Un mensaje de un hijo a un padre

Un mensaje de un hijo a un padre -parte 21-

Era tarde pero Michel y Richard ya estaba en casa atendiendo a un pequeño niño que no dejaba de jugar y esconderse por todos lados. Michel se puso a preparar la comida, Fátima se metió a bañar por lo que los chicos se quedaron a cargo de Arman.

· Richard: Tomas no te hagas tonto préstale el carro.

· Tomas: es de colección.

· Richard: aa no manches, dámelo.

· Arman: un ratito si, te lo cuido. –se ponía en puntillas para alcanzar a ver mejor el juguete-

· Tomas: no, te presto este, si.-trato de convencer a su hermanito con otro juguete, juguetes que tenia de pequeño y hoy solo estaban de adorno en su cuarto-

· Arman: ese está más bonito, no te lo rompo.-le decía con unos bonitos ojos-

· Richard: a que me lo des, no le va hacer nada está en la cama, ni se va a tallar.

· Tomas: si le pasa algo, tú me compras uno.

· Richard: a que marica eres.

· Tomas: marica tu.

Arman se puso a jugar con aquel automóvil de juguete, se le podían abrir las puertitas y se podía ver un pequeño motor, Arman estaba encantado con el juguete lo paseo por toda la cama, jugando con sus hermanos, pero los niños pequeños si ven algo que les llame la atención pegan carrera y fue lo que hizo Arman, que dejo el carro en la cama y salió a ver un gato blanco que se metió a su casa, era de los vecinos... Richard salió a vigilarlo pero le entro una llamada y lo perdió de vista unos minutos...

· Ring, ring –sonó el teléfono de casa, pero al parecer solo alguien lo escucho-

· Arman: meno.

· Miranda: bueno, eee... creo que me equivoque de número.

· Arman: quien habla.

· Miranda: es la casa de Santiago?

·
Arman: papá no está.

· Miranda: papá, quien atiende el teléfono, es un juego?

· Arman: Arman, yo... quien habla?

· Miranda: eeee, habla Miranda, la madre de Santiago, tu suenas muy peque.

· Arman: abuelita... hola abuelita, como estas.

· Miranda: ¡!!!.... es una broma... peque, cuántos años tienes?... cómo te llamas?... te están cuidando los chicos?

· Arman: yo tengo así –mostro su manita-

· Miranda: pequeño no te veo...

· Arman: tengo cuatro años ya casi es mi fiesta no se olvide, me está cuidando mi hermano.

· Miranda: que hermano?

· Arman: Richard...

· Miranda: ¡! O.O

· Richard: eey... a quien le llamas.

· Arman: a mi abuelita.

Richard solo tomo el teléfono y lo colgó esperando que su querida abuela pensara que se había equivocado de numero, pero le fallo la movida, ya que sus abuelos estuvieron en casa en menos de una hora, Miranda pensó que su cabeza le estaba jugando una broma por eso fue a cerciorarse de las cosas.

· Santiago que venía llegando de trabajar se quedó quietecito: mamá que hacen aquí? no los esperaba. –Dijo nervioso-

· Miranda: ya ves cómo es la vida.

· Santiago: y que hacen aquí?

· Miranda: vine a ver a los chicos, a uno en especial.

· Santiago: a Tomas –dijo nervioso-

· Miranda: a Arman...

· Santiago: aaa, no está en casa.

· Mario: algo te traes, sucedió algo?

· Santiago: claro que no papá.

· Mario: entonces hay que pasar o que? nos vas a dejar aquí afuera.

· Santiago: no, no, pasen.

Cuando los abuelos entraron sin una notificación de llegada no fue extraño que un pequeño niño les saltara encima y que los demás pusieran cara de muerto fresco.

· Arman: abuelito.

Mario cargo al niño de inmediato, lo reconoció al instante como podría olvidar a sus nietos y mucho menos de esa edad tan llena de ternura.

· Miranda: mi pequeño...-le acaricio la cabeza- Explícame como es que tu hijo no está en casa y como es que esta así? -dijo molesta por que su hijo le trato de ocultar a ese pequeño-

· Santiago: no sabía cómo decírselos.

· Mario: podías decir "papá, paso esto" "mi hijo se encogió", no sé, algo, no solo decir que tu hijo no está en casa. –dijo aun con el niño en brazos-

Santiago solo bajo la vista, algo avergonzado de que lo estuvieran regañando frente a sus muchachos-

· Arman: yo no me encogí, ellos crecieron.

· Miranda: aaay mi pequeño niño tan hermoso –se lo quito a su marido de los brazos para poderlo estrechar ella y acunarlo-

Santiago hablo con sus padres, aunque lo tuvo que hacerlo cuando Fátima llevo al niño a su cuarto, ya que no debía escuchar la conversación de mayores.

· Mario: entiendo.

· Miranda: pues yo no comprendo nada, pero tienes razón no es algo que puedas ir presumiendo por todas las calles, pero tampoco algo que se lo puedas ocultar a tus padres.

· Santiago: lo sé, lo lamento, pero pónganse en mi lugar, ¿Que harían ustedes?

· Mario: pero mentirnos tan descaradamente. –Dijo serio-

· Santiago: perdón.

· Richard: jijijiji

· Mario: usted no se burle de su padre.

· Richard: jajaja yo no he hecho nada.

Asi los abuelos del pequeño niño se retiraron dejando a su hijo con un pequeño en brazos que les decía adiós.