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Al notar el movimiento detrás de él, Stiles se sintió libre del nudo. Suspiró con alivio, algo dolorido, pero se movió para encarar a Derek, que sonreía levemente y lo miraba como si estuviera ido.

Stiles le besó la sonrisa, contento por verlo tan feliz, y cerró los ojos cuando lo apretó contra su pecho. Besó su esternón y se apartó un poco para ver su rostro, acariciándole la barba.

—¿Tan increíble es? —preguntó el castaño en voz baja, ganándose una risilla tímida de su novio.

—Es algo inolvidable, la verdad. Parecía que me corría con todo mi cuerpo.

—Bueno, eso parecía, porque creo que peso varios kilos. Necesito ducharme.

—Me voy a duchar contigo, pero estoy agotado. No creo que pudiera anudar más de una vez al día —bromeó Derek besándolo e incorporándose.


Stiles puso una mueca de dolor y le costó más ponerse de pie. Valía la pena esa molestia, porque Derek estaba plenamente feliz. Había pasado mucho miedo al principio, ya que creía que le desgarraría por dentro, pero las caricias de Derek y el roce de su hinchado miembro contra su próstata había hecho que se corriera casi sin querer.

Se metió en la ducha, seguido del moreno, que le ayudó a lavarse la espalda, aunque también tuvo que meterle los dedos en su irritada entrada para sacar todo lo que había echado con su corrida. Derek besó el hombro de Stiles al verlo con una mueca dolorida, disculpándose en voz baja, pero el castaño no necesitaba disculpas. Estaba feliz, y era por la felicidad de su novio.


Cuando acabaron de ducharse, se dirigieron a la cama, agotados pero sonrientes. Stiles se acomodó en un lado, recibiendo el abrazo desde atrás de Derek, que en cuanto cerró los ojos cayó profundamente dormido.

A Stiles le costó más, no por preocupaciones, ni nada de eso, sino porque tenía curiosidad. Ahora que sabía la naturaleza de Derek, su verdadero ser, tenía ganas de verlo como era. Aunque fuera un lobo. Quizás aquello mejorara su problema, sabiendo que aunque cuando era pequeño casi acaba con él uno de su especie, Derek estaría ahí para protegerlo a partir de entonces.


***


Fue besando la nuca del castaño cuando se despertó, repartiendo más por sus hombros y haciendo que las cosquillas lo sacaran de su sueño, revolviéndose entre los brazos de Derek, que rio de buen humor.

Stiles se dio la vuelta simulando un gesto de enfado, pero lo olvidó cuando besó al moreno, contento de que estuviera con él, sano y sin haberse desmayado ni nada parecido.


—Buenos días, bello durmiente —murmuró Derek.

—Te veo bastante contento.

—Es porque sé que me vas a hacer el desayuno —bromeó el moreno, que volvió a reírse ante el ceño fruncido de Stiles—. Te quería despertar para que me hicieras compañía mientras cocino, si quieres.

—Claro.


Se levantaron y se pusieron ropa cómoda, bajando las escaleras y entrando en la cocina. Una pequeña pelea decidió que fuera el castaño quien preparara el desayuno, dejando a Derek malhumorado en uno de los bancos.

Stiles le sacó la lengua mientras preparaba todo lo que iba a necesitar. Rompió un par de huevos para hacer una tortilla, y metió dos rebanadas de pan en la tostadora. Batió los huevos y los echó en la sartén; esperando que se dorara la tortilla se giró hacia Derek.


—Tengo curiosidad por verte de nuevo como lobo... ya sabes, sabiendo que eres tú, no como la otra vez. —Derek lo miró con sorpresa, sin saber qué decir.

—¿Y eso? Soy un lobo, Sti, les tienes pánico.

—Pero cuando te conviertes en animal sigues siendo tú, ¿verdad? Si me ves no me vas a comer ni nada de eso, sigues teniendo tu personalidad.

—Sí, pero igualmente, mi aspecto...

—Eso me serviría más que mil sesiones con la psicóloga. El hecho de que mi novio lobo no me coma será revelador, y querrá decir que me defenderá de otros lobos si alguna vez me atacan.

—Sólo entrará un lobo a tu casa, y seré yo. Eres parte de mi territorio —comentó Derek sonriente.

—¿Eso es un sí?

—Vale... —Stiles lo miró expectante—. ¿Pero ahora?

—Claro.


Derek resopló y se levantó, despojándose de la ropa y quedándose desnudo ante su novio. La última vez que se convirtió en lobo y estaba Stiles, se vistió antes de salir por él, porque sería bastante raro ir a buscarle desnudo. Pero más de una vez había dejado la ropa hecha jirones por no quitársela antes de transformarse.

El castaño no apartaba la mirada, no quería perderse nada. Ahogó un gemido de sorpresa cuando se transformó ante sus ojos su guapo y fornido novio a un lobo gigantesco y negro.


Aguantó la respiración mientras Derek lo observaba sin moverse, para no asustarlo. Stiles se agachó con los ojos muy abiertos, estático. Extendió la mano, haciendo el ademán de tocar el hocico. El lobo acercó la cabeza, asustando al castaño, pero al ver que sólo quería ayudarle, volvió a extenderla y finalmente lo tocó.

El lobo cerró los ojos, sintiendo la palma caliente de Stiles contra él. El castaño no quería moverse, con miedo que le comiera la mano o algo parecido. Se obligó a pensar que era su novio, que nunca le haría daño, por lo que la movió, acariciando el espacio entre los ojos y luego la cabeza.


Derek abrió los ojos, atravesándolo con sus ojos rojos. Pero aquello no le dio miedo. Era cierto que se sentía algo sobrecogido, pero no asustado. Era tan imponente, pero a la vez era algo que le hipnotizaba. Le acarició una de sus orejas, a lo que Derek sonrió y sacó la lengua, haciendo reír a Stiles.

Éste se atrevió a alzar otra de sus manos, acunando el rostro del lobo. Tenía un pelaje suave y sedoso, y deslizaba los dedos con facilidad entre las hebras. Bajó al cuello, y el lobo se puso de lado para que prosiguiera con su examen.


Recorrió su lomo, pero volvió a su cabeza, porque verdaderamente lo tenía hipnotizado el hecho de que un lobo fuera tan inofensivo. También contaba el hecho que el lobo era su novio, pero eso le hacía entender que no todos eran como el que le atacó.

Su novio volvió a ser el humano de siempre, y él seguía acunando su rostro. Derek se acercó a él y lo besó unos segundos, para mirarlo con media sonrisa.


—Gracias —murmuró Stiles.

—Gracias a ti —respondió abrazándolo con fuerza.

Wolf out [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora