-No, es en serio, voy a hacerte un café
-Ven -me tomó de la mano y me atrajo hasta él, provocando en uno de esos movimientos que me sentara sobre sus piernas.
-José Luis, deberías descansar, ya es muy tarde
-¿Y? Trabajamos de noche, no tenemos jefe ¿qué hay de malo en que me desvele? Pareces mi mamá
-Perdón, pero yo mañana tengo que trabajar
-Te voy a dejar dormir, pero por favor hoy se mía -con unas cuantas copas de alcohol encima era otro, no lo reconocía.
-Ya hablamos de esto -un mes atrás le había confesado la razón de por qué había huido de mi casa y le había contado sobre el mal nacido de Iván y él pareció haberme entendido.
-Por favor -comenzó a besar mi cuello y a deslizar sus manos por debajo de mi camiseta.
Cada recuerdo de esa noche, cada detalle, cada sensación, volví a revivir hoy, ese miedo y ese terror que tenía por dentro eran tan reales como el odio y la repulsión que tenía hacia el sexo.
–Está bien, pero dejame ir por algo a la cocina –jamás creí decir esto, pero ¿estaba aceptando su propuesta? ¿Qué era lo que me sucedía? ¿Lo que tenia en la cabeza?.
No sé como, ni en que momento pero me pude levantar de sus piernas y comencé a caminar de vuelta a la cocina; de la alacena tome tres o cuatro botellas de alcohol y abrí una de ellas, di un gran trago de la boquilla y sentí como me quemaba la garganta, era una sensación de ahogarse; me senté en el suelo y seguí bebiendo hasta que ni quedó ni una gota de alcohol, sentía que todo me daba vueltas, pero regrese a la realidad cuando José Luis me hiciste recordar su presencia.
–¡Aura! Te estoy esperando
–Ya voy –le respondí con la poca voz que me quedaba.
Abrí la segunda botella y bebí hasta que el líquido llegó a la mitad, lleve esa botella y una más a la recámara.
Cuando entré el cuarto estaba completamente iluminado, o eso parecía, la luz me lastimaba los ojos. Vi a mi compañero sin camisa y con el pantalón desabrochado, tomé aire, deje las botellas sobre la mesa de noche junto a la cama y comencé a sacarme la ropa; lo primero que vi salir fueron mis zapatos junto con los calcetines dentro, el short de licra fue el segundo y termine por sacarme la camiseta; bebí la otra mitad de la botella y me anime a besar a José Luis.A esas alturas de la madrugada ya era lo suficientemente torpe como para ni siquiera sacarle el pantalón, él lo hizo por mi, sentí un terror inmenso al verlo solo en ropa interior, estire mi mano y abrí la última botella, bebí un gran sorbo y deje que él se montara sobre mi para que continuara besando me; era increíble como el alcohol podía hacerme "valiente", ahora entendí a mi madre un poco.
Continúe dando sorbos a la botella y a José Luis no parecía molestarle el hecho de que estuviera bebiendo, ni siquiera parecía darse cuenta, pero lo peor vino cuando sentí mi ropa interior descendiendo por mis piernas; tomé más que un sorbo, quedaba menos de la mitad de la botella. Lo detuve cuando aún no había sacado por completo mi ropa interior.
–Dame otro segundo ¿si? No tardo –como pude me escabulli de nuevo a la cocina, no niego que tropecé y caí unas cuantas veces, estaba muy tomada, me sorprendia que pudiera estar en pie. Como se imaginarán fui por otras dos botellas de alcohol. Regrese en menos de dos minutos.
–Que siga la fiesta –bebí de un trago lo que sobraba de la tercera botella y abrí la cuarta, quizá eso de la resistencia al alcohol era genético o tal vez era mayor mi miedo.
Me recoste de nuevo sobre la cama y él retomo lo que estaba haciendo, pero esta vez si, logrado sacar lo poco que me quedaba de ropa. Sentí mi cuerpo temblar al sentir el rose de nuestros cuerpos, si, ya se imaginarán que hice, tomé de la cuarta botella, pero tomé casi todo su contenido, digamos que así me arme de valor para separar mis piernas y permitirle a mi acompañante que se posicionará dentro de mi.
Desperté con un dolor intenso de cabeza, con el cuerpo envuelto en las sábanas y con José Luis apretando me contra él, me sentía asfixiada y sofocada, intente rehuir de la situación, pero al intentar alejarme el despertó.
–¿A dónde crees que vas? –introdujo una de sus piernas entre las mías.
–A bañarme, ya es muy tarde y tengo que trabajar
–Aún es temprano –beso mi cuello –tenemos tiempo de repetir lo de anoche –sentí una de sus manos cerca de mi bajo abdomen y la otra jugando en mi pecho –eres muy buena.
–Tengo que bañarme ya
Como pude, me escape de entre sus brazos y corrí al baño, cerré la puerta con seguro y me di un baño, lo necesitaba.
Cuando me mire al espejo no pude reconocerme, no podía ni siquiera verme frente a un espejo sin recordar cuantas veces le reclamen a mi mamá por beber de esa manera y yo había caído en ese mismo agujero.
–¿Quieres que vaya por ti al trabajo?
–Como quieras
–¿A las siete verdad?
–Si –tomé mi chaqueta y salí de la casa.
El día en el estacionamiento fue algo ocupado, no había mucha clientela a pesar de ser fin de semana. Lamentablemente no era el primer día que las ganancias bajaban tan repentino, por lo cual los dueños del estacionamiento se vieron obligados a prescindir de mis servicios.
Eran las cuatro de la tarde y decidí ir a ver a Raúl.
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Espejo Roto
Fanfiction[Historia Corta] Me enamoré como nunca, sin límites, sin miedos, sin sombras y sin fantasmas, me enamoré como nunca antes, y gracias a ese amor me di cuenta que la vida se puede interpretar de otra manera; descubrí que el lobo se enamoró de la Luna...