Bienvenida a Jonia

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-Bien... estoy en las costas de Jonia y no se adonde demonios voy a ir... ugh... este fanfic cada vez tiene menos sentido...- Tommy se quejó y comenzó a mirar a todos lados. -Eh... autor ¿Por dónde es el camino para seguir la historia?- Luego de esto Tommy me miró fijamente con una mirada interrogante en su rostro.

Yo (el autor) le señalé un camino que llevaba por un gran y espeso bosque. El guerrillero solo avanzo de mala gana. Cuando iba caminando se detuvo a contemplar el paisaje, habían varios templos y monasterios por el lugar, así que habría mucho por donde buscar pistas sobre el paradero de su padre. Pero los pensamientos de Tommy fueron interrumpidos cuando escucho a alguien aclarándose la garganta.

Tommy volvió a la realidad y miró hacia la voz y vio a nadie más y nadie menos que Ahri, ella lo miró con curiosidad con sus orejas que sobresalían entre su cabello y sus nueve colas flotando sin rumbo mientras ella observaba al joven yordle con sus ojos color miel de forma curiosa y también seductora.

-¿Puedo ayudarte?- Preguntó Tommy a la Kumiho Ancestral.

-Sí, me preguntaba si estabas buscando unas horas de pasión?- Ella le ronroneó de forma seductora, sin embargo fracasó en su intento.

-Ummm... nope.- Tommy simplemente se alejo y siguió su camino.

Ahri estaba sin habla, sus encantos habían FALLADO?. Bueno, a lo mejor no le puso mucho empeño, así que intentó de nuevo.

-Vamos ¿No confías en mi? ¿No confías en la vieja Ahri?- Ella trató de seducir a Tommy con más ganas.

-Todavía no y si estas vieja mucho menos abuelita, nos vemos.- El guerrillero sabía que eso iba a atraer aún más su atención.

Ahri apretó sus puños y dio un pisotón de rabia. -No lo entiendo, como es que ese enano es inmune?- Pensó consigo misma.

Ella tenía un último truco bajo la manga, no quería usarlo pero estaba desesperada, por lo que corrió delante de Tommy y le bloqueó el paso. -Ni siquiera quieres tocarme al menos?- Ella le preguntó mientras le mostraba su escote.

-Mmm no, no realmente, por cierto has oído hablar de los sujetadores? Es lo más nuevo en estos días.- Dijo Tommy y Ahri resopló con rabia.

-No lo entiendo! ¿Cómo diablos estas resistiéndote a mi? ¿Eres gay como Taric o algo así?- Ella le preguntó frustrada.

-En realidad no. Conozco a las de tu tipo. Además, a los 19 ya tuve mi primer trio. Simplemente la seducción no funciona conmigo muñeca. Tal vez luego.- Tommy siguió su camino dejando a Ahri completamente frustrada.

Más tarde, por el mismo caminito...

Tommy iba comiendo algo de las raciones que llevaba en su mochila, sin embargo se detuvo cuando vio a un enmascarado apuntándole con una extraña pistola que parecía un cañón de mano.

-Tú! Tu serás perfecto para mi próxima obra!- Jhin señaló con sus armas a Tommy.

-¿Que carajos hace anonymous aquí?- Pensó Tommy mientras sacaba su pistola lentamente. Miró a Jhin de forma desafiante. -¿Y qué pasa si no quiero actuar en tu obra?-

-Entonces contemplaras lo que es la belleza...- Luego de eso Jhin se saco su máscara y comenzó a reírse como el maniático que es.

-Este wey esta con la chancleta suelta...- Pensó Tommy.

Jhin comenzó a disparar con su cañón de mano, bala por bala, sin embargo Tommy fue capaz de esquivarlas todas, y tras haber dado el cuarto disparo, el Virtuoso comenzó a tener problemas con su arma.

-Ay... malditas balas!- Jhin sacó cuatro balas y las puso en el cargador, sin embargo todas se cayeron. -Ay maldición! Dame un minuto...- Jhin se tardó mucho y Tommy se le acercó lentamente sin que este se diera cuenta.

