Capítulo 09

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-Vamos, esto va a empezar, ve a ponerte el equipo, te espero acá

Bueno, después de todo José Luis no era lo que aparentaba, digamos que después de media hora juntas comenzaba a caerme bien.
Antes de que todos llegaran él me había prestado un equipo especial para conducir la moto y claro un casco.

Me cambie rápidamente y llegué como "aquel hombre misterioso", si, todos creían que era hombre ¿Pueden creerlo? Pero aún así les iba a demostrar que era mejor que cualquier hombre.

Lo que viví hoy me lleno de adrenalina completamente la vida, fue genial, y ¿saben qué es lo mejor de todo? Que gane, bueno ganamos o algo así, casi nadie me tenia fe y les calle la boca.

-Bien -José Luis se acerco a mi -lo hiciste -me quite el casco, mala idea, cuando todos se dieron cuenta que era una chica y no un chico cono creían se enfurecieron.

-¿Es en serio hermano? -reclamo un tipo que duplicaba mi tamaño.

-¿Es en serio qué? -José Luis se cruzo de brazos.

-¿Cómo se te ocurre traer a esta chica acá? ¿Qué clase de clandestino entiendes?

-Ella es como nosotros

-No, no, no, ella no es como nosotros

-¿Por qué? -ya era momento de intervenir.

-Porque eres mujer, por esa simple razón -levante una de mis cejas mientras trataba de mantener la calma para no irme encima de él y golpearlo.

-Pues lamento decirte que esta mujer te ganó, así que dame una razón válida para asegurar que soy "diferente"

-José Luis -ahora se dirigía a mi acompañante -si no la sacas de aquí le va a ir muy mal, este no es mundo para ella

-¿Por qué? ¿Porque tú lo dices? Lamento romper tu ilusión pero no me voy a ir así que hazle como quieras

-Aura ya vámonos, te llevo a tu casa -José Luis me tomó del brazo.

-Adiós, princesa, espero que por el bien de todos y de esto no regreses

-Espero que por el bien de todos tú cierres la boca -lo mire por última vez y decidí hacerle caso a José Luis y alejarme del lugar.

Caminamos por las calles aledañas a dónde lo había conocido, era tonto que en tan solo minutos o tal vez horas le hubiera tomada algo de confianza, y era bastante raro porque jamás hubiera confiado en una persona que me acorralo en un callejón, digo, ni siquiera confío en mi propia sombra, al final, en la oscuridad ella también te abandona ¿por qué razón confiaría en alguien que conocí por accidente?. Bueno, no era momento de hacerme estas interrogantes que por obvias razones no iba a poder responder.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?

-Ya te dije que no, no voy a regresar a ese infierno -solté un largo suspiro.

-¿Por qué estás huyendo de tu hogar?

-¿Hogar? Al lugar dónde vivo no se le puede llamar hogar

-No te entiendo

-No tienes que entenderme, solo no hagas más preguntas

-Ni siquiera sé tu nombre

-¡Ay! ¿Es en serio que nunca te vas a callar?

-Ya me presente yo, no seas descortés

-Aura -baje la mirada, el simple hecho de decir mi nombre me causaba un poco de repulsión.

-¿Odias tu nombre o porque esa cara?

-Odio la vida -lo mire sin remordimiento alguno.

-¿En verdad no quieres ir a mi casa?

-Ya te dije que no y toma esto -le di el casco.

-No te voy a dejar dormir en la calle así que, perdón por esto

Él me tomo entre sus brazos y comenzó a correr, debo aceptar que él, era fuerte y lograr quitarme sus brazos de encima era todo un reto imposible.

Por mis ojos pasaron imágenes de calles que en mi vida había visto, el barrio no era el más bonito, hasta me daba un poco de miedo, era oscuro y algo tenebroso. Iván ya me había arrebatado algo y no quería de nuevo repetir esa imagen.

-Llegamos -intento abrir la puerta mientras me sujetaba fuerte contra su pecho.

-¿Puedes bajarme ya?

-No, hasta que estemos adentro

-No tenias que traer me aquí, como sea algo me iba a obligar a volver al lugar de donde huí

-Aquí puedes dormir esta noche y las que necesites cuando encuentres un lugar donde dormir

Los días pasaban como si no hubiera un mañana, durante la mayor parte del día vagaba por las calles mirando familias y  parejas perfectas y durante la noche iba con José Luis a las carreras de motos.
Sobre Raúl, de él ya no sabía nada, trataba de no frecuentar el lugar en dónde estaba su taller, estaba muy agradecida con él, pero no quería confundir las cosas.

Era Marzo 12, cuando aquellos recuerdos volvieron a mi cabeza; José Luis había sido muy bueno conmigo, me había brindado su apoyo, techo, comida y hasta dinero, pero sabía que esto no podía ser gratis de por vida, él y yo teníamos "ondas", ¿saben de qué hablo no? No eramos novios, pero tampoco podía llamarse amigos, eramos algo más allá que una simple amistad o algo así, no voy a negar que él besaba muy bien.

Eran al rededor de las dos de la mañana, y los dos acabábamos de llegar de una carrera, habíamos sacado mucho dinero. Lo primero que hicimos fue llegar a la recámara donde dormía y arrojar el dinero sobre la gran cama.

-Eres una estrella en todo esto, tienes futuro -me dio un beso para después arrojarse sobre el montón de billetes -¿por qué no vienes? -se sentó y dio pequeños golpes a la cama.

-No, voy a comer algo, tengo hambre -sentí mi garganta seca.

-Ven rápido, no te voy a quitar mucho tiempo -debo confesar que esa noche él y yo habíamos ido a "festejar" él había tomado un poco y yo como se lo imagina me negué a probar una gota de alcohol, aunque si hubiera sabido que iba a pasar me hiciera tomado la cantina entera.

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