Capítulo 5

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"-Vamos cariño, no pasa nada, te prometo que te gustará.- susurró el rubio con sus dedos enredados en aquellos rizos que tanto le gustaban.

-S...suel...tame. Por favor- dijo con las lágrimas en el borde de sus ojos y voz temblorosa.

-Veremos si dices lo mismo en unos segundos.

El de ojos verdes empezó a sollozar más fuerte, lo cual muy pronto se tornó en gritos desgarradores y palabras suplicantes por piedad. Y justo cuando el miedo empezó a carcomer su cuerpo..."

...

Marcel y Harry despertaron para ver a su hermano entre sollozos sosteniendo sus piernas, protegiéndose a si mismo de las amenazas inexistentes del momento. Todo había lucido tan real... se sintió como volver a estar ahí. Harry fue el primero en llegar corriendo a la cama de su hermano a abrazarlo mientras que Marcel susurraba pequeños "fue solo un sueño" en su oído mientras acariciaba sus rulos.

Aunque ya hubieran pasado poco más de dos años, Edward seguía siendo atormentado por los fantasmas de su pasado algunas noches. A veces no pasaba de vagos recuerdos gratamente incompletos sobre lo que pasó, otras veces... bueno, otras veces era simplemente... destructivo.

-Volvamos a la cama, Eddie. Puedo dormir contigo esta noche si quieres.- dijo Harry con voz comprensiva y dulce que sabía relajaba a su hermano, quien solo asintió con la cabeza- Bien, vamos.

Una vez en la cama, Edward no pudo volver a dormir hasta tiempo después. Tenía miedo de que al cerrar sus ojos la escena de minutos antes se repitiera. Pero poco a poco el sueño y cansancio fue ganando al temor, haciendo que sus párpados pesaran y cayera lentamente en un nuevo e inexistente sueño.

...

-Ed... Eddie... despierta...- alguien lo movía delicadamente del brazo y eso fue lo primero que oyó esa mañana. No supo diferenciar si era la voz de Marcel o de Harry, pero la verdad no le importaba, él solo quería quedarse en cama todo el día, algo que, al ser la primera semana de clases, no se podía dar el lujo de hacer.

Se levantó con toda la flojera del mundo dispuesto a cambiar sus ropas para ir a la escuela. Si por el fuera iría en pijama... o no iría...

Una vez los tres hermanos bajaron las escaleras se encontraron con una escena poco agradable a sus ojos. Su hermana se estaba despidiendo de su novio...o comiéndoselo. Los trillizos no estaban muy seguros y se limitaron a ver la escena con asco y algo de picardía en sus miradas.

Cuando acababan de desayunar vieron a su madre entrar por la puerta a mucha prisa.

-¡Buenos días!-canturreó la mujer corriendo de un lado a otro en la cocina.

-Hola, mamá- dijeron los tres al unísono.

-¿Cómo amanecieron?-preguntó rápidamente pero antes de que ellos pudieran contestarle volvió a hablar-¿Han visto a su hermana?.

Harry y Marcel se sonrojaron pensando una buena excusa para no meter a su hermana en problemas y Edward sonreía traviesamente viendo a su plato de cereal con leche, luchando por no reír en voz alta.

-Está...- dijo Marcel.

-En...- complementó Harry.

-¡Gemma!-dijo Edward al ver a su hermana entrar a la cocina.

-Buenos días-pronunció la chica.

-Buenos días, amor, ¿ya desayunaste?

-Oh, créeme, lo hizo. Se atascó.-dijo Edward con doble sentido que al parecer su madre no notó pero su hermana tenía las mejillas ardiendo con fuerza.

-Emm... y-yo... si...- dijo ella bajando la cabeza.

-Bien, creo que ya es hora de irme. Los veo en la noche. Cuídense, dejé comida en el microondas. Los amo, adiós.

Y sin más la mujer se marchó de ahí.

-Oh, vas a ver, engendro del mal.- dijo la chica hecha una furia.

-En realidad creo que los tres lo vimos TODO esta mañana.- y salió corriendo fuera de la residencia para que su hermana no lo matara.

...

Cuando llegaron a la escuela lograron divisar a Niall de lejos, y se acercaron hasta él, que al verlos detuvo la conversación que tenía con el castaño y los señaló.

-Hola, ¿cómo están?- preguntó el rubio a los trillizos.

-Bien, gracias ¿y tú?- contestó Harry.

-Bien-hubo un pequeño silencio antes de que el de ojos azules siguiera hablando- Chicos, él es Liam. Liam ellos son los hermanos Styles, pero creo que ya los conoces.

-Si- habló finalmente el castaño. En ese momento el timbre sonó, dejando en claro que ya empezaban las clases.

-¿Que van a hacer hoy en la tarde?.- preguntó el rubio a los trillizos.

-Pues Harry tiene que ir a ballet, Edward a football y yo iré a la biblioteca a hacer mis tareas.- Habló lentamente Marcel.

-¿Te molesta si te hago compañía?- preguntó Liam- necesito acabar un trabajo pendiente.

-Si, claro. No hay problema.

-Agh, aburridos. Buenos, escuincles, los veo luego, tengo que ir a clases, adiós.- se despidió Niall.

Después de eso todos caminaron hacia sus respectivas aulas.

...

Ya era hora de salida. En realidad no había pasado nada interesante a lo largo de el día. Marcel se sintió un poco decepcionado al no volver a ver al chico de hermosos ojos azules rondar por ahí pero después de un rato lo pasó por alto. (Traficando rimas xdxd)

Cuando Edward y Harry se marcharon, él tomó rumbo hacia la biblioteca, donde se encontraría con Liam para hacerse compañía al estudiar o hacer cualquier cosa que tuvieran que hacer.

Al adentrarse en esta no fue muy difícil encontrar a Liam pues estaba en una de las mesas de hasta delante.

-Hola de nuevo.- dijo el rizado. El castaño giró su cuerpo hacia él, señalándole con la cabeza la silla a su lado indicándole que se sentara.

-Hola, Marcel.-un pequeño silencio se formó en la conversación hasta que fue roto por el mismo- ¿Qué es lo que tienes que hacer?.-Marcel sacó una pequeña libreta en la que anotaba todos sus pendientes académicos y los leyó en voz alta para Liam quien lo miraba con una amistosa sonrisa.

-¿Y tú? ¿Qué era lo que tenías que hacer?

-Nada.

-¿Qué?.

-No tengo que hacer nada.

-Pero tú dijiste que...-pronunció el rizado si completar la frase con una gran confusión pasmada en su rostro.

-Se lo que dije, pero no tenía que hacer nada hoy y no quería pasarlo con Niall porque siempre que salimos juntos terminamos con dolor de estómago por comer tanto o con rasguños en todas partes del cuerpo debido a estupideces que se le ocurren. No le digas que dije eso. En fin, pensé que sería más divertido venir aquí y ayudarte... o... solo... estar aquí.- concluyó con una sonrisa sincera en su rostro la cual fue contagiada a Marcel.

Pasaron el resto de la tarde esperando a sus hermanos, entre risas, anécdotas y otras cosas que en realidad ninguno de los dos podía realmente recordar con la felicidad en sus rostros.

No estaban conscientes de el par de orbes azules que los miraba desde uno de los pasillos con una pizca de... ¿celos? Si, probablemente era eso. Pero no podían culparlo. El quería que ese tipo de sonrisas de parte del rizado fueran solo para él.

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Hola otra vez. Perdón por actualizar hasta ahora pero me dejan mucha tarea #pinchesistemaeducativoretrogada ahre no.

Youth Souls || L.S. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora