CAPÍTULO DOS
02 de enero del 2017 - Tiempo actual.
La adrenalina se hace presente, los disparos salen de un lado a otro al igual que la sangre, desde acá puedo escuchar la desesperante voz de mi hermana mayor.
—¡Catherine! — la voz de Rachel, mi hermana mediana, me hace buscarla por los alrededores, busco su voz y la encuentro rodeada por más de cinco hombres, del otro lado está Hillary igualmente rodeada, suelto un suspiro y empiezo a correr derecho hacía ellos con una arma en cada mano, sintiendo como estas vibran en mis manos, el olor a pólvora llega a mis fosas nasales, mi corazón late con fuerza, y como si fuese en cámara lenta, veo las balas siendo disparadas cayendo en cada una de las cabezas de algunos de los hombres que rodean a mis hermanas. Las balas se agotan, varios hombres aún están de pie, pero en segundos caen gracias a mis hermanas. El ardor empieza a emanar al igual que un calor abrumador en mi pierna derecha, volteó encontrando a un hombre tirado en el suelo con varios golpes en la cara y con un gran charco de sangre rodeándolo.
Me acerco a paso decidido, sin importar el dolor que siento al dar cada paso, el terror en sus ojos se hace presente y mis labios se levantan formando una sonrisa.
—Te hubieras hecho el muerto "amigo" — termino de hablar para después simplemente disparar.
— Ya estaba mal, porque terminar su vida así — habla Rachel, sonrío y pateo su cabeza, tomando la bolsa de dinero que estaba a un lado de su masacrado cuerpo.
—Tu manera de sonreír me perturba ¿Cómo puedes estar así?, Yo apenas y puedo dormir — habla mientras caminamos a la salida de aquella bodega, suelto una risa, cuelgo la bolsa en mi hombro y suelto una queja al sentir la incomodidad del disparo.
—Todos nacimos para algo, este fue nuestro destino queramos o no hermana, vive con eso, al final de todo iremos al infierno - digo para después caminar a la camioneta, subimos dejando el dinero en la parte trasera.
Un impacto fuerte llega en la parte trasera haciendo que me dé un buen golpe en la cabeza, gruño y tomo la M9 que se encuentra debajo de mi asiento, sin más volteo y disparo rompiendo los cristales de la camioneta.
— ¡¿Acaso estas mal de la maldita cabeza?! ¡Papá nos matará! — escucho como grita Rachel, la ignoro y sigo disparando a la maldita camioneta que nos chocó.
No faltan los segundos, dos chicos salen por el techo de esta con un arma, disparando hacia nosotras, enseguida le disparo en la mano a uno de ellos, este suelta el arma la cual cae enseguida llevándosela a la carretera.
— ¡¿Quién demonios son?! — grita Hillary con fuerza, solo sonrío más y no dejo de disparar pues se dé que parte vienen.
— ¡Los Anderson! ¿Quién más? — respondo con simpleza y las balas se terminan.
—¡Maldita sea! ¡Ya para la maldita camioneta! ¡Arreglemos esta porquería de una buena vez! — grito con fuerza, la camioneta se detiene y bajo enseguida, varios hombres salen rodeando el área.
— Manos a la cabeza bonita, el jefe quiere que las llevemos con vida — todos se ríen, los acompaño y levanto mis manos con una sonrisa poniendo estas tras mi cabeza.
— Espero tengan antibióticos y una buena venda, que así no les duro — hablo enseñando el disparo que tengo en mi pierna.
— Tonterías, es un simple roce - dice uno de los chicos que nos rodea sonrío y le miro, pues después de todo uno no salió tan tonto.
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LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)
Action- Recuerda que sangre corre por tus venas - dice en un susurro mientras su agarre se desvanece y sus pupilas se dilatan, hasta que sus ojos se quedan estáticos y su respiración se detiene. - ¡NO! ¡NO ME DEJES MALDITA SEA! ¡NO ME DEJES! - Grito con...