Espejo Roto

Capítulo 15

Noche 7

Sé que no te he mantenido al tanto de mi vida después de todo lo que paso, pero mis noches siempre han sido iguales, siempre voy al mismo bar y no encuentro a Iván por más que lo busque y claro, siempre antes del amanecer termino aceptando la copa de algún desconocido y terminó con él en algún motel de paso.
Hoy no fue la excepción, bueno, si, antes del amanecer decidí irme, hoy se termina el plazo que le pedí a Raúl para encontrar a Iván, supongo tengo que darle cuentas y ¿cómo podría decirle que estaba embarazada y que además cada noche despertaba con un hombre diferente.

-América, ya no puedo con esto -le dije cuando llegamos al Hospital.

-Pues tú tienes la solución, deja esta vida, no es para ti

-No me entiendes, esta es mi vida desde hace ya mucho tiempo

-Por él entraste al mundo del que tanto huías ¿y en dónde está ahora? En las Vegas

-Deja ir su recuerdo también, él ya se fue y no porque lo sigas recordando o esperando va a regresar 

-No puedo, lo siento por más que quiera -suspiré -solo no puedo

-¿Te enamoraste?

-Si -asentí con lágrimas en los ojos.

-Se fue y no le importaste, solo te dejo problemas 

-Eso ya no me importa ahora, ya ni siquiera sé que voy a hacer con mi vida

-Cuidar de tu hijo -en ese momento se escuchó la sirena de una ambulancia, alguien iba a entrar algo o muy grave en una camilla.

Para mi sorpresa a quién vi en la camilla fue a Raúl, y créanme que para estas alturas ya empezaba a sospechar que no eran simples problemas de presión alta, algo le estaba pasando y la verdad me estaba empezando a preocupar.

El doctor me atedió y parecía que mi hijo estaba bien, algo bajo de peso pero a pesar de haber bebido él o ella estaba bien. Le agradecí a América por acompañarme, pero le pedí que se fuera, me iba a quedar en el Hospital a esperar noticias de Raúl; noticias que tuve después de una media hora más, él no sabía que yo estaba ahí, así que se sorprendió mucho al verme entrar a la habitación.

-Hola -dije casi en un susurro.

-Aura, ¿qué haces aquí?

-Vine por un chequeo rutinario -mentí -por casualidad te vi y quería hablar contigo

-¿Sobre qué? ¿Encontraste al desgraciado ese?

-No y ya lo dejaré en paz

-¿¡Cómo por qué?! Eso no se puede quedar impune, no puedes dejarlo libre después de lo que te hizo

-A mi ya no me importa, lo que quiero saber o mejor dicho exijo y merezco una explicación de esto

-¿Qué?

-¿Qué pasa contigo? Tú no estás aquí por problemas de presión alta 

-Tienes razón -suspiró -tengo un problema en el corazón y necesito un donante, pero ni siquiera tengo el dinero suficiente para pagar la operación y además estoy en una lista de espera demasiado larga 

-¿Por qué no me dijiste nada?

-Te lo iba a decir el día que me constaste lo de Iván, pero ya no pude después

-Yo te puedo ayudar -tomé su mano.

-¿Cómo? -brillaron sus ojos.

-Consiguiendo dinero -volvería a as carreras, José Luis siempre dijo que era buena y por primera vez tenía que explotar ese "talento" que siempre nos trajo problemas.

-No Aura, el dinero es lo de menos, necesito un donante

-Yo lo voy a conseguir

-¿Cómo? ¿Matando a alguien? Aura, ya no quedan muchas esperanzas, se me acaba el tiempo

-No es mala idea -mordi mi labio inferior.

-Aura, mejor concéntrate en encontrar al infeliz ese

-Ya no puedo -pase mis manos por mi cabello -estoy cansada -solté un largo suspiro.

-Tú puedes, tu espíritu es lo suficientemente fuerte como para sobrellevar esto, lo vas a lograr

-Mi espíritu está cansado, eso es lo que no entiendes, estoy harta de este maldito mundo, de esta vida, soy lo que siempre aborrecí de mi madre, cuando me veo al espejo parece que veo a otra persona, no soy yo

-Yo puedo ayudarte, te voy a dar fuerza

-No, no, no, seria egoísta de mi parte quitarte el tiempo cuando ya te falta algo -deslice un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja - pero yo tengo la solución para ti -sonrió.

-¿Ah si? -me sonreí débil.

-Si  -acaricie su mejilla y lo abrazo como nunca antes, con fuerza -en dos noches más, tendrás noticias mías

-No te vayas aún -me tomó de la mano.

-¿Qué pasa?

-¿Por qué estás aquí? No me mal intérpretes

-Vive a que me confirmaran una noticia

-¿Qué tienes?

-Tranquilo, no es nada grave, solo, estoy embarazada -baje la mirada mientras veía la palma de mis manos.

-¿Qué? -frunció el ceño.

-Lo que escuchaste, pero ahora no me importa, lo que más me preocupa en estos momentos es tu salud y en verdad no te preocupes, yo te voy a ayudar 

-Aura, no me queda mucho tiempo

-No digas eso, yo tengo un corazón para ti 

-¿Ah si? -me tomó la mano.

-Si -le sonreí -El mío

-Antes de que te  vayas, ven -me acercó a él y me dio un beso.

-Me tengo que ir 

Salí de la habitación en dónde se encontraba Raúl y me dirigí con los amigos de José Luis, me costó mucho convencerlos de que me dejaran correr, claro que no querían aceptar después de que José Luis lo perdió todo y yo no tenía ni un peso, pero al final aceptaron, iba a ganar mucho dinero, pero solo tenía dos noches, Raúl no tenía tiempo y el reloj corrí como si fuese una bomba activada a punto de explotar.