Capítulo 2

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- ...Después abotonas el abrigo, ¿entendido?

- Si Sasabe.

- Esta bien, entonces eso es todo - Habían pasado ya unos meses y el oji verde por fin recibía la última clase de cómo vestir apropiadamente al príncipe, cuando llamaron a la puerta.

- ¿Quién es? - dijo Haruka.

- Amakata, príncipe.

- Pasa - la bella mujer abrió la puerta con cuidado, hizo una reverencia y continuó.

- Lamento si interrumpo príncipe, pero el rey me ordenó decirle que se presente en la sala de tronos en cinco minutos.

- Bien, gracias Amakata - respondió el oji azul.

- Con vuestro permiso alteza - hizo una reverencia y salió de la habitación.

- Makoto, ven conmigo.

- C-como ordene.

- Gracias Sasabe - el otro se limitó a hacer una reverencia y dedicarle una sonrisa al oji azul. Ambos caminaban por el pasillo sin hablar y esto incomodaba un poco a Makoto - Mi padre... - inició el menor.

- ¿Si?

- Él es arrogante, así que... ten cuidado al tratarlo.

- ...Gracias - dedicó una sonrisa al más bajo y éste al verla se sonrojó sutilmente.

Gracias - dedicó una sonrisa al más bajo y éste al verla se sonrojó sutilmente

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- Retírate Makoto - ordenó el rey de cabello obscuro.

- Como ordene - el oji verde caminó hasta una esquina del gran salón. El azabache se limitó a seguirlo con la mirada.

- Dime padre.

- ¡Tenemos maravillosas noticias! - interrumpió la reina - oh, lo lamento – cubrió su boca con una de sus manos.

- No importa cariño - dijo en un hilo de voz el rey, ella sólo asintió algo avergonzada dedicándole una sonrisa - Bien... Haruka.

- ¿Si padre?

- Como dijo tu madre tenemos grandes noticias.

- ¿Cuáles?

- Al fin llegó tu corona.

- ¿En serio? - dijo Haruka sin pizca de emoción.

- Alégrate hijo mío - continuó la reina, el menor la miró y le dedicó una sonrisa, ambos reyes se miraron - Creo que es un avance.

- Supongo... - hubo un corto silencio - Sólo era eso, queríamos decírtelo personalmente, gracias... puedes retirarte - Hizo una reverencia, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.

- Makoto, ven.

- Como ordene príncipe - se giró hacia los reyes e hizo una corta reverencia correspondida por la hermosa reina. Y salieron de la gran habitación ante la mirada de los monarcas.

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