Capítulo 29 || DEBILIDAD ||

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[Catherine Green]

Las vibraciones de mi cuerpo llenan de éxtasis a mi cuerpo, el olor metálico de la sangre hace que mi excitación esté apunto de llagar a su límite.

- ¡Vamos Matteo Andreotti! ¡Hay que hablar! - grito por cada uno de los pasillos, mi risa es descontrolada puertas oxidadas hay por cada pasillo en completo silencio, mi cuerpo se tensa al ver una singular espalda ancha, un traje negro.

- Padre - el nudo en mi garganta se va formando de poco a poco, mi cuerpo se hace pesado mi vista borrosa, una luz intensa hace que mis ojos se cierren con fuerza, una sensación rasposa se hace presente en mi rostro - Padre - susurro tocando su mano, un tibio calor hace que las lágrimas recorran mi rostro, el solo me observa mientras acaricia con su ligera suavidad mi rostro - Tu me dejaste - digo ahora entre dientes, mis manos se hacen puños - ¡Habla! - grito observando sus ojos, los cuales simplemente me observan, el enojo emana de mi cuerpo -¡MALDITA SEA! ¡¿POR QUÉ ME DEJASTE!? ¡RESPONDE! - golpeteo su pecho con mis puños, lo cual es completamente inútil al no moverlo ni un paso.

El sonríe, dejando ver sus dientes blancos y alineados, lágrimas caen a cada segundo - Mi pequeña - su voz hace eco en mi cabeza, mis dientes se aprietan con fuerza mi cuerpo tiembla con fiereza - ¿Es lo único que dirás? - digo ahora con voz baja, su risa hace que lo mire nuevamente directamente a sus ojos.

- Debilidad es lo que representas ahora - su rostro ya es serio y lúgubre, el gris de sus ojos se representa más oscuro. Cerrando los ojos con fuerza niego ante su palabra - No es verdad, no soy débil - digo con el nudo en mi garganta con la mirada al suelo sin atreverme a mirarle. - Pruebalo - su voz se distorsiona, alejándose de mi, sus manos se libran de las mías, dejandome completamente sola otra vez - No me dejes - susurro antes de ver como desaparece ante aquella tenue luz.

- ¡Ayuda! ¡Por favor! - golpes hacen que mire nuevamente donde me encuentro, el sonido resuena de una de las puertas -¡Por acá! ¡Ayuda! - la voz se sigue haciendo presente con los toques fuertes de la puerta.
«Debilidad es lo que representas» la voz de mi padre resuena en mi cabeza.

Camino hacia la puerta donde el ruido es más fuerte encontrando la puerta de donde el ruido y los gritos de la chica son más persistentes - Hola - digo dando leves golpes a la puerta, el ruido calla el silencio abunda - ¡Ayuda! ¡Por favor ayudame a salir! - la voz chillona de la chica hace que tape mis oídos.

Disparando a la cerradura, abro la puerta una chica delgada de cabello castaño, el olor a carne podrida se hace presente.
- Gracias - susurra mirándome con sus ojos rojizos, su rostro está sucio y golpeado más que el mío - Quien eres - digo de golpe, una pequeña sonrisa de lado se hace presente en su rostro - Lucy ¿tu? - pregunta con voz raposa pero gentil - Catherine Green - mi voz parece a ver echo eco en el pasillo, veo como ella trata de mantenerse de pie, viendo este con más atención se encuentra casi colgando e infectado - Quién fue - digo apuntando con mi barbilla su pierna.

Ella esta apunto de hablar, asta que los sonidos de disparos se hacen presentes, tomando el arma ignoro a la chica quien estúpidamente se vuelve a esconder en aquella habitación, dos chicos apenas logran entrar a el pasillo en el donde estoy, dos disparos son los únicos que salen de mi arma para matar a ambos.

Volviendo a retomar mi camino en busca de Matteo camino unos pasos lejos - ¡Espera! - la chica grita tomando mi brazo con una fuerza insignificante - Ayudame, no me dejes aquí por favor - dice entre sollozos, yo sin previo aviso levanto mi arma y la pongo en su cabeza, la chica me mira con los ojos abiertos, apunto de hablar no la dejo terminar y disparo.

Los sesos salen disparados, manchando mi rostro con su sangre alejo su cuerpo y lo lanzó a donde ella pertinencia, en su propia porquería.

- Yo no ayudo a nadie, y mucho menos soy débil padre - digo al pasillo en silencio, retomando mi camino observando a los dos cuerpos inertes en el suelo. Uno en especial llama mi atención, acariciando la pared con mi arma llego a estar cerca del frío cuerpo de uno, sus ojos sin vida dejan ver mi reflejo, mi rostro dañado y mis ojos llenos de locura, tomando con suavidad el collar que está ordenando su cuello sonrió al ver el crucifijo por completo en mis manos cubiertas de sangre seca, arrancando con fuerza este de su cuello - Y aún así, no te ayudo tu querido dios, cariño - digo socarrona y riendo, lanzando este a cualquier lado de él pasillo - Ya no lo necesitaras - digo con burla siguiendo mi camino.

Soltando un suspiro, río nuevamente haciendo resonar en aquel pasillo - Corre, corre que ya voy por ti, susurra mi nombre antes de morir - susurrando canto, con malicia. Un pasillo más oscuro que los anteriores llama mi atención, mis manos por alguna razón pican con cierta desesperación, mis labios exigen hidratación pasando mi lengua por ellos siento el sabor agrio y metálico de la sangre seca que ya hace en ellos humedecido estos por un momento.

Mis oídos se agudizan más, al escuchar sirenas de policía. Maldigo mentalmente al no poder matar a Matteo en estos momentos, buscando una salida llego al final donde una vibración hace que me aleje y me cubra, segundos después una explosión hace un gran estruendo, haciendo que mi cuerpo se estremezca - ¿Catherine? -su voz hace que apriete mi mandíbula con fuerza «Que demonios hace aquí» pregunto en mi cabeza observando como más hombres están de tras de el, observando las diversas sombras.

Camino hacia su singular figura, sin contar con ello siento unos fuertes brazos rodeando mi cuerpo tomándome completamente por sorpresa. Mis dientes rechinando ante tanta fuerza que ejerzo en mi mandíbula, tomando mi arma le doy un golpe seco en su espalda para que me suelte.

Escucho el gruñido de dolor que lanza al soltar mi cuerpo, su entrecejo fruncido y confundido me grita que le de una explicación ante tal golpe. - Aleja tus repugnantes y malditas manos de mi - mi voz sale automática pasando por su lado, golpeando su hombro con fuerza.
Varios se quedan sorprendidos ante tal osadía que acabó de cometer, sacando mi arma me dirijo a una motocicleta que se encuentra aparcada miro exasperada al no ver las llaves apuntando al que estaba más cerca de ella, le disparo ala punta de su piel escuchando su grito de dolor - Las llaves - digo fingidamente tranquila - Toma - la voz de Stephen se hace presente, lanzando las llaves hacia mi las cuales tomó y empiezo a encender la motocicleta.

- Artemis te extraña, a decir verdad parece que te necesita - mi cuerpo se tensa al escuchar su nombre, el leve recuerdo de aquel hombre matándolo hace que apriete con fuerza las llaves ya incrustadas - Esta muerto - espeto con fingido desinterés, matando mi cuerpo a la motocicleta - No está en mi casa siendo cuidado, necesito que te vea a sido un desastre desde que lo aleje de ti - mis ojos se cierran con fuerza, las sirenas se hacen más presentes en el lugar.

«Debilidad es lo único que representas» «Demuéstralo»

Miro directamente a sus ojos verdosos, mi padre tiene razón, ese niño me volvió débil.
- Yo no lo necesito, puedes matarlo si quieres, a mi ya no me interesa en absoluto ese mocoso - mis palabras salen cual dagas filosas, arrancando me alejo de ellos. La brisa de golpea con fuerza mi rostro, secando las lágrimas que ya hacen bajando por el.

«Artemis Green» pienso antes de bloquear todo sentimiento ante aquel pequeño saco de huesos.

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Soy la persona más feliz de el mundo, en verdad gracias por leer esta historia.

Son lo mejor que me pudo pasar en el vida. Como dije poco a poco esto se va logrando.

GRACIAS POR TODO ❤❄

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