-Ahora sí!- Jhin finalmente había cargado su arma, sin embargo Tommy había desaparecido.

-¿Dónde se AGHHHHHHH!- Antes de reaccionar, Tommy le pego un puñetazo directamente en la entrepierna, lo que hizo que Jhin cayera al suelo y comenzara a retorcerse de dolor por el golpe que le dieron en su "amigo especial."

-Me diste justo en el pequeño Jhin! Maldito seas!- Jhin se quejo mientras seguía retorciéndose de dolor en el suelo. Por su parte Tommy solo se limito a guardar su pistola y seguir su camino tan tranquilo como siempre mientras silbaba una canción.

-Por aire tierra y altamar, Tommy siempre va a triunfar.-

Otro poquito más tarde...

Tommy se había quedado sin raciones, sin embargo cuando miró a sus alrededores pudo ver a una pareja con lo que parecía ser una canasta de picnic. Ambos estaban riendo y al parecer estaban disfrutando el día. El hombre tenía el pelo largo, una ligera barba y estaba vestido de azul mientras que la mujer tenía el pelo blanco y estaba con una especie de armadura marrón.

-Miren, esa mujer tiene el pelo igualito a mi mamá.- Pensó el yordle mientras observaba con cautela.

El guerrillero sabía que si era listo, podría escabullirse y tomar la canasta sin ser descubierto ni por el hombre ni por la chica. Se acerco de puntitas muy lentamente y tomó rápidamente la canasta. Sin embargo cuando se dio la vuelta para irse...

-Ejem...- Dijo el hombre tosiendo.

-*Glup*- Tommy tragó saliva y se dio la vuelta lentamente para verse cara a cara con Yasuo.

-ENFRENTA AL VIENTO!- El gran grito hizo que a Tommy se le fuera el cabello hacia atrás.

El yordle se arregló el cabello y se volvió a acomodar la capucha. -Eh... hola?-

-Dios Mío! Qué lindo es!- Riven gritó y le comenzó a apretar las mejillas.

Tommy se libró del agarre. -Miren, allí esta Marcianito bailando cumbia!- Eso hizo que tanto Yasuo como Riven desviaran la mirada hacia donde estaba señalando el guerrillero. Sin dudarlo Tommy aprovecho la distracción y salió corriendo con la canasta tan rápido como alma que se la lleva el diablo.

-Vamos a ver que tienen...- Tommy metió su mano en la canasta y sacó un sandiwch que se llevo a la boca. Sin embargo lo escupió rápidamente. -¿Sin mayonesa? Es una porquería!- El yordle tiró la canasta por el camino, ya que había perdido el hambre.

Luego de una larga caminata...

Tommy llegó a un gran edificio, vio en un cartel que decía "PLACIDIUM" y pudo ver a varias personas reunidas. Habían tres ninjas, uno hombre, una mujer y otro que parecía ser un niño. También había un monje que llevaba una venda roja en sus ojos. Y a lo lejos un espadachín con unas gafas extrañas enseñándole a un mono antropomórfico sus técnicas con la espada.

-INTRUSO!- Alguien gritó alarmado y todos miraron hacía donde estaba Tommy el cual estaba entrando por la entrada del Placidium.

-Ay mierda...- Tommy suspiró al ver como todos se ponían en posición de combate.

"Vamos a ser claros, yo no tenía ganas de sexo así que la zorrita se puede guardar su pastel para otro que lo quiera, si, se que dije que necesitaba sexo pero hasta yo tengo fuerza de voluntad, así que nada de hacerse los graciosos. En cuanto al enmascarado es un llorón, a mi una vez me pegaron un pelotazo en las pelotas y eso si dolió carajo. En cuanto al picnic, ese loco casi me arruina el peinado con su grito y si la otra señorita quería pellizcar algo que se compre un gato. Y ahora voy a pelear contra ninjas y espadachines. Ugh... esto me pasa por venir a islas japonesas."

-Tommy


Tommy: el Guerrillero de BandleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora