CAPÍTULO SIETETodo esta tan tranquilo que me hace estremecer, mis ojos pesan y las heridas están pulsando de dolor, no he podio descansar como es debido. Mirando a mi alrededor veo a cada uno de los chicos cada uno en diferente lugar, una extraña presión me hace desconfiar de cada uno al final nunca los he conocido.
Camino con lentitud a la habitación, nadie dice o hace algo así que simplemente me adentro a ella sin problema alguno observando aquel bebé dormido, despues de haber bebido dos biberónes a estado mas tranquilo, con lentitud me acerco a el observando sus mejillas sucias al igual que su cabello la respiración es tan tranquila que me hace relajar enseguida.
Sueltando el aire de mis pulmones, recuesto mi cuerpo a su lado, cerrando mis ojos por un momento quedándome dormida abrazando al pequeño.
Un movimiento brusco logra despertarme, observo a mi acompañante más parece aún sigue dormido. Salgo de la habitación obsevano observando todo, mas todos parecen tranquilos, en busca de algo para tomar observo a las dos azafatas que se encargan de atendernos que se encuentran sentadas, llamo a una de ellas más parece ignorarme por completo, mis paciencia se agota así que camino a su dirección.
– Quiero un sándwich con papas fritas y una soda – una de ellas se levanta con elegancia y me da una sonrisa calida – Enseguida se lo traigo – dice desapareciendo, una de ellas me observa de arriba a bajo con una mueca burlona – ¿Algun problema?–
Me dirijo nuevamente a ella, la cual suelta un suspiro – Es realmente sorprendete, que te creas una reyna, sabiendo que el gusto te durara poco, yo solo recibo ordenes de mi jefe – la miro con un poco de sorpresa, alguien hace que me sorprenda por primera vez en el día, mi rostro se torna serio pero después una sonrisa sínica se posa en mi rostro y hablo – Entonces, estas despedida. – ella me mira ahora confundida y un poco asustada.
– Tienes que tener mas respeto Dania, ella es tu jefa, ahora si no quieres quedarte sin casa, sin dinero y sin libertad para alimentar a tu hija obedece lo que se te ordena – su rostro se torna rojo cual tomate, obsevando tras de mi observando a Mauricio quién decidió meterse en la conversación, una sonrisa sínica se hace presente en su rostro – Si, señor con su permiso – haciendo el afán de irse la detengo.
– Te salvo la campana Dania, para la próxima piensa las cosas dos veces, aunque no se si haya próxima vez – su cuerpo se tensa, y su piel se torna palida, yo no digo más y me dirijo a uno de los asientos para sentarme nuevamente, segundos después llega uno de los chicos que trajo Mauricio frente mío.
– ¿Quien eres? – pregunto cruzando mis piernas, observando con detalle cada parte de su cuerpo – Me presento, soy Aaron Jones – veo como extiende su mano, la cual acepto con desconfianza – Un gusto Aaron, se que sabes mi nombre, pero soy Catherine Green – doy el ultimo apreton y suelto su mano el sólo asiente mirandome fijamente tal cual me estuviera examinando.
– Espero podamos llevarnos bien – dice para luego volver a su lugar, la otra chica llega con un carrito dejando una charola con mi sándwich y mi bebida – Aquí tiene señorita Green ¿se le ofrece algo más? – sus ojos son castaños, y muestran una calidez abrumadora – ¿Como te llamas? – pregunto tomando una papa frita, ella me sonríe en grande – Soy Dulce Mendoza – sonrió y asiento – ¿Eres mexicana? – pregunto empezando a comer, ella ríe bajo y asiente – Efectivamente, llegue aquí desde los quince años señorita – río y niego – Llámame de tú, es incómodo que se dirjian a mi tan formalmente – veo a sus ojos y estos parecen brillar más y solo asiente.
– Eres mas agradable que la otra – observando como la otra chica nos observa, dulce ríe y niega – Es un poco complicada, pero es agradable después de tiempo – yo solo asiento dándole un trago a la soda.
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LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)
Acción- Recuerda que sangre corre por tus venas - dice en un susurro mientras su agarre se desvanece y sus pupilas se dilatan, hasta que sus ojos se quedan estáticos y su respiración se detiene. - ¡NO! ¡NO ME DEJES MALDITA SEA! ¡NO ME DEJES! - Grito con...