🚻

60 1 0
                                    

Recuerdo perfectamente lo que sentí el día que nuestros labios se tocaron por primera vez, una chispa que recorría todo mi ser. Pero ahora se había disipado como la pólvora.

Yo iba a marcharme más lejos de lo que ya nos separaba a ambos. ¿Cómo aguantar más distancia si eso es lo que nos iba matando por dentro? Lentamente, los sentimientos iban falleciendo y pronto se convertirían en ceniza. Debía de aguantar durante la semana que nos quedaba juntos, la semana de navidad a final de año. Año nuevo, vida nueva dice un famoso refranero. Y es cierto, mi vida daría un giro de 180 grados. En 2016, Ancel dejaría de ser la persona más importante de mi vida para convertirse en uno más del montón. No sé si soportaría verle como a un amigo, al fin y al cabo mi corazón siempre será suyo. Nadie puede quitarle ese derecho, ni siquiera Nick.

Pasaba la mayor parte del tiempo en su casa, rara vez mi madre me podía ver en casa. Y es que perderlo se me hacía insoportable, había que aprovechar cada segundo que me quedaba con él. Nunca me arrepentiré de haber estado con él hasta el último segundo.

De lo único que me arrepentiría sería de los últimos días. Me gustaría borrarlos, pero no puedo, ya que siguen conformando parte de la historia. La historia de como pierdes al amor de tu vida y llegan otras personas que le dan la vuelta a tus ejes. No sé que me pasó...¿miedo, demasiada presión, corazón dividido?

Lo que me gustaría olvidar fue el día de nuestra ruptura el 30 de diciembre de 2015. Estábamos en casa, vimos la televisión tumbados. Recuerdo que llevaba un vestido por lo que al principio me dió vergüenza tumbarme, por lo que posicioné la falda entre mis muslos, haciendo un intento de pantalón.

-¿A qué hora vuelves a casa?-preguntó él

-A las 20:30, mi padre vendrá a buscarme, esta noche dormiremos en la nueva casa. Creo que esta será nuestra última cita.

-¿Y si te quedas a dormir?Dile a tu madre que estás en casa de una amiga.-puso cara de perrito abandonado.

-Que va...no me deja quedarme en casa de ajenos. Nunca he hecho  pijamadas de chicas. Solo he dormido fuera en el campamento.

Campamento, tal vez la palabra que más me duele ahora mismo.

-Recuerda que estaré aquí para ti. Podría tomar un autobús para verte.

-Por favor no lo hagas peor de lo que está.

Jamás podría olvidarme de él...

Jamás podría olvidarme de lo vivido en estos meses, tampoco de Ancel, pero tenía que hacer que me olvidase.

Al volver a la realidad estaba comiendome la cara, casi literalmente. Porque parecía un caníbal en una isla desierta que no había probado bocado en días.

Él intentaba calmar su sed, pero yo ya bebía de él sin sed. Hasta que sus labios se posaron en mi cuello, entonces me estremecí. Era placentero y doloroso a la vez. Sentí que este era ya el final de lo que creía que era lo más bonito que pudo haber ocurrido, se había convertido en la peor pesadilla del mundo. Esperaba al hombre del saco salir del armario y despertarme.

Entonces pensé en la conversación que tuve con mi madre acerca de la mudanza.

Flashback

-Skyler Marie Waves,ven, tengo hablar contigo.

Cuando mi madre me llamaba por mi nombre completo tenia que asustarme.¿Qué hice mal? Podría sacar un billete a México y huir tal vez.

-Dime, Mami.

-¿Qué te parecería mudarnos?Algo así como un cambio de aires. No tendrás que cambiarte de instituto porque tu padre puede bajarte todos los días y a la vuelta cogerás el autobús.

-¡¡¡No puedes hacerme esto!!!¿Es qué alguna vez no piensas en los demás? Yo quiero quedarme aquí.

-Dame una razón y no vendemos la casa.

Mierda, no podía decirle que lo hacía por Ancel. Ella ni lo sabía, probablemente se hubiese reído de mi. Así que salí corriendo y me refugie en mi habitación.

Flashback end

De vuelta con Ancel, seguía devorandome. Hasta que optó por incorporarme levemente y desabrochar un botón del vestido. Probé a sacar su camiseta, mis manos temblaban pero mis labios se atrevieron a decir:

-No...puedo.

-Tú puedes, creo en ti.

Y no sé como, pero conseguí quitársela.

-¿No es tan difícil,verdad?-acarició mi pelo.

Opté por curvar mis labios a modo de una brillante sonrisa. Estábamos a punto de hacerlo, cuando entonces al besar su torso, todos mis cimientos se derrumban. Ya no podía más. Lloré como una cría. Y lágrimas comienzan a resbalar por su delgada barriga.

Él se incorporó, mirándome perplejo.

-¿Qué te ocurre?

-Nada...¿continuamos?

-No. Veo que no quieres y no te voy a forzar. Eres muy importante para mí.

- Ya no sé que es lo que quiero. Todo se ha vuelto en contra mía y ahora que me voy,quien me queda...eres demasiado bueno y yo demasiado egoísta.

-Mira, no soy estúpido. Desde el otro día cuando nos peleamos, sé que sientes algo por ese amigo tuyo, y no te culpo, yo también siento algo por Lisa. Estos meses nos han jugado una mala pasada.

-No le quiero, te quiero a ti. Eres el hombre de mi vida y eso nadie te lo va a quitar.

-Hagamos esto, volveré en Semana Santa, por mi cumpleaños. Allí me dirás que es lo que quieres¿vale?

-No entiendo como no puedo...lo siento, de verdad.

-Ese chico...ha entrado dentro de tu alma y ahora estás luchando por saber que quieres.

-¿Puedes romper conmigo ya? Soy un puto monstruo.

-No, no lo eres.-pero en el fondo él estaba triste, lo podía notar. Creo que no estaba furioso sino decepcionado. Me había calado.-hasta el año que viene, Sky.

-Lo siento, no sé si podrás perdonármelo.

Y fue allí cuando salí, bajé a casa y terminé de coger mis cosas. Todos mis cuentos de cuando era niña, en los que el príncipe salvaba a su princesa. Mis peluches a los que podría haber asfixiado de tantos achuchones estaban guardados en una caja. Apagué la luz, una nueva etapa comenzaba. Más a oscuras que nunca.

La pregunta era:¿Quien me salvaría a mí?

Aquella noche no dormí, sino que me quedé en vela. Asomada mirando hacia la costa, el mar. Esa gran masa de agua me recordaba a él y que nunca fuimos a bañarnos como le prometí. Promesas que se vuelven añicos, añicos que se vuelven promesas.

Entre dos mundos (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora