Un mensaje de un hijo a un padre

Un mensaje de un hijo a un padre -parte 15-

 "la magia del relicario "

La relación padre e hijo estaba funcionando muy bien,  los dos trataban de poner de su parte para comunicarse, uno escuchaba y el otro oía y viceversa. Los problemas eran cada vez menos, aun los había pero eran menos frecuentes, Arman cada vez se le facilitaba decir la palabra "papá" al principio le sonaba extraño pero con las semanas fue siendo una palabra del diario aunque cuando estaba enojado volvía a las palabras como "Señor" no por respeto, sino como una forma de no tomarlo en cuanta y hacerle saber que estaba enojado, así como ignorarlo como parte de su molestia, cosas que seguían molestando al hombre. 

Dos semanas atrás a finales de clases Santiago tuvo una pequeña discusión con Arman pues las calificaciones de su hijo eran bajas y tenía que quedarse una semana más para presentar trabajos extras que le subieran la calificación pues estaba con dos materias que si bien no estaban reprobadas eran malas.

Santiago tuvo que ir a la escuela pues la mayoría de los chicos ya había recibido notas escolares y su hijo se las seguía asiendo largas diciendo que tenía que ir a la escuela una semana más para presentar trabajos, siendo que prácticamente ya todos habían salido y solo estaban en semana de entregas de calificaciones, Santiago pensó que su hijo le decía aquello para poder salir, pero cuando fue a la escuela y los maestros le dijeron por qué tenía que ir, y que no era cosa de toda la clase sino de unos cuantos chicos, Santiago se molestó, pues no solo se puso al corriente de todas las asignaturas sino de reportes escolares en su mayoría por jugar, pelear con otros chicos, hablar o mandar mensajes en clase.

Para recuperar puntos para las materias tenía que entregar dos trabajos extras una exposición y hacer entrega de un libro para la biblioteca de la escuela.

En la escuela no había muchos chicos, algunos estaban en entregas otros ya estaban fuera hablando, algunos despidiéndose pues las vacaciones ya habían entrado para algunos. Santiago salió de la escuela y pudo ver a un grupo de chicos entre ellos a su hijo que tenía algunos libros en las manos, no dejaba de hablar y jugar con sus amigos.

Santiago tomo el teléfono y le llamo, Arman saco el teléfono pero no contesto dejando que fuera a buzón cosa que le hizo enojar, llamo una segunda y tercera ves y en la cuarta fue cuando Arman atendió.

· Arman: papá estoy en clases.

· Santiago: estas con tus amigos jugando... te estos viendo Arman, date la vuelta –Santiago le hizo una seña y Arman lo vio- Toma tus cosas y muévete, nos vamos a casa y no me digas que tienes clases porque acaba de hablar con tus profesores y tu director.

· Arman: ya voy.

· Arman: me tengo que ir mi... padre vino, te entrego tus apuntes después.

· Fabio: cuando quieras no tengo prisa, ya no los necesito.

· Arman: a dios.

Santiago vio cómo se despedía de sus compañeros y como se acercaba a una chica en particular a la cual besara y después empezara a caminar al auto.

· Santiago: porque no me contestaste el teléfono... Arman no me ignores contéstame...

Pero solo hubo silencio, Santiago ya no dijo nada el camino a casa fue frustrante, apenas llegaron Arman bajo y estampo la puerta del carro y luego la de la casa.

...

· Santiago: Tu hermano?

· Tomas: se fue a su cuarto. –dijo destapando una bolsa de papás-