Epilogo

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Epilogo

    Pensar en aquel pasado, era recordar que siempre había un punto en que las decisiones tomadas pueden marcar la vida para bien o mal. Era recordar lo que se había aprendido y no querer regresar a aquellas malas decisiones.


    Un año más había pasado en medio de ellos. El duque de Huntley había aprendido a conocer a un nuevo amor cuando había tenido a su hija Isabella en sus brazos. No había padre más orgulloso y feliz que él. Y aún más cuando aquella pequeña niña había sujetado su dedo pulgar cuando él la había vuelto a colocar en los brazos de su madre, como si le pidiera en su inocencia, estar un momento más con su padre. Desde ese instante se había robado su corazón.


—Creo que has conseguido conquistar a una preciosa Alwych...—le expresó Keyra con una sonrisa.

—Creo que me he convertido en un hombre afortunado al ser amado por dos hermosas damas. —dijo con dulzura y luego besó a su esposa—. No sé cómo podré agradecerte lo feliz que me has hecho desde que llegaste a mi vida. Me hiciste ver lo equivocado que estuve en el pasado cuando huía de ese sentimiento.

—Ya lo has hecho, desde que me hiciste comprender que no había mejor decisión que convertirme en tu esposa... ¿Sabes? Fue una decisión difícil, cuando recuerdo el ayer, pero desde que me he convertido en tu esposa he comprendido que la mejor decisión fuiste tú. —sonrió con dulzura y luego miró a su pequeña niña.


     Lejos de allí, lord James Cavendish junto a su esposa Annette, miraban como orgullosos padres como crecían sus hijos. Al mismo tiempo que un nuevo integrante estaba en camino, al estar lady Cavendish en la dulce espera de nuevo. Tres meses le hacían sentir de nuevo toda las sensaciones de ser madre de nuevo.


    Judith o'Dubgaill se encontraba en Escocia, en la propiedad en donde vivía junto a sus padres. Sin embargo, Carlisle había perdido todo lo que le deslumbraba, después de aquel día que había marcado su día. El fuego había dejado no tan solo marcas visibles, sino invisibles, que aparecían en las noches para atormentarla. Al igual que la voz de su conciencia no la dejaba en paz, al haber tomado una mala decisión que ahora le hacía peso en el corazón.


     ¿Y qué había ocurrido con lord o'Dubgaill y su joven esposa?


    Finalmente después de tanto tiempo, Jocelyn había decidido visitar unas de las propiedades que había heredado de su padre. Una al sur de Inglaterra, lejana a aquella que su tío deseaba. Al condado de Somerset.


    El tiempo había hecho justicia cuando su tío fue enviado a prisión junto a sus cómplices. Para después de encontrársele culpable por atentar contra ella al igual que el hombre que había iniciado el incendio que casi les cuesta las vidas a ella y a sus amigas. Llevándolo a la horca. Desde entonces no había sabido de su primo. Él había desaparecido por culpa de la deshora que había caído en su familia.


    Y más cuando él también había participado en los ideales de su padre, al querer apoderarse de los bienes de Jocelyn.


   La vida, sí, finalmente le hacía justicia. Había encontrado el amor en aquel hombre que la había odiado al principio. Después de todo, ambos habían encontrado a ese alguien que le hacía valorar aquel sentimiento. Pero, ¿todo había realmente vuelto a la normalidad?

Un Corazón Inalcanzable ( 3er libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora