Un mensaje de un hijo a un padre -parte 22-

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"La magia del relicario" 


Cinco días pasaron desde que Arman se encogió, los abuelos pasaron todos los días a verlo, le llevaban dulces o alguno que otro juguete, Santiago les dijo que no le compraran cosas extravagantes ya que cuando el volviera a su tamaño no necesitaría nada de eso, pero los abuelos son consentidores y tenían un tiempo en el  que sus nietos no les llamada la atención los juguetes o esas cosa, el más chico tenía 12 años y no era mucho de juguetes sino de videojuego y estar pegado en la computadora. 

Viernes en la tarde, todos estaban en casa.

Arman estaba jugando con sus hermano, a pesar de que ellos ya eran grandes, a Richard le gustaba mucho jugar con él, a Tomas le agradaba no ser el pequeño de casa y a pesar de que el dijera que ya era mayor, le gustaba compartir esos momentos con sus hermanos, Fátima simplemente amaba a su pequeño hermano y si él le pedía que jugara... ella lo haría.

Todos estaban corriendo por toda la casa... todos a exención de Santiago y Michel que solo los veían.

Arman se fue a esconder de sus hermanos ya que lo querían atrapar y él no se podía dejar, así que subió con cuidado a los cuartos, pero vio las escaleras del ático abajo aprovecho para subir ya que a él nunca lo dejaban ir a ese lugar... se puso a curiosear las cosas, tanto estaba metido en todo lo que veía a su alrededor que no se enteró que la puerta del ático estaba cerrada y que una mujer estaba en cuclillas viendo al pequeño niño...

· Arman: qué bonito... -vio una lámpara de colores- y la quiso bajar-

· Emily: eso es peligroso, se te puede caer en encima.

· Arman: mamiii –corrió a sus brazos-

· Emily: hola mi bebe.

· Arman: no me llevaste a ver a mis abuelitos.-dijo con un puchero-

· Emily: no pude llevarte conmigo, tú tienes que quedarte con tus hermanos y con tu papá.

Emily abrazo a su bebe y los dos se quedaron fundidos en ese abrazo por un buen rato.

· Arman: te extrañe mucho, me hacen mucha falta –decía con lágrimas en los ojos un Arman ya de 15 años-

· Emily: lo sé, pero yo los sigo cuidando a todos, aunque no me veas.

· Arman: papá tiro tus cosas shiff.-dijo un poco enojado y triste-

· Emily: si, que malo verdad, tu padre sabe que no debe tirar las cosas a la basura, las debió de ver regalado hace ya mucho tiempo.

· Arman: pero, son tus cosas.

· Emily: yo no voy a usar nada de eso mi amor, no me hacen falta, pero tu papá es muy desordenadito, dice que va hacer las cosas y se tarda lo suyo –dijo viendo una mesa destruida, la mesa que rompió Arman, aquella mesa que su padre tenía la esperanza de reparar algún día "aja" y por no verse desecho de sus cosas cuando ella murió- pero que le podemos hacer, tu papá es un desastre y no creo que cambie.

· Arman: mami, no quiero que te vayas.

· Emily: bebe, yo nunca me he ido, siempre estoy contigo, cuidándolos, vigilándolos a ti y a tus hermanos, hijo mío, créeme que no me dejan una tarea sencilla, se meten en tantos líos uno en especial.

Arman solo se coloreo y puso un puchero como si tuviera 4 años otra vez.

· Emily: y no pongas esos ojos, que sabes que tengo razón.

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