Capítulo 13

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Baile parte 4 / 5


- ¡Damas y caballeros, nos alegra informarles que la princesa Chigusa Hanamura y el príncipe Haruka Nanase se unirán en matrimonio! – el menor abrió los ojos como platos y su mirada buscó a la de su pareja quien había palidecido enteramente – De esta manera los reinos Hanamura y Nanase se unirán formando uno solo, el cuál será próspero – los invitados aplaudieron ante tal noticia; los recién comprometidos bajaron y comenzaron a recibir felicitaciones de algunos visitantes, pero el azabache estaba abstraído.

- ¿Príncipe?

- ¿Eh?, ¡oh! agradezco mucho sus palabras – su mirada estaba vacía.

Tras varios minutos se reanudó la música y estaba a punto de comenzar una nueva danza – Hijo mío... – dijo el rey tomando al mencionado del hombro, pero éste no respondió así que siguió con su oración – Invita a tu prometida a bailar – comentó con una amplia sonrisa en el rostro.

- Pero pa---------

- No me hagas reñir en esta noche tan especial – lo llevó frente a la dama - Quieres decirle algo a la princesa, ¿cierto Haruka?

- Yo... - su voz salía por sí sola, pero no había emoción alguna – Quería invitarla a bailar alteza – se inclinó levemente.

Las mejillas de la bella joven se tiñeron levemente de rosa – Por supuesto – se tomaron de las manos y caminaron al centro del salón, junto a los demás. Cuando el mismo inició no hubo conversación alguna, el oji azul estaba tan sumergido en sus pensamientos que se olvidó por completo de la oji turquesa - ¿C-cómo se encuentra en esta noche príncipe? – tuvo que decir ella.

- Creo que bien, gracias por preguntar... ¿Y usted? – él quería correr hacia su habitación y llorar, pero sabía que no podía hacerlo.

- Puede hablarme con confianza príncipe, Chigusa estaría bien y me encuentro de maravilla.

- Entiendo, gracias y lo mismo iría para ti... Chigusa – sonrió tristemente.

Tras un poco más de conversaciones sin importancia el baile finalizó, escoltó a la chica con sus padres y fue a conversar con Nagisa – Vaya noticia ¿no?... ¿Por qué no me dijiste antes Haru-chan?

- Es que... - hizo una pausa – Yo tampoco lo sabía.

- ¿¡Qué!? – alzó ambos hombros en respuesta – Pe-pero esto se les anuncia desde niños... ¿Seguro que no lo recuerdas?

- Mi padre nunca había mencionado al reino Hanamura frente a mí, todo lo que sabía de su existencia era lo que aprendía en clases de historia.

- ¿Nunca los habías visto? – negó con la cabeza baja.

- He cometido un error... - susurró.

- ¿A qué te refieres? – el oji rosa se acercó a su amigo y lo tomó de los hombros - ¿Haru-chan?

- Yo... yo no lo hubiera hecho si... - tartamudeaba en exceso – Si tan solo... - preocupado por que los demás invitados escucharan el menor llevó al perturbado azabache a otra habitación.

- ¿Qué hiciste? O-oye Haru-chan ¿Qué sucedió? – cerró la puerta detrás de ellos.

- ¡No me enamoraría de haber sabido esto antes...! - tiró de sus negros cabellos con fuerza.

- ¿Estás enamorado de alguien? – cuestionó el contrario haciendo que el oji azul reaccionara.

- ¡N-n-no! ¡No!, y-yo solo--------------------

- Tranquilo – sonrió en medio de la obscuridad – No diré esto a nadie – un sonrojo abundó en el rostro del príncipe Nanase - ¿Me podrías decir quién es la persona a la que le entregaste tus sentimientos? – no hubo respuesta alguna - ¿Le conozco? – hizo un gesto y el rubio lo interpretó como un si – Ya veo... - comenzó a pensarlo y esto hizo que el contrario se alarmara.

- N-Nagisa--------------

- ¿Puedo confesarte algo a cambio de que me digas? – no supo que responder.

- S-supongo... - contestó aún dudoso

- Solo... no me odies por esto ¿sí? – el pobre azabache no lograba comprender a su amigo, pero asintió tímidamente.

- L-la verdad es que a mi... - tragó saliva - a mí me gusta Rei-chan – el mayor abrió los ojos de par en par – ¡Y-y-ya lo sé! ¡Eso es horrible, soy un monstruo y merezco la muerte! Pero es que... ¡N-no pude evitarlo! Y... - respiraba rápidamente – No debí decirlo, lo lamento... quizá solo estoy confundiendo amistad con amor – sonrió con tristeza – Volvamos al baile – iba a abrir la puerta, pero sintió un ligero tirón y paró.

- Está bien Nagisa... de verdad – esas simples palabras hicieron que el menor abrazara al otro comenzando a llorar.

- ¡Yo no sé qué me sucede! y no puedo decirle esto a nadie porque se supone que es un pecado, pero yo de verdad le amo... y ¡él es un tonto! – el peli negro rio levemente ante lo último – Haru... dime... ¿S-soy un monstruo? – podía sentir temblar a su querido amigo - ¿Por qué nací de ésta manera? ¿Q-qué es lo que hice mal? – el oji azul se encontraba en un dilema... ¿estaba mal amar a alguien de tu mismo sexo o era normal hacerlo?

Sin darse cuenta comenzó a decir lo que pensaba – Yo creo que está bien amar a alguien siempre y cuando sea desde el fondo de tu corazón, no importa si es hombre o mujer o incluso si es de un rango diferente; aún no se con exactitud lo que es el amor, pero si "todo el mundo ama alguien" entonces... ¿por qué no puedes amar libremente? – cubrió sus labios al darse cuenta de que sin querer habló – L-lo lamento.

- Wow... - dijo en un hilo de voz el rubio mientras tallaba sus ojos – Entonces... ¿No soy un monstruo? – aquella mirada tan llena de tristeza conmovía al más alto.

- Y-yo creo que no... - agachó su cabeza recordando sus sentimientos por el de ojos verde esmeralda.

_- Haru-chan... - susurró el contrario – Te sucede lo mismo ¿cierto? – Abrió los ojos como platos ¿Ya sabía quién le gustaba?, rápidamente lo miró a los ojos y comenzó a negarlo rotundamente, pero sin darse cuenta un par de lágrimas surcaron por sus mejillas. Nagisa apresó las manos de su preciado amigo para poder tener un poco de su atención – Está bien... guardaré el secreto.

Sin decir ni una palabra más el oji rosa tiró de las ropas del azabache y salieron de aquella habitación; Haruka se sentía perturbado, su mente divagaba en diversas cosas y vivencias sin importancia, su mirada estaba perdida hasta que recordó la bella sonrisa de su amado... pero de repente todo se detuvo, su vista se nubló y un sentimiento inexplicable lo abrumó por completo ¡Makoto! ¿Dónde estaba? Necesitaba hablar con él, necesitaba que le dijera que todo iría bien.

Comenzó a buscarlo con la mirada y no lograba encontrarlo, estaba empezando a desesperarse "¿Dónde estás?" repetía una y otra vez en su cabeza, ¿Acaso se había ido? Repasaba una y otra vez los rostros de las personas para poder descartarlas y encontrar a quien tanto buscaba.

Hasta que por fin lo encontró.

Y... no era lo que esperaba ver.




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