CAPÍTULO SEISEllas no lo hicieron ellas no lo harían. Ellas son mis hermanas ellas son mi maldita sangre.
La sangre de nuestros padres
Mis puños están apretados en el transcurso del camino, Mauricio se a encargado de decirme todo lo que pasó durante los tres días que he estado dormida - ¿Como fue que me pudiste ayudar? - pregunto viendo como entramos a una carretera cubierta de árboles, donde el aire se vuelve más fresco en donde se que estamos por llegar a casa.
- Yo estaba peleando con más hombres en la parte de afuera, fue una emboscada Catherine, pocos de los hombres del señor Green terminaron con vida otros como tú, otros terminaron mal heridos, cuando fui a ayudarte ví salir a tus hermanas con Logan, Hillary iba tomada de la mano de ese imbécil pensé hasta entonces que era un plan o un engaño hasta que tu hermana lo beso...- dice con agonía, sabía que el tenía un amor inalcanzable con mi hermana mayor nunca lo a dicho pero sus acciones siempre han hablado más que el.
- Era yo contra ellos, no podía simplemente atacar así que deje que se fueran, apenas ellos ya no estaban fui hasta el despacho de tu padre ahí estabas tirada, tu piel estaba trasparente y tus labios morados pensé que te había perdido, hasta que pude sentir un débil pulso no dudé en llevarte a un médico, alguién desde cierto punto te lanzo un dardo con veneno uno muy peligroso que te hizo caer apenas este te tocó - un veneno, sabía de que veneno se trataba los experimentos de papá, veneno de cobra, pez globo, escorpión entre otros animales altamente venosos con el fin de crear el más letal veneno, aun no teníamos la perfección de aquel experimento este se mantenía en secreto y guardado.
Hasta ahora - ¿Y mi padre? - pregunto mirando al frente, observando como vamos llegando a las grandes compuertas del imperio Green - No lo se Catherine, cuando llegue el único cuerpo que encontre fue el tuyo - dice con decepción, yo solo asiento tratando de no gritar.
Sin decir nada solo bajo dando un portazo, las lágrimas queman, el pecho quema. Todo mi maldito cuerpo parece estar en llamas, llamas oscuras y dañinas unas que ni el hielo más frío podría apagar, veo a mi alrededor apenas entro y el lugar esta limpio, sin sangre sin tierra, sin cuerpos.
Como si nunca hubiese pasado nada, camino con lentitud escaleras arriba observando como esta todo limpio a excepción de aquellos agujeros gracias a los disparos gracias a ellos los recuerdos siguen ahí albergados en lo más profundo de mi cabeza.
La puerta del despacho esta ahí, sigue como siempre mi corazón late con fuerza y mi cabeza trata de engañarme diciendo que puedo encontrar aún a mi padre sentado en su costosa silla con su puro el boca y en su mano derecha un vaso del Whisky más caro. Con lentitud abro la puerta encontrando todo limpio todo exacto sin nada, sin muebles destrozados ni siquiera el escritorio esta dañado - Ya no estás padre - susurro acariciando la caoba de su escritorio, sintiendo la suavidad de este, miro como esta ahí su vaso y su botella de licor con una sonrisa me dirijo a ella y me sirvo bastante como para olvidarme un poco del momento.Siento como mi cuerpo se acopla a su silla, la comodidad de esta me hace cerrar los ojos por un momento y recordar un poco los viejos tiempos.
«- No confíes en nadie, piensa en ti, investiga y no te dejes llevar por el dolor. Recuerda que sangre corre por tus venas - me observa con una sonrisa que le hace achicar sus ojos dejando ver como las pequeñas arrugas en su ojos se marquen aún más - Si, si, padre lo que tu digas, ya me lo se de memoria - dice una adolescente de diecisiete años que aún no sabía cuan grande signicaban aquellas palabras...»
- Lo siento padre, te falle - digo tomando el trago de un solo golpe, lanzando el vaso a la pared directamente hacia el cuadro donde reposaba el retrato de mi familia.
Este se tambalea y cae con fuerza, dejando ver una caja fuerte.
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LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)
Ação- Recuerda que sangre corre por tus venas - dice en un susurro mientras su agarre se desvanece y sus pupilas se dilatan, hasta que sus ojos se quedan estáticos y su respiración se detiene. - ¡NO! ¡NO ME DEJES MALDITA SEA! ¡NO ME DEJES! - Grito con...