Capítulo 1

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Ambos reyes se encontraban en la sala de tronos, la reina estaba leyendo y el rey solo observaba el jardín desde la ventana con ambos brazos detrás de sí; aquel silencio fue irrumpido por un guardia con la respiración agitada.

- ¡Alteza! – exclamó y tomó una bocanada de aire.

El rey se giró en dirección al hombre - ¿Qué es lo que sucede? – la reina levantó la vista.

- Lo tenemos... mis hombres lo tienen fuera de la alcoba – dijo el cansado hombre con una leve sonrisa en su rostro.

- ¿Y qué es lo que esperan? ¡Tráiganlo ante mí! – la bella mujer cerró el libro entre sus manos.

- Cariño no lo hagas, debe haber otra manera - Su esposo volteó hacia ella y negó la petición con firmeza – Por favor... - suplicaba ella.

Antes de que alguno pudiera decir una palabra más la gran puerta se abrió y de ella entraron tres hombres, dos de ellos sosteniendo a un cautivo, pararon en seco al quedar al pie de las escaleras, el prisionero tenía un saco cubriéndole el rostro, ambas manos esposadas y claras marcas de violencia sobre su pequeño cuerpo.

El monarca bajó los escalones, quedando frente al cautivo, lo examinó rápidamente con la mirada y acto seguido le quitó bruscamente el saco de su cabeza, tenía los ojos rojos de tanto llorar y el cabello sumamente despeinado, la reina lo único que podía hacer era mirar horrorizada aquella escena – Es perfecto – dijo en un hilo de voz.

El monarca bajó los escalones, quedando frente al cautivo, lo examinó rápidamente con la mirada y acto seguido le quitó bruscamente el saco de su cabeza, tenía los ojos rojos de tanto llorar y el cabello sumamente despeinado, la reina lo único que...

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Pasaron los días y el joven príncipe de orbes azules comenzaba a ponerse nervioso.

- Sasabe...

- ¿Si amo? - el mayordomo arreglaba el atuendo de Haruka.

- ¿Q-quisieras tener un nuevo compañero?

- ¿Lo dice por el muchacho que va a venir?

- Aún tengo dudas.

- Sinceramente príncipe... Estoy conforme con la señorita Amakata, pero no me molestaría tener un aprendiz y sobre todo... Si me permite, creo que usted necesita un poco más de compañía... - hubo un corto silencio - Listo, su atuendo está perfecto ahora.

- Gracias - esbozó una pequeña sonrisa.

- Bien, si me lo permite amo, iré a ayudar a la señorita Amakata.

- Claro - el mayordomo hizo una pequeña reverencia.

- Con vuestro permiso - y salió de la habitación.

Haruka sabía que Sasabe y Amakata tenían una relación secreta y era así no porque les diera vergüenza, sino porque los reyes prohibían todo tipo de relación entre la servidumbre; ellos apenas podían verse a los ojos. Pero todos esos años cuidando de Haruka juntos provocó que se enamoraran.

El pequeño de orbes azules nunca se había enamorado, no sabía que era ese sentimiento, sólo una vez se sintió ligeramente atraído por una muchacha del reino vecino, tenía un cabello rojo tan hipnotizante que era imposible no fijarse en ella aunque fuese por unos segundos; pero desde que el hermano de la niña lo había "amenazado" no quería volver a ver a nadie de esa familia.

Esclavo de ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora