DOCE

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Supongo que de eso se trata el ser hermanos, a pesar de pelear como perros y gatos, siempre estar ahí el uno para el otro para apoyarse cuando uno más lo necesite, y para escucharse mutuamente, aunque solo sean estupideces, aunque no se lo dijera nunca me agradaba el hecho de que tuviésemos esa relación cercana llena de confianza, y aunque me cueste admitirlo amo a este adefesio que dice ser mi hermano…

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Era sábado por la mañana, solo faltaban tres semanas para volver a la escuela, estaba acostado, observando el techo, pensando en nada.

Tome el celular del buro que estaba a lado de la cama con una lámpara sobre él, lo desbloquee y comencé a revisar los mensajes que tenía desde hace días, no había revisado nada, y me encontré con mi nada, justo lo que estaba pensado “nada”.

Tenía 50 mensajes de ___, en la mayoría de ellos me reclamaba el por qué no contestaba, y uno en el que decía “tengo que contarte algo” me llamo la atención y entonces respondí.

“Lo siento no había checado mi celular estos últimos días, pero dime que es lo que tienes que decirme”

Salí del chat y fui a mi reproductor de música, puse algo de rap a todo volumen, y fui directamente a mi galería, suspire pesadamente.

Abrí la carpeta que tenia de ella – sí, tenía una carpeta en donde solo había fotos de ella – y comencé a ver las fotos, algunas que nos tomaba Jin distraídos cuando estábamos juntos, y solo lo hacía para molestarme, porque a ella jamás le dijo nada, algunas cuantas (bastantes) que yo le tomaba a ella distraída, y algunas que me robe de su perfil de Face Book.

Conforme veía cada foto que tenia de ella, observaba cada rasgo de su fino rostro, su sonrisa, sus ojos, sus mejillas, todo, cerré los ojos y avente a un lado el celular, suspire.

¿Por qué no me dijo nada?
¿Por qué me ilusione con ella?
¿Por qué dejo que me ilusionara?
No la entiendo, me siento frustrado.

Eso y muchas cosas más pasaban por mi mente, cerré los ojos y lo único que pasaba por mi mente era la imagen de su hermoso rostro, en eso escucho que abren la puerta y corren hacia a mí, no me dio ni tiempo de reaccionar y ver quien era, porque de pronto sentí un peso sobre mi cuerpo, abrí mis ojos lo más grande que pude, por la falta de aire, cuando pude recuperar el aire perdido, puede ver que lo que me había aplastado prácticamente, era mi hermano hice una mueca de fastidio por su acción.

-Vamos hermanito – me dijo muy animado, sus ojos brillaban y tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-Buenos días Yoongi, amanecí bien gracias por preguntar y tú ¿Cómo amaneciste? –conteste irónicamente.

Para entonces mi hermano se había quitado de encima y sentado en la orilla de la cama, y yo ya me había incorporado en la cama sentándome.

-Nam no seas aguafiestas – rodo los ojos – anda levántate y vamos.

-¿A dónde iremos?

-A pasear hermanito – coloco de nuevo su sonrisa.

-¿A dónde? – volví a preguntar ya sin ganas.

-Ya te dije a pasear – se levantó de la cama y yo solo negué con la cabeza.

Me volví a acotar y me tape hasta la cabeza con la sabana, escuche que Yoongi bufó y ya podía imaginar su rostro frustrado, camino hasta la cabecera de la cama y me quito las sabanas con brusquedad tirándolas al piso, me volví a incorporar de nuevo en la cama viendo a Yoongi entre confundido y enojado.

El acosador (Nam Joon Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora