Capítulo 2 "Hickory Forest"

98 5 0
                                    

Hickory Forest no estaba mal para Nicolás, de hecho era un lugar cautivador,  desde que había llegado la gente había sido muy agradable con él, por lo menos los adultos, él sabía que no tenía caso, pero estaba decidido a cursar su último año de preparatoria, y sus clases iniciaban ese día, le pareció gracioso el estar nervioso, 300 años y jamás vivió la experiencia de asistir a clases, él había estado tan apartado del mundo que ya ni siquiera se lo había planteado, al llegar contempló el edificio un rato antes de entrar, él tría puesto unos jeans azules y oscuros, una camiseta negra y una chaqueta, jamás la había importado mucho su apariencia o su forma de vestir, pero por como lo veían las chicas en la entrada, o todas las chicas del mundo, sabía que se veía bien, y aunque su combinación de cabello castaño y ojos verdes era poco usual en su familia, esas dos cualidades lo hacían bastante atractivo.  Al llegar a la oficina del director este le tendió la mano, Nicolás la estrechó despreocupadamente.

-me parece maravilloso que un, adulto como usted tenga ganas de estudiar en esta institución- el hombre bajo y canoso había pronunciado la palabra adulto con una mescla de sorpresa y confusión. El joven había dicho que tenía 18 años, (que era la edad que tenía en apariencia), la mayoría de los chicos que cursaban su último año de preparatoria cumplían esa edad en ese mismo año, sin embargo, el hecho de que un muchacho de esa edad llegara de la nada a inscribirse él mismo para cursar un último año de escuela era totalmente extraño, Nicolás no lo negaba, pero era algo que él había decidido. El director seguía estrechando su mano cuando Nicolás respondió.

-preferiría que no se hicieran muchos comentarios con respecto a mi edad, jamás me ha gustado la gente curiosa y este dato claramente atraería este tipo de gente- Nicolás había dicho esas palabras efectuando su poder favorito. El susurro, un poder en el que todo con el que tuviera contacto físico en aquél momento quedaba en un trance hipnótico. Mientras hablaba sus ojos se habían vuelto totalmente negros, y no soltó la mano del hombre hasta que terminó de hablar, este asintió lentamente, Nicolás salió de la oficina dejando al hombre aturdido tras de él. El muchacho comenzó a caminar por el pasillo con una mochila colgando en un hombro, comenzó a observar lo que lo rodeaba con una vista disimulada, todo era como lo esperaba, un montón de chicos ingenuos caminando por toda la escuela, observándolo, en realidad no era incómodo, tantas miradas sobre él, de alguna forma él se sentía como una presa, pero era interesante, sentir lo que sentía en ese momento era algo que quería, y sobre todo era algo que le gustaba, entonces recordó a su mejor amigo y comenzó a sentirse mal por Jerome, él había querido ir a la escuela, por un momento Nicolás se sintió egoísta por disfrutar de aquella experiencia y no compartirla con él, ni siquiera le había dicho a donde iba, Jerome siempre había puesto toda su confianza en Nicolás, y solo le consolaba creer que de ser así, este confiaría que tenía que estar solo.

Todo el royo del remordimiento y la reflexión lo había hecho desconcentrarse, ahora estaba a la mitad de un pasillo rodeado de chicos sin saber a dónde ir. No era que le importara mucho que lo regañaran por llegar tarde a su primera clase, pero no era eso exactamente “empezar con el pie derecho”. Entonces de la nada escuchó una voz.

 -¿te perdiste?- dijo un chico acercándose a él. El chico era un poco más bajo que Nicolás, tenía cabello rubio y ojos azules, Nicolás odiaba los ojos azules, le recordaban a su familia, y lo anormal que se veía él con sus ojos verdes. Sin embargo Nicolás tuvo que reconocer el atrevimiento de hablar con él, hasta el momento todo el mundo lo había visto, sin embargo nadie le había hablado, y no esperaba menos, el gesto de apatía que siempre tenía en su rostro ahuyentaba a todo el mundo, incluso se había convencido de que esa había sido la razón por la que su gato había huido. Este contestó con el mismo tono de apatía que reflejaba su rostro.

-yo nunca me pierdo, solo estoy desorientado-

El otro chico no pareció afectado -entiendo, mi primer día de clases perdí tres asignaturas por que no encontraba los salones, te diré una cosa, ese estúpido mapa que te dan, no sirve de nada, si yo fuera tú lo tiraría antes de que termines en el baño de mujeres, yo sé de eso-

CAOS ETERNO [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora