesto algo cortante.

-Veo que le están haciendo una sorpresa – evadió las palabras de la señora.

-Si es una fiesta sorpresa – le dije con entusiasmo - ¿Nos quieres ayudar? – le sonreí.

-Claro – se entusiasmó - ¿en qué ayudo?

Continuamos con el adorno y a preparar los bocadillos, cuando fui a la cocina Nat me siguió y se paró frente a mí con el ceño fruncido.

-¿Qué te pasa? – pregunte extrañada.

-¿En serio no la conoces? – fruncí el ceño ante su pregunta.

-¿Debería? – respondí con otra pregunta.

-Obvio – rodo los ojos.

-Pues no, no la conozco, pero al parecer es alguna amiga de Tae ¿o no? – fui sincera.

-Pues algo así – pensó un poco.

-como que algo así... – me cruce de manos.

-Es que ella… - dudo en hablar – fue por la que Tae te dejo – abrí la boca en modo de asombro.

En ese momento entendí porque la mamá de Tae le contesto tan cortante y porque Nat me miró extraño cuando le dije que nos ayudara.

En ese momento sentí rabia y coraje, lo único que quería hacer era salir de ahí e irme a casa para no tener que  verle la cara, pero no podía, no podía darle el gusto de que me viese así, además de que la fiesta la organizamos nosotras y no podía dejar a Nat sola con esto, así que tuve que armarme de valor para no gritarle algo o en peores casos romperle la cara, por haberme destrozado aquella vez.

Salí al salón y ahí estaba ella acomodando algunas cosas, me limite a  forzar una sonrisa, y terminar con lo que estaba haciendo, una vez terminado Nat le mando mensaje a Hoseook para que trajera a Tae.

Esperamos una hora aproximadamente a que llegara, para entonces ya habían llegado varias personas a la casa, a algunas las conocía, a otras no, pero seguro Tae si, por algo estaban aquí.

Una vez tocaron el timbre de la casa todos corrimos a escondernos y apagamos las luces, la mamá de Tae fue a abrir, ellos entraron y encendieron las luces, en eso todos salimos y gritamos “feliz Cumpleaños”

Tae quedo sorprendido, todos lo empezaron a abrazar, la chica y yo quedamos al último, deje que primero lo abrazara ella para ver su reacción.

Ella lo abrazo muy melosamente, casi se le colgó del cuello, mientras Tae se veía algo incómodo por aquello, pero aun así le sonrió, apreté los ojos por la rabia que sentí ante ello pero no podía demostrarlo, así que suspire pesadamente y espere paciente, una vez que ella se separó de él, me acerque un poco y el sonreí, él me devolvió la sonrisa tiernamente y le estire mis brazos para abrazarlo.

-Feliz cumpleaños – le dije acercándome más a él y abrazándolo- de nuevo –le susurre.

-Gracias – apoyó su barbilla en mi hombro – de nuevo – me imito.

El me abrazo muy fuerte al igual que yo, una vez que quería separarme él no me dejo.

-Espera, quiero quedarme un momento más así contigo.

Asentí y lo abrace más fuerte, todos se nos quedaban viendo, incluso la chica que antes de mi le había dado su abrazo, pude verla de reojo, y parecía molesta eh incomoda ante la situación, en mi rostro se dibujó una sonrisa de victoria, una vez nos separamos él no se apartó de mí, paso su brazo por encima de mis hombros y empezamos a divagar por la fiesta, esta era tranquila, estaban chicos bailando y tomando.

La mamá de Tae había ido a visitar a mi madre para que disfrutáramos de la fiesta y así darnos un poco de libertad.

-¿Quieres ir a un lugar un poco más privado? – me dijo Tae en el oído ya que el ruido de la música era alto.

Asentí y me llevo entre las personas agarrando la muñeca de mi mano hasta llegar a su habitación, se detuvo un momento en la puerta al cerrarla, yo me tome la libertad de sentarme en su cama, él se sentó a lado mío y me agarro la mano.

-¿Qué es lo que me vas a hacer? – pregunte levantando una ceja y jugando a la vez.

-Nada que tú no quieras – dijo con una sonrisa ladina.

Comencé a reír y me acosté en su cama dando un suspiro y él imito mi gesto, estábamos los dos acostados mirando al techo sin decir una sola palabra, parecía que nos entendíamos sin necesidad de hablar, el silencio era cómodo y me sentía a gusto estando así, hacía tiempo que no me sentía así con alguien más, hasta que apareció Joonie, él me hacía sentir una paz inigualable, pero creo que este no era el momento para recordarlo… él decidió romper el silencio que nos inundaba.

-¿Pensaste en lo que te dije? – volteo a verme.

-Un poco – gire mi cabeza para mirarlo a los ojos.

-Y… ¿Qué decidiste?

-Aun no lo sé Tae, no estoy segura, aparte de que hoy conocí a la chica… - pause y desvié la mirada.

Tae tomo mi mentón con sus dedos e hizo que volteara a verlo, se me quedo viendo a los ojos, tenía una mirada profunda.

-Sabes, creo que fue un error dejarte en primer lugar, no debí hacerlo y menos por ella y créeme que lo sé, y es por eso que quiero remediar las cosas contigo, quisiera iniciar desde cero y te mostrarte que puede ser diferente, solo dame una oportunidad – se acercó un poco más, tanto que nuestras respiraciones chocaron – es lo único que pido, una oportunidad más para arreglarlo.

Dicho eso él acorto la distancia existente entre nosotros, se acomodó de tal manera que su rostro quedo arriba del mío, su mano paso de mi mentón a mi mejilla, no supe en que momento, se sentía cálida y suave, y de un movimiento hábil junto nuestros labios en un dulce y tierno beso, en el momento no supe cómo reaccionar, solo abrí mis ojos un poco más de lo normal, él comenzó a mover sus labios un poco buscando que yo le correspondiera de la misma manera, posó su otra mano en mi abdomen y empezó a jugar con ella ahí mismo, eso me estremeció y me puso la piel de gallina, abrí un poco mi boca para permitirle el acceso a ella sentí una leve sonrisa por parte suya, empecé a mover los labios al compás de los de él y pase mis manos por su cuello, empecé a jugar con su cabello despeinado y fue ahí donde él se posicionó en cima mío.

No sé cómo es que se lo permití, solo sé que en ese momento me deje llevar por lo que sentía, o por lo que mis hormonas querían, y lo que querían era a él.

El beso se volvió un poco más salvaje, rápido eh intenso, ya no estaba segura de lo que estaba haciendo, solo me deje llevar por mis sentimientos, aquellos que creí que ya había olvidado, pero al parecer solo se escondieron y ahora habían salido de aquel escondite.

Sus manos se deslizaron por mi abdomen hasta llegar a mi cintura, metió una de ellas en mi playera (polera camiseta oh como le digan), curve mi espalda hacia arriba, abandone su cuello e hice lo mismo deslice mis manos hasta debajo de su camisa, él se deslizo lentamente hacia mi cuello, le di un mejor acceso a este haciendo mi cabeza haca atrás, dejaba pequeñas mordidas en él lo cual me parecía placentero, mordí la parte inferior de mi labio y di un gemido ahogado, poco a poco se deshizo de mi playera y pantalón dejándome en ropa interior, hice lo mismo con su ropa, se separó un momento de mí, me recargue sobre mis codos para observar el por qué, al ver lo que hacía me hizo sonrojar, busco en el primer cajón de su buró, de ahí saco un pequeño sobre, lo abrió y se colocó el condón frente a mí, me sonroje aún más y una sonrisa tímida se asomó en mi rostro, él me sonrió pervertida mente.

-Deberías de estar acostumbrada, lo he hecho frente a ti bastantes veces – me dijo como su fuese lo más natural del mundo.

El acosador (Nam Joon Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora