Duele

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Era un momento incómodo, para los dos, Sirius tenía la mirada perdida, y Serpens trataba de procesar la información.

Su padrino, tenía como pareja a Orión Black, el cual es su padre. Eso no podía ser posible, cambiaría cada cosa, su nacimiento, la sexualidad de Orión.

—¿Como es eso posible?, ¿y Walburga?—

—Por alguna extraña razón del universo es posible, además, tus padres me dijeron que no pasaría nada, y respecto a Walburga, Orión solo está con ella por su padre, mi abuelo—

—¿no pasaría nada?, Sirius, tu eres el hijo mayor, no creo que te tendrías tú mismo— Sirius estuvo callado por unos minutos.

—Serpens— suspiró —Hay que vivir el presente, luego.. que venga lo que venga, disfruta la vida cachorro— se transformó en un perro, lamió la mejilla del menor y se fué moviendo su cola hacia el castillo.

Serpens siguió mirando el lago, eso le hacía relajarse, se preguntaba qué tal la estaría pasando Tom con Draco. Se escucharon unos pasos a su espalda, pero no se giró, siguió en su misma posición.

—Pequeño, ¿no piensas saludar?— Serpens se levantó, empezó a girar lentamente, miró a sus padres, seguían igual que antes, ¿como se podían mantener tan jóvenes?, Corrió a abrazarlos, un abrazo familiar, como el que nunca tuvo, como el que siempre deseó, se quedó así por un momento, se fueron separando, todos con una sonrisa, como si nunca se hubiesen separado.

—Los extrañé mucho, ¿donde estaban?—

—Mi bebé, estábamos arreglando unas cosas, pero gracias a Merlín, ya terminamos— Dijo Rowena con voz exhausta.

—Mucho trabajo, por aquí, por allá todo el día, lo típico— decía Salazar con indiferencia.

—Todo muy ajetreado, pero nada del otro mundo— dijo esta vez Godric.

—Pero dime, cariño, ¿que tal ha estado tu día?— concluyó Helga.

—Ufff, nada del otro mundo, viajar en el tiempo, y llegar un año después de lo que debía, casual— dijo tranquilamente— por cierto, ¿sabían que Draco está embarazado?—

—¿Encerio?, Si vez Sally. te dije que el pequeño Sevie lo dejaría en su punto—

—Sí lo dijiste muchas veces, cada día, cada hora, eres un dolor de cabeza, Rowena—

—pero así me quieres— dijo sonriendo— yo quiero irme a dormir, que mañana me toca a mí—

—¿Que te toca madre?— Serpens le abrazó.

—Somos los ministros, cada día le toca a uno diferente, hoy a Helga y mañana a mí— le revolvió un poco el cabello a él menor— oye, cariño, ¿como te llamaron para tu elección, y en qué casa quedaste?—

—Pensé que me llamarían Serpens Slytherin Gryffindor Hufflepuff Ravenclaw, pero al final solo fué Serpens. Y he quedado en Slytherin—

—¿ves?, Lo sabía—

—Sí, sí, muy egocéntrico—

—ya dejen de pelearse, y vamos a dormir, que tengas buena noche cariño— cada uno de ellos abrazo a Serpens y besó su cabeza, para después dirigirse a sus respectivas habitaciones, dejando al pequeño, de nuevo, solo, mirando el lado del lago.

En La Eternidad De Nuestros DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